Fragmentos de memoria - Cap 5.

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Nero. 

Anoche apareció cómo si nada de.... esa forma ¿Qué iba a hacer? Apenas lo conozco y ya viene así casi desnudo y quiere.....¡Agh!.
-¿Qué demonios le pasa a ese tipo?-pregunté por lo bajo frunciendo el ceño. 
Pero por alguna razón cuando rozó las manos por mi cuerpo inexplicablemente aquella zona se calentaba como si realmente deseara ese tacto. 
-¿Qué demonios estoy pensando?-gruñí sintiendo un abrumador calor en las mejillas. 
¿Acaso será cierto que él es mi pareja?

¡¿Cómo es eso posible?! ¡Somos hombres!

Pensé. 
Oí la puerta que se abría, observé y Dante estaba entrando. Me cubrí con las sábanas por completo. 
-¿Qué quieres?-pregunté de mala manera. 
-Nero-me nombró entre suspiro se sentó sobre la cama-Quiero pedirte perdón por lo que he hecho. Realmente me he pasado de la raya y lo admito, soy un tonto. 
Aparté apenas las sábanas de mi vista y observé que tenía una mirada triste ¿Debía creerle? Bueno, después de lo que hizo ya le temo. 
-¿Me perdonas?
Fruncí el ceño. 
-Prometo no hacer nada que te moleste-dijo alzando una mano al frente suyo. 
-¿Lo prometes?
Asintió sonriendo con ternura. 
-De acuerdo-dije entre suspiro. 
Aparté la sábana y me incorporé. 
-Vamos, levántate que hoy saldremos-dijo parándose. 
-¿Saldremos?-pregunté. 
-Si-respondió mientras se dirigía hacia mi ropero-Te ayudaré a recuperar tu memoria yendo a lugares los cuales compartimos juntos-agregó por último mientras sacaba unas prendas de ropas y volteaba hacia mi. 
-¿Y cómo se que no es una trampa tuya y deseas hacerme lo de anoche?-pregunté alzando una ceja. 
-Si lo querría hacer. Lo haría aquí y ahora mismo-respondió sonriendo de manera pícara. 
Sentí un escalofrío recorrer por mi cuerpo. 
-Pero soy un caballero y aceptaré tus peticiones. 
¿Caballero? Si, claro. 
-Vamos, toma y cambiate de una vez o lo haré yo mismo. 
Le quité las prendas de ropas de las manos. 
-¡De ninguna manera viejo pervertido!-ladré sonrojado. 
-Vamos. Si antes te gustaba que lo hiciera-comentó sonriendo burlón. Se acercó a mi oído-Ah y claro, también te gustaba que te desvista-susurró. 
-¡Viejo pervertido! ¡Vete que quiero cambiarme!-ladré mientras lo empujaba por la espalda y él sólo reía. 
-Ay postrecito. Aunque hayas perdido la memoria sigues siendo el mimo Nero cabrón del que enamoré.
-Si, si, si-dije sacándolo fuera-Ahora sáquese-y cerré la puerta de golpe. 
-Te espero abajo-oí de su parte. 
-Vete al demonio Dante-maldije entre dientes sintiendo el corazón acelerado. Este hombre definitivamente no parará hasta.... violarme. 
Tragué fuerte al recordar cómo se encontraba anoche. 
Basta Nero, deja de pensar en ello y vístete de una maldita vez. 
Pensé. 

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