Fui yo

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Amy.

Sentía sus manos posicionarse a cada lado de mis caderas, su miembro rosar mi feminidad, estaba temblando, era la primera vez que sentía o era tocada porque yo lo deseará. Cerré los ojos y sentí un pinchazo, un gemido salió de mis labios mientras sujete su cuello temblando, apenas había entrado la punta y lo mire completamente intimidada.

—Aun no termino—dijo Remington entrando por completo sacándome un jadeo y encaje mis uñas, el sonrió con satisfacción. Acarició mi cuerpo con cuidado mientras esperaba a que yo estuviera acostumbrada a el tamaño de su hombría—Amy... Eres tan hermosa—

Sentí un cosquilleo, mi piel con un ligero hormigueo que iba creciendo de poco a poco, puse mis dedos en su rostro mientras temblaba. Se fue acercando a mi y sentí un ligero roce entre su nariz y la mía, el contacto entre el y yo era maravilloso. Bese con ternura mis labios moviendo de forma lenta sus caderas, el aire que acumulaba mis pulmones se soltó cuando sentí la primera penetración.

Era a un ritmo lento pero profundo, sentía el aire salir cada vez que entraba en mi feminidad, mordí su labio provocando un jadeo y este me sonrió.

—no seas brusca o lo seré yo contigo—dijo Remington para acelerar el movimiento de sus caderas.

Cerré los ojos comenzando a gemir, me sujete de su espalda mientras mi interior comenzaba a sentir la unión cada vez más constante de mi cuerpo al suyo, sentía como mi vista se estaba comenzando a nublar y los jadeos silenciosos se volvían gemidos que escapaban de mis labios.

...

Remington.

El ver a Amy de esta forma me hacía sentir más excitación, pero dado a que Emerson estaba en mi departamento no podía darme al lujo de que nos descubriera, bese sus labios para callar la ya que no deseaba que Emerson interrumpiera.

Sus labios sabían sorpresivamente bien, la cargue para ponerla como estábamos inicialmente mientras ella subía yo la bajaba a la fuerza, soltó un gemido ante aquella sensación, pronto sentí sus dientes en mi hombro mientras la penetraba cada vez más fuerte, su interior era maravilloso, el sudor de su cuerpo tan pálido me hacia perder la razón.

—no muerdas... O me harás ser peor—gruñia al sentir lo fuerte que estaba mordiéndome.

Comencé a hacerlo más brusco para ambos, su respiración se volvía más agitada y cerraba  los ojos ante tanto placer que salía de nuestra unión, no pudo más, mientras ella llegaba a la cumbre de placer. Me deleite mirando como arqueaba su pequeño cuerpo sobre el mío dándome una vista increíble de su cuerpo bien formado.

—lo siento—susurro tímida mientras se dejaba caer su cuerpo sobre el mío.
—descuida pero... Aún faltó yo—respondi para recostarla y entrar de nuevo de forma brusca, mire como abría los ojos como platos y se aferraba a las sábanas de la cama, sonreí. Me encantaba verla así solo por mi—vamos por tu segundo orgasmo—

Comencé a moverme sin descansó, ella solo gemía, aferrando sus manos a mis brazos que estaban a cada lado de su cabeza, entre más se arqueaba más sentía la necesidad de hacerlo fuerte. Sus labios hinchados por mis besos, sus pezones duros por mis caricias y las penetraciones que hacía podía ver cómo perdía la mente por completo.

Dure así un tiempo más hasta que ella llegó al orgasmo por segunda vez y yo me derrame por completo dentro suyo, me acosté a su lado agitado y sudoroso. Ella estaba temblando bajo los estragos de nuestra unión, la mire se veía sonrojada y tierna al mismo tiempo.

-—fue... Increible—respondi aún agitado.
—si... Es la primera vez que lo hago porque yo lo quisiera—respondio Amy con su voz suave y tímida—despues de esto... ¿Somos algo?—
—Deberias ir a tu habitación—respondi frío, la dura realidad me había golpeado, estaba siendo un aprovechado con ella.—yo... no quiero nada—

Pude ver aquel brillo de sus ojos desvanecerse, cerré los ojos sabía que iba a arrepentirme de esto.

—entiendo—respondo Amy—igual... Si deseas más... Yo... Puedo hacerlo para satisfacerte—

No le respondí y mire cómo se levantaba, tomaba sus cosas del suelo para ponérselas, la mire salir sin ninguna expresión facial en su rostro. Me quedé despierto en la cama por un rato más hasta que me dormí, sinceramente sabía que lo había arruinado con Amy de una forma monumental.

...

Amy.

Me acosté en mi cama a llorar en silencio, simplemente era peor de lo que había pensado, quizá había arruinado todo y por sobretodo no podría estar más tranquila en este lugar faltaba un par de horas para ir al trabajo pero francamente no quería estar aquí. Me levanté y me di una ducha de nuevo para limpiarme, una vez que lo hice me vestí y salí de forma silenciosa del departamento a mi trabajo.

Al llegar algunos de los enfermeros de turno dormían, fui a revisar a mis pacientes y a llevarles cualquier cosa que necesitarán, estuve allí hasta el medio día. Mi móvil sonó avisándome de una llamada entrante, respondí sin mirar quien era.

—hola...—la voz ronca de Remington se hacía notoria.
—h... Hola—susurre tímida.
—estoy a fuera para ir al centro comercial ¿Recuerdas?—dijo Remington serio.
—y..ya voy—tome mis cosas y me despedí de mis compañeros y pacientes, estaba avergonzada por la noche anterior y sobretodo no podía mirarlo a la cara, no después de lo que sucedió.

Al llegar a la entrada mire el coche de Remington, el fumaba como una chimenea y usaba sus gafas negras, espero a que me acercara para abrirme la puerta, ingresé sin darle ninguna palabra y espere a que cerrara la puerta.

El camino en silencio y miraba el camino concentrado.

—¿A qué hora entraste a trabajar hoy?—pregunto sin dejar de mirar el camino.
—me fui un poco antes...—respondi sería.
—entiendo... Al menos debiste avisarme... Casi me asuste—respondio Remington mientras me miraba de vez en cuando.
—descuida... No es tu problema lo que haga o no...—respondi cortante.
...
Remington.

Sin duda estaba lastimada.

Yo la había lastimado.

Room Side "B"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora