Capitulo 10
Luego de que Aaron fuera a dejar con desconfianza a Lilith en su academia, se dirigió hacia el taller de mecánicos en donde él trabajaba. Mientras conducía por la carretera, iba cantando algunas canciones de metal y rock, los géneros más escuchados por los hermanos.
El camino fue tranquilo hasta que un ave negra, que seguramente volaba entre los árboles de grandes dimensiones ubicados a los costados de la desolada carretera, se estrellara contra el parabrisas escandalosamente, que, sin embargo, no sufrió ningún rasguño. En seguida Aaron frenó bruscamente y se bajó a revisar que el ave estuviese bien, pero extrañado se dio cuenta que no estaba en ningún lado, el parabrisas estaba intacto y no había ni una pluma en el suelo o alguna gota de sangre esparcida, por lo que con un poco de desconcierto se subió al auto y continuó la ruta hacia el taller. Por el reciente hecho, se fue conduciendo aún más precavido y pensativo, no sabía si dejarlo pasar como un simple accidente o creer que era alguna especie de señal.
La carretera estaba vacía, no se veía ningún auto, era casi como conducir de madrugada, con la diferencia que se podía apreciar con claridad las hileras de árboles mezclados entre pinos y otros nativos, flores silvestres que adornaban el suelo y los valles de verde y jugoso césped, alimento para los bovinos manchados que allí yacían rumiando. Todo esto iba desapareciendo a medida que se acercaba al taller, que daba visión a lo urbano, a lo gris y manipulado.
Llegando allá, un joven que se veía de buen estatus socioeconomico se encontraba esperando a Aaron con su auto de última generación para que le atendiera. El joven había llegado ahí por la vaga recomendación de un amigo que solía tener problemas con su camioneta y siempre le brindaron buen servicio.
Aaron estacionó su auto y se bajó a saludar a su cliente, el cual le correspondió estrechando su mano firmemente. A Aaron se le hizo un tanto particular y graciosa su apariencia, ya que andaba con unos pantalones de tela en tono beige, una camisa blanca perfectamente planchada y anudado a sus hombros un sweater amarillo pastel. Su rostro era de muy pálida piel, con marcadas pecas en su nariz, ojos verdes agua y cabello naranja, perfectamente peinado con gel.
Aaron, con una mirada seria le preguntó por los problemas del auto, a lo que el joven respondió que hacía unos ruidos extraños y costaba hacerlo partir. Aaron reconoció de inmediato los problemas que presentaba, por lo que le dijo al joven que pronto estaría listo, ya que no era nada muy grave ni complejo de reparar, entonces acordaron plazo para el medio día. El joven ya aliviado, felizmente canceló la mitad del total para asegurar el trabajo.
Al marcharse, Aaron comenzó su trabajo con música de fondo. Ese día estaría solo, ya que les dio libre a sus colegas, pero eso no era problema para él, ya que se sentía cómodo trabajando solo.
Al cabo de dos horas acabó las reparaciones necesarias y vió que le sobraba tiempo para el plazo acordado, entonces decidió darse la recompensa de un descanso bebiendo una cerveza para esperar al dueño del auto y luego ir a ver si Lilith necesitaba algo antes de ir a casa.
Bebiendo su cerveza se puso a buscar alguna marca que haya quedado en su auto luego del impacto del ave y no encontraba nada, pensó que tal vez era mejor dejarlo pasar así como un simple accidente.
Fue así como pasaron las horas y llegó el dueño del reluciente auto, el cual quedó fascinado con los resultados vistos y probados por Aaron. El joven colorín le pidió su tarjeta de recomendación para sus amigos por el excelente trabajo rendido.
- Estoy sin palabras sinceramente, no hace sonidos, parte fácilmente y no hay ni un raspón, es simplemente hermoso, perfecto... Al igual que tu rostro... Ten guapo, la diferencia del pago - le dijo el chico guiñándole un ojo y mordiéndose el labio.
Aaron quedó mudo, recibió el dinero y simplemente quedó pasmado con sus ojos azules fijos en el chico, agradeció torpemente el halago y entró al taller para disimular un poco su expresión entre sonrojada y anonadada. Para su suerte, el chico partió apenas Aaron se entró.
Al rato de que Aaron estuvo sentado en el escritorio procesando lo ocurrido, con la manzana que se había llevado de casa, decidió que era tiempo de cerrar el taller e ir a ver a Lilith, porque quería comprobar si ella iba saliendo sola o si iba con el baboso de su novio, que odiaba con todo su ser, ya que a leguas sentía sus malas intenciones. Si fuese por Aaron ya lo tendría muerto, colgado de dagas y cuchillos en su pared como muñeco para jugar tiro al blanco.
Mientras tanto, Lilith tomaba sus clases que ya estaban por acabar, se puso de acuerdo para salir con Nick al finalizar la jornada y dar un paseo por el parque, que ella amaba en esas fechas otoñales para pisar las hojas y sentir el olor a tierra mojada. Nick aceptó la invitación con mucho gusto, por el hecho de que le gustaba pasar tiempo con Lilith, a pesar que no le gustara la humedad ni el frío de dicha estación.
Estaban en la clase de filosofía, ya casi todos se dormían sobre sus mesas por lo aburridos que se sentían, Lilith era la única medianamente atenta al profesor, ya que una parte de ella observaba el árbol junto a la ventana y como hacía flotar las hojas con el control del viento disimuladamente, porque obviamente no iba a querer ser descubierta por alguno de sus compañeros.
Antes de que tocara el timbre de receso, Aaron ya estaba en el lugar esperando a Lilith sentado en el capó de su auto, comiendo la manzana con la que estuvo jugando en el taller.
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Los Demonios También Pueden Enamorarse
ParanormalDos hermanos inseparables que se cuidan el uno al otro buscando respuestas de que les pasó a sus padres en el pasado, ellos no son normales, ellos son...demonios Mientras ambos investigan lo que pasó con sus padres, van cazando demonios y toda clase...