Prólogo

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Un martes 13 cualquiera, los hermanos Demwitch pasaban una tranquila tarde soleada jugando bajo la sombra de un sauce. Aaron, de piel clara como la nieve, ojos azules como el cielo nocturno y cabello castaño claro con reflejos color miel, jalaba el pelo de su hermana menor, que tenía su misma piel, pero el pelo castaño oscuro con reflejos color cobre y ojos que peculiarmente cambiaban de tono miel a chocolate y luego a un tono caoba.
Eran inseparables, distintos e iguales, compartían la misma sangre y cosas ocultas que ellos recién descubrían.
Aaron es el hermano mayor con 21 años, con su mirada intimidante daba a mostrar que era fuerte, imponente y poco simpático con las personas que lo rodeaban, sólo era dócil con su hermana menor de 18 años llamada Lilith. La protegía con su vida, porque era lo único que tenía, no dejaba ni que los chicos se acercaran a cortejarla, porque sus celos y posesión por protección hacia ella llegaban a ser asesinos. Lilith por su parte tenía una mirada tierna y expresiva por culpa de sus grandes ojos cambiantes de color, su carácter es fuerte y sólo su hermano la sabía tratar, porque de risas y juegos ella pasaba a golpes y gritos con sólo un pequeño estímulo de ira.
Estos hermanos se tienen sólo el uno al otro, ya que sus padres habían fallecido hace tiempo. Sus padres murieron por el ataque de unos demonios, que es lo que recuerda vagamente Aaron, pero lo que ninguno sabe es el porqué los demonios atacaron.
Hace 36 años, cuando su madre cumplía sus 15 años, se encontraba metida en problemas con el más allá. Jugaba desde los 13 años con brujería negra para conquistar a los chicos que le gustaban o para dañar a sus enemigas y abría portales con la ouija, porque según ella hablaba con su difunta abuela, pero lo que no sabía es que con quien siempre habló era con el mismísimo Lucifer.
Una noche de tormenta, ella estaba usando la ouija como habitualmente lo hacía, invitó a la que creía que era su abuela a que se hiciera presente y se manifestara, pero al darse cuenta que quien se manifestó no fue su abuela, supo que estaba metida en graves problemas.
Del tablero, se desplegó una sombra gigante que se volvía en un hombre de alta estatura. Unos ojos azul oscuro la miraban fijamente, cabello de reflejos color oro y piel blanca que iluminaba la habitación como si fuera la luna, que poseía dos alas negras de gran tamaño. Ella pensó que se trataba de un ángel, pero no comprendía porqué el color de las alas era negro... Quien se había hecho presente era Lucifer.
Él se le empezó a acercar, pero ella se comenzó a aterrorizar al ver que sus pasos desprendían hielo en el piso y sombras se paseaban corriendo por las paredes y el techo. Alessa comenzó a gritar desesperadamente, sus padres que estaban abajo escucharon sus gritos y subieron corriendo a su habitación para ver lo que sucedía. Al entrar, el apuesto joven cambió sus delicados rizos a un par de cuernos, su blanca piel por un tono rojo oscuro, sus tiernos y grandes ojos azules por unos completamente negros y sus delicadas manos por garras afiladas, con las cuales degolló a ambos padres y absorbió sus almas, dejando sus cuerpos tirados en el frío suelo.
Alessa, con todo el terror del mundo, se dirigió corriendo hacia la casa de su novio, que se ubicaba a un par de cuadras de la suya. Gritando suplicaba que le abriera la puerta y apenas sintió que el cerrojo se giraba, entró desesperadamente y abrazó a quien creía que era su novio, pero por el hombro del sujeto, se asomó una pluma negra y detrás de él yacía el cuerpo de su novio degollado igual que sus padres. Gritó de terror y se separó rápidamente del sujeto a quien estaba abrazada, lo observó y vio que ya no estaba en su figura aterradora, sino que de la primera forma en la que se presentó.
Aterrada y desconcertada pidió que reviviera a sus padres y a su novio, fue entonces cuando él habló y dijo: - Los reviviré si tú aceptas este trato: Me darás dos hijos con mi sangre, ambos serán mitad demonio. El primero será varón y nacerá dentro de nueve meses, tendrá mi fuerza y seguirá mis pasos para continuar mi legado. La segunda será mujer y vendré a engendrarla dentro de dos años. Ella será una poderosa bruja, tendrá muchos poderes que comenzará a desarrollar bien cuando cumpla 18 años, podrá hacer lo que se le antoje con ellos y con su encanto seducirá a los hombres para dármelos de ofrenda y alimento a mis demonios que te vigilarán siempre.-
Alessa no estaba muy segura de porqué el demonio querría eso, pero ante el miedo y la desesperación aceptó el trato. Lucifer para sellar el trato, se acercó despacio a ella, la tomó del mentón y la besó suavemente. Al terminar el beso y al abrir sus ojos, ella se vio sentada frente a su tablero de ouija como si no hubiera pasado nada, pero sí, ya sentía que había algo alojado algo en su vientre.
Luego de todo lo ocurrido esa noche, la vida de todos siguió normal, excepto la de la madre de los hermanos Demwitch.
Lucifer logró hipnotizar a los padres y al novio para hacer creer que el embarazo fue generado por el novio y no por él.
El embarazo fue caótico y doloroso para ella, en sus náuseas vomitaba sangre, las contracciones dolían como si la atravesaran mil espadas y era vigilada constantemente por demonios que enviaba Lucifer, pero nada de eso fue tan terrible como el parto... Su dolor era como si la quemasen viva. Alucinaba que las caras de los médicos que la asistían eran carneros de mirada demoníaca, que reían diabólicamente de sus gritos de dolor. Con el último grito que dio, nació un bello bebé, al cual llamó Aaron, que tenía los mismos rizos dorados y ojos azul oscuro de su padre.
Aaron no era como cualquier niño, él veía espíritus deambular y jugaba con los demonios que enviaba su padre. Tenía ataques severos de ira cuando no era complacido por su madre, pero era una dulzura gigante cuando estaba a gusto y escuchando música, que en vez de ser las típicas canciones de cuna, eran sonatas diabólicas y subgéneros satánicos del metal.
Crecía sano y fuerte con los poderes que le había heredado su padre, pero que aún no los descubría por su inocencia e insensatez.
Cuando él tenía los dos años cumplidos, Lucifer reapareció para engendrar a quien vendría siendo su hermana menor. Lucifer salió de entre las sombras bajo la blanca cuna de Aaron, saludó a su inocente pequeño que reía, porque las plumas de sus alas le hacían cosquillas, se dirigió a la habitación de la madre que dormía profundamente al lado de su prometido, que era el novio a quien Lucifer había matado y revivido posteriormente.
Lucifer hizo levitar a Alessa mientras seguía dormida y la movió hacia otra habitación de la casa para no despertar a su prometido. Cuando la bajó sobre la otra cama, ella despertó por el inminente frío que comenzó a hacer y al abrir sus ojos ve ante ella la bella silueta de Lucifer que la observaba con sus brillantes ojos y una sutil sonrisa.
-Hola, querida mía, sé que no me olvidaste, ni mucho menos el trato que hicimos. Vengo a cobrar la segunda parte... Es turno de crear a mi hermosa princesa del caos.- Ella sin reproches asintió con la cabeza, sin embargo, en ese momento, Lucifer agregó: - Pero ella debe ser creada con más pasión y deseo... -. La madre entendió mensaje y sólo se quedó parada observando a Lucifer que se acercaba a ella para tomarla de la cintura y desabotonar su pijama celeste.
Alessa no estaba segura de qué hacer, así que siguió a Lucifer y acarició sus suaves rizos de oro y lo miraba al profundo mar de sus ojos. No le cabía en la mente cómo semejante belleza la deseaba a ella para procrear, trataba de pensar en opciones, pero un dulce beso calló sus pensamientos y casi hechizada comenzó a quitar el oscuro traje de Lucifer, que sólo la dejaba y besaba con fervor.
Ambos se acariciaban y besaban sobre la cama que estaba ubicada junto a la empañada ventana. Ella de nuevo recobró el sentido y comenzó a prensar en qué estaba haciendo, pero fue en ese momento que Lucifer la tomó y la dejó debajo de él suavemente para comenzar a besar su cuello y lentamente penetrarla. Alessa no puso oposición y sólo disfrutó del momento, colaborando con caricias y pasionales besos.
Aquella noche finalizó con un abrazo y con Lucifer susurrándole al oído: - Volveré por ti.-

Los Demonios También Pueden EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora