Inalcanzable

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Amy.

Una vez que estábamos en el centro comercial, mire a todas partes buscando a Elizabeth mientras que Remington me seguía, escuché un grito familiar y pude ver a Elizabeth acercarse a mi.

—que bien que llegaras—dijo Elizabeth mientras beso con ternura mis mejillas—pense que estarías ocupada—
—descuide el Sr. Lowell me dejó salir por mi buen trabajo en el hospital—dije sonriendo.

Caminamos por las tiendas, entrábamos en algunas y miraba la ropa no muy segura de que pudiera quedarme, Elizabeth me decía que por mi figura era más que seguro que iban a quedarme bien, entre con algunas de las prendas a un vestidor y me las probé, algunas eran pantalones entallados y un par de camisas. Le enseñé cada prenda a la señora Elizabeth y ella asentía con la cabeza maravillada de que la ropa resaltará mi figura.

—todo te queda perfecto, vamos a otra tienda necesitas vestidos y zapatos—dijo Elizabeth esperando a que me pusiera mi ropa de nuevo.

Fue silencioso el camino entre Remington y yo, ni siquiera podía mirarlo a los ojos ya que estaba cohibida con el después de lo que había sucedido. Mis manos tomaron las bolsas pero Remington los tomo de mis manos. Sus dedos crearon una sensación inexplicable en mi piel causando un escalofrío en mi.

Entramos a la tienda tomando un par de vestidos, entre y comencé a quitarme las ropas para cuando me di cuenta Remington había entrado mirándome.

—Remington...—susurre al verlo en el espejo detrás de mi acariciando mi espalda.
—odio que otros hombres te miren...—respondio en mí oído haciendo un escalofrío que recorría mi cuerpo.
—¿De qué hablas?—susurre sus manos recorriendo cada parte de mi, me hacía sentir rara, sin embargo yo había sido la que había dicho que iba satisfacerlo cada vez que el quisiera.
—cuando te vi con ropa ajustada se levanto... Eso es lo que causas con tu fabuloso cuerpo—susurro en voz baja Remington.
—l...lo lamento mucho-—respondi con la voz temblorosa, me gire y comencé acariciarlo por encima de la ropa, me miraba atento a lo que hacía para darle a su miembro el placer que lo estaba matando, saque el botón que confinaba al encierro a su hombria y lo saqué del bóxer.

Comencé a lamer la punta de forma cuidadosa mientras que el solo se sujetaba de las paredes, poco a poco lo introduje en mi boca moviendo mi cabeza en de arriba a bajo haciendo succión de su miembro.

—sigue así...—susurro con la voz ronca mientras una de sus manos tomaba mi cabeza y me llevaba a un ritmo más rápido, me quedé quiera mientras el se movía en el interior de mi boca. Podía ver que sentía placer más con lo que me hacía, escuché que tocaron la puerta y continúe estimulando su miembro.
—¿Tienes problemas allí adentró?—pregunto Elizabeth, supongo que llevaba mucho tiempo sin que saliera.
—si, es Solo que me cuesta entrar en el vestido pero en un minuto saldré lo prometo—respondi intentado evitar sospechas.
—ire a ver zapatos para ti linda—dijo con su voz cálida.
—vale no se preocupe...—solto un grave suspiró y se corrió en mis manos y parte de mi vientre.
—lo lamentó—susurro mientras se acomodaba las ropas y sacaba un pañuelo de su chaqueta para limpiar mi vientre, me miró por un momento y me beso en los labios sacándome por sorpresa—no lo hagas con nadie más que conmigo—

Asentí y lo mire salir del probador.

...

Remington...

Jamás me había portado así antes, quizá Amy me tenía en un perfecto descontrol, desde que ella llegó siento ganas de poseerla de todas las maneras existentes; sin embargo era difícil no pensar que me aprovechaba de su inocencia ante la vida y piensa que lo que hace esta bien. Aunque se vistiera para ocultar su cuerpo aún así todos la miraban deseando lo que había debajo de su ropas, a mi madre simplemente le encantaba ir y venir por el centro comercial comprando ropa para una chica como Amy, simplemente para ella era como la hija que siempre quiso tener después de nosotros claro.

Amy sonreía un poco pero continuaba caminando, paramos en una tienda de ropa interior y mi madre eligió toda clase de ropas interiores para ella. Al terminar yo cargaba más de seis bolsas de tiendas diferentes, casi todas pesaban lo mismo y suspiré cuando nos detuvimos a comer un poco.

—¿Como te está llendo viviendo con Remington?—pregunto comiendo su ensalada.
—bien creó... No ha sucedido nada malo o por el estilo—respondio comiendo un bocado de su hamburguesa.
—¿Lo ves?—dije haciendo Reír a mi madre—es que tú piensas que soy un desastre pero sabes que no es así—
—quiza no sepa cocinar y tampoco a usar su lavadora pero es talentoso en otras cosas—me defendió Amy causando una risa de mi madre.
—oh dios mío... Al fin una chica te defiende—dijo mi madre secándose sus lágrimas de risa—serian una bonita pareja ustedes dos—

Miró su móvil llegar algunos mensajes y soltó una maldición para vernos.

—chicos siento no acompañarlos me llamaron hay un problema en la pastelería—dijo mi madre levantándose y tomando sus cosas —los veo el domingo que viene—

Se fue y ahora era peor para mí o Amy, dejo su comida a medio comer ya que no tenía más hambre, me pidió ir a casa y eso hice. Al llegar ella llevo algunas de las bolsas, se ocupó ordenando todo en su habitación y no hablo más conmigo.

...

Amy.

Tenía horas de no hablarle a Remington, pero era lo normal para mí ya que estaba insegura sobre lo que sentía, las palabras de su madre me hicieron desear algo que no está a mi alcance. Olvidé aquellas palabras era obvio que Remington no deseaba los rollos de los novios y mucho menos con chicas como yo.

Entre a la ducha despejando mi mente mientras la música fluía en mi móvil, salí del baño y me fui a cambiar como de costumbre, Remington estaba sentado en la cama observando lo que hacía, me puse la ropa interior aún usando la toalla. No sé porque me ponía en ese plan si el ya me había visto de esta manera.

Remington se acercó y me tomo de los hombros, para hacer que lo mirase.

—lo siento Amy...—susurro abrazándome, al sentir su calor con mi cuerpo era relajante y no quería que se detuviera—de verdad lo siento no debi tratarte así despues de esa noche te quiero conmigo que seas mia pero no solo de esa manera si no que quiero que me ames—

Sentí sus manos acariciarme y besar mis labios de forma dulce, en dejé llevar y comenzó a besar mi cuello mientras desabrochaba mi sostén dejando a la vista parte de mi pecho mientras que acariciaba mi feminidad deseando que estuviera excitada.

—no puedo evitarlo....—susurro para desabrochar sus pantalones y bajar el cierre, no tuve tiempo de reaccionar cuando se introdujo en mi de forma violenta, reprimir un gemido de mis labios.
...

Abrí los ojos de golpe, aquello había sido mi corazón hablando, un simple sueño y pidiendo lo que más anhelaba, eso era estar con Remington pero era imposible.

....

Room Side "B"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora