Capítulo 01

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Bill Cipher era un demonio.

Miembro de la Primera Jerarquía bajo el gobierno de Lucifer, su deber involucraba la captura de almas humanas. No era exagerado decir que era el mejor en el negocio cuando se trataba de este tipo de cosas, considerando que era el demonio mejor clasificado y, de hecho, se había asegurado en el puesto número uno durante los últimos quinientos años.

Y así fue, cuando la identidad de su próximo objetivo aterrizó en su regazo, el demonio no tuvo reparos al respecto. No había fallado ni una sola vez en asegurar un alma en sus miles de años en el frente.

Entonces, ¿por qué esta vez sería diferente?

• • •

Mabel Pines, diecinueve años. Nació junto a su hermano gemelo en Piedmont, California. Nada especial.

—Entonces, ¿qué dices, chica? Puedes tener todo lo que quieras en el mundo entero. Fama, fortuna, amor, lo que sea.

La atención de la chica se animó con sus palabras, incluso mientras lo miraba con cautela. Todo por el hecho de presentarse como un demonio hace cautelosa a la gente. Los dos se sentaron en un restaurante, apartados en una cabina en la parte de atrás mientras él daba su discurso habitual.

—¿Y obtienes mi alma a cambio?

—¡Sí! Pero no te preocupes por esa parte, no la recogeré hasta años después. Aquí el papeleo dice todo lo que contiene. Entonces, ¿qué dices? ¿Lista para firmar el contrato? —cogió una pluma y un grueso fajo de papeles del aire, empujándolos hacia ella a través de la mesa con una sonrisa.

Ella se mostró bastante ingenua, por lo que no le preocupaba que ella se uniera. Mabel Pines resultó ser la típica cabeza hueca que actuó impulsivamente sin pensar en las consecuencias. La había visto tragarse un frasco entero de mayonesa en un desafío solo unos días antes.

—Mmmm... No, gracias.

—Genial, entonces solo firma aquí y...

Espera, ¿qué?

El demonio de cabello rubio la miró desconcertado. Mabel le dirigió una sonrisa de disculpa mientras se encogía de hombros y empujaba el contrato hacia él.

—Nos vemos.

Tomó el contrato en silencio, mirándolo fijamente como si ofreciera las respuestas a las muchas preguntas que se agolpaban en su mente. Cuando levantó la cabeza, la humana ya se había ido.

¿Qué demonios acaba de pasar?

Tarro De MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora