Seis.

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-Sabes que no es necesario, ¿Verdad?- habló Markus- puedo seguir durmiendo en el sillón, tampoco es para tanto- Dora paró a mitad de las escaleras y lo miró con el ceño fruncido, estaba algo molesta.

No dijo nada y lo volvió a arrastrar hasta la habitación antes de que se enojara de verdad.

Cuando llegaron, empujó a Markus hasta la cama y cerró la puerta. Él la miró y ella a él.

La habitación estaba poco alumbrada y solo entraba el tenue brillo de la luna.

-Ponte cómodo- Dorotea caminó hasta la cama y se acomodó en ella de lado mirando a Markus quien tampoco dejó de mirarla a ella- ¿A qué esperas?.

Él vaciló un poco, pensando en las opciones, aunque no tuviera muchas. La verdad, es que no quería seguir durmiendo en ese incómodo sillón.

Le dolía la espalda como nunca se imaginó y empezaba a considerar desinstalar la actualización de Kamsky con tal de no sentir.

Se acostó algo tenso en la cama sobre las cobijas, ella esperó otro movimiento, pero pasaban los segundos y él no volvió a moverse.

-Te dije que te acomodaras, no que actúes como un muerto- ella se burló un poco.

Markus dejó salir una suave risa y se sentó en la cama, comenzó a quitarse los zapatos y las medidas, cuando terminó, tomó el dobladillo de su camiseta.

-Espero que no te importa.

-No, para nada- dijo con nerviosismo.

Markus comenzó a quitarse la camiseta y Dora estaba ansiosa por descubrir lo que hay debajo de ella.

Pero, solo encontró una delgada franela blanca y se tragó la decepción de golpe, casi ahogándose en ella.

Markus terminó y se acomodó de verdad en la cama, cerró los ojos y Dora lo imitó, en menos de lo que pensaban, estaban dormidos.

(…)

Al despertar, Dora se encontraba sola en la cama, se estiró y bostezó.

Se levantó con pereza, se bañó y se vistió. Bajó las escaleras con tranquilidad y en el salón se encontró con Markus.

-Buenos días

-Buenos días- habló él. Se le notaba sonriente- Me alegra que hayas despertado, tengo una buena noticia que decirte- dijo sonriendo.

-¿De qué se trata?

-El androide que haz salvado despertó esta mañana y está preguntado por ti- Dora se emocionó tanto que rápidamente se despidió de Markus y sin desayunar corrió al centro médico.

Cuando llegó, las personas que estaban ahí la miraron, no porque estuviera corriendo, sino por lo que representaba en el pueblo.

Nerviosa, fue hasta la recepción y preguntó por el androide que había traído- que por cierto, no sabía su nombre-.

La humana le dijo dónde estaba y con más tranquilidad fue hasta su habitación, tocó la puerta antes de entrar y sonrojada el dió una sonrisa al androide.

-¿Cómo estás?- le preguntó.

-Mejor que nunca- el androide tiene unos hermosos ojos grises y una cabellera castaña- gracias por salvarme.

-No fue nada- sonrió y se sentó a su lado, en un sillón cerca de la cama-¿Cuál es tu nombre?

-Matt- le dijo- ¿Y el tuyo?

-Dorotea.

Se pasaron hablando unas horas hasta que el estómago de Dora exigió comida.

Ella de despidió de Matt y fue hasta la casa donde ahora reside, cuando llegó, se encontró a Markus en el comedor. Olía a espaguetis y a albóndigas recién hechas.

Markus la miró y deslizó un plato de ese delicioso manjar hasta ella. Dora se sentó frente de él y lo devoró todo como si nunca hubiese comido en su vida.

Tú y yo. (rA9- Ruta Markus).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora