Capítulo: 17 Dulzura Humanoide.

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Capítulo: 17 Dulzura Humanoide.

Admiel se sienta con cuidado en el sofá.

- Está bien pero antes ven y dame un besó ya que no se puede hacer más nada.

- Ok. Pero sólo un besó o tal vez dos, no me hagas trampa mira que te conozco.

"Sé que querrá hacer trampa pero yo soy la que tengo que ponerle un stop, su cuerpo está muy lastimado pero así es Admiel es capas de decirme que no siente dolor sintiéndolo"

Caminó directo a mi novio y esté me sienta en sus piernas —Admiel puedo lastimarte —descuida cariño serié un dolor leve, y nos besamos yo iba lento pero él cambió a un ritmo desesperado el cual tuve que seguirlo sé que me necesitaba pero no podía dejar que me haga el amor con sus costillas aún fracturadas, perdí la noción de todo por una fracción de segundos pero luego Admiel bajó a mi cuello repartiendo besos mojados y recobré un poco la compostura.

- Admiel sabés que no podemos. —me calló besándome amaba cuando hacia eso pero no es el momento para eso. A regañadientes separé mis labios de los suyos.

Se quedó mirándome. Pero no me reclamó nada. Aún me tenía presa en sus brazos y no podía liberarme porque se ha quedado como una estatua.

- Admiel, eh... Tengo que preparar la cena. ¿Puedes liberarme? —No —dice en voz pasiva.

"¿Qué? ¡Ven! se comporta como un niño de cinco años" 

- Amor tengo hambre. —Está bien —dice resignado.

- Y por favor Admiel no te quedes en modo estatua porque me asustas. —le digo acariciando su morado rostro. 

- Discúlpame amor, sólo me perdí pensando en nosotros y luego mi mente se quedó en blanco, no quería asustarte. —está bien.

- Ahora si me voy a preparar esos deliciosos camarones. —le doy un cortó besó y me alejó rápido antes que sea yo la que no pueda contenerme. —iré contigo me prepararé un sándwich en lo que está lista la cena.

- Ven pero que sean dos, también muero de hambre —te lo iba a preparar aunque no me lo hubieras dicho.

"Eso es verdad, Admiel nunca come sólo"

- Losé cariño. —Y sin trampas, te sentarás en la cocina a comer tu sándwich y ya. —le digo a mi novio —No, también te veré cocinar —pero si no es la primera vez que me ves en una cocina —ruedo los ojos.

Ya en la cocina sacó lo que necesitaré y le pasó a mi novio lo que él también necesitará.
Me pongo en marcha con lo de la cena. En lo que el arroz se cocina sólo, Admiel me pasa mi sándwich y sin dudarlo le doy un mordisco. Es de queso suizo y jamón.

- Ummm moría de hambre, Miel —igual yo cariño.

Terminamos de comernos los sándwiches y sólo faltaba el punto final ya que ése pan fue un aperitivo de entrada literalmente. Porque a decir verdad seguía con hambre y sé que Miel también.

Mientras mi novia, se pasea de un lado al otro buscando los condimentos para terminarla yo apenas puedo caminar bien y así, en éstas jodidas condiciones quería hacerle el amor a ella,

¿En qué estaba pensando?

No puedo satisfacerla, al menos no como quiero y debo. En eso se me enciende la bombilla de la perversidad, —río de lado —acabó de imaginarme otra manera de tenerla jadeando por y para mí.

"Que bueno que vine a la cocina" —se me escapa una risita la cual sólo me doy cuenta por mí novia —¿De qué ríes, Miel?—pregunta confundida.

¿Me amaras a pesar de todo? +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora