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Capitulo 9. Club

Los días pasaron y apesar de que las cosas iban de lo mejor con mi ahora novia sentía que algo le preocupaba o molestaba, pero no me quería decir nada, ¿Qué había pasado?, no lo sabía pero lo que sí, es que todo había sido desde aquel evento donde la presenté oficialmente como mia.

Algo o alguien la había molestado, o incluso quizá puesto en mi contra, yo no era de tener enemigos pero tal vez alguna de mis parejas anteriores fué y... no lo se, tal vez solo me estaba haciendo ideas locas.

-¿Pasa algo?.-

-No es nada.- Respondía siempre y desviaba la mirada de la mia o me daba una sonrisa y un beso.

Hoy no fué así, solo suspiró haciendo como si leyera su libro, debo admitir que se veía muy intelectual cuando leía aunque solo fuera una novela, pero no estaba del todo en su lectura.

Llegue a la sala por detrás de ella abrazandola al cuello y respirando el aroma de su cabello, ella no dejó de hacer lo que hacía, no me ponía atención y eso me empezó a molestar ligeramente.- Dime que pasa Em...-

No contestó, asi que comencé a besarle el cuello, no se inmutaba, me estaba rechazando.- ¿Podrías dejar que termine de leer al menos?.-

-Ni si quiera estas leyendo...- Cerró de golpe el libro levantandose de donde estaba, me aparté de ella confundido.- ¿Estás bien?.-

-Voy a salir un rato.-

-Pero es de noche, ¿A dónde vas?.- Pregunté curioso.

-No me voy a quedar siempre aquí sin hacer nada...- Bufó sarcastica.

-No me respondiste...-

-¿Tengo que?.- Me contestó de mala gana, me quedé con la boca abierta a punto de contestarle pero no lo hice pues tenía razón, podía ir a cualquier parte no se lo podía impedir.- ¿Podrías soltarme ahora?.-

-Lo siento...- No había notado que la estaba deteniendo del brazo, la solté y ella subió al cuarto, me senté frustrado en el sillón, no entendía que era lo que le estaba pasando, no sabía si estaba haciendo algo mal, y no me ayudaba en nada que no me lo contara.

Con las manos en la nuca, agachado, solo escuché como la puerta principal se cerraba de golpe, se había ido a no se donde y la casa se sentía más sola que antes de su llegada.

No sabía que hacer, si ir tras ella o dejarla hacer lo que quisiera, quedarme a pasar el tiempo esperando a que regresara y pedirle una disculpa o explicaciones. Suspiré, encendí el televisor sin siquiera tomarle importancia a lo que salía y me fuí a buscar algo para comer.

Las horas pasaban y no tenía ninguna noticia de Emilie ni una llamada, yo me estaba quedando dormido donde estaba y entre bostezo y cabeceo ya no sabía si estaba dormido o despierto. La veía ahí en la sala de la casa conmigo, sentada en el suelo frente a mi, mirandome fijamente con esos ojos tan sencillamente hermosos, me sonreía mientras acariciaba mi cabello con sus dedos.

-¿Estabas viendome dormir?.- Le pregunté con una sonrisa.

-No pude evitarlo, ¿Te desperté?.- Sus palabras resonaron en mi cabeza, abrí los ojos encontrandome con nada, no estaba ahí, solo había sido un sueño, justo como aquella vez, como muchas otras veces en las que no estaba conmigo, el no tenerla de verdad me hacía alucinar.

Revisé la hora en el celular, era casi la medianoche y no tenía ningún mensaje o llamada de su número, con el telefono en la mano fuí a buscarla por la casa, quizá había regresado mientras dormia, la llamaba por su nombre pero no tenía respuesta, las luces estaban apagadas, ella aún no regresaba a casa.