Hacerte mía..

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Amy

Había pasado un par de horas desde que Remington me había raptado del hotel donde iba a quedarme con Andy,  me negaba a dirigirle la palabra mientras conducía y nos hundimos en  silencio.

—Se que estás molesta y tienes el derecho a estarlo pero no iba a rendirme fácilmente—dijo Remington concentrado en el camino.
—¿Porque no dejaste las cosas así?... Digo seamos honestos tú ibas a casarte con tu ex Dana y parecias muy contento con eso—dije con desgano.
—No podía me di cuenta que eres el amor de mi vida, todos tienen derecho a equivocarse y a las segundas oportunidades—dijo Remington mirándome un momento, de verdad parecía arrepentido, mordí mi labio inferior y desvíe la mirada. No me atrevía a verlo no después de todo lo que sufrí, no iba a dejarlo fácil y el debía aceptar que no cambiaría de opinión.
—A veces el que te den una segunda oportunidad no significa que se vuelva a tener la misma confianza—respondi con enojó, odiaba estar tan sensible por el embarazo y más por las inmensas ganas de llorar de solo recordar lo que el había hecho para romper mi corazón. Odiaba aún amarlo y olvidarlo también pero más que nada odiaba todo lo que representaba Remington Leith.

...

Pasó un poco más de medias hora y estábamos en una cabaña en no sé dónde, fácil pude haber huido pero con el embarazo ya todo me daba pereza absoluta. Bajo Remington del auto y me abrió la puerta, yo me reusaba a salir no iba a dejar que se saliera con la suya.

—Vamos Amy tienes que bajar—respondio Remington amable.
—No... Quiero regresar a con Andy—dije molesta.
—Pues qué mala suerte estamos a ciento ochenta millas del lugar donde iba a a quedarse, a menos que quieras recorrer esa distancia a pie te sugiero que salgas y esperes hasta mañana—dijo Remington intentando sonar indiferente.
—Con gusto me voy a pié... Pero si me sucede algo es culpa tuya—Sali del auto dispuesta a caminar, necesitaba ganar en algo y tenía que esforzarme.

Camine más o menos unos treinta metros y sentí las manos de Remington tomar mis brazos con algo de preocupación.
—Solo te pido que te quedes hoy... Si después de esta noche nada cambia prometo llevarte con Andy a primera hora mañana y me voy a disculpar por esto—dijo Remington mirándome fijamente.

Lo pensé quizás podría hacerlo sufrir está noche y si lo iba hacer tenía que ser muy fuerte para hacerlo sufrir por su engañó y un sinfín de idioteces que cometió.

—Me quedaré Kropp pero te voy a dejar las cosas claras... No quiero tus horribles manos encima de mi, ni que me toques ni nada por estilo—respondi enojada, este asintió y caminamos a la cabaña.

Se veía polvorienta, sin embargo era moderna, tenía todas las comodidades y al entrar el Sitio estaba más que frío. Sobe mis brazos intentando de tener algo de calor ya que el sitio estaba igual de frío como si estuviéramos en un congelador.

—Esta helando aquí—susurre mirando el lugar cubierto de sábanas.
—Tenemos mucho tiempo que no venimos aquí... Solíamos estar en este lugar haciendo nuevas composiciones—dijo Remington llendo con la linterna de su celular a encender los fusibles.
—Jamas me hablaste de este lugar—respondi mirando todo con atención.
—Te iba a traer a este sitio en verano si no lo hubiera jodido todo—susurro con la voz ronca, pronto pude ver cómo todo se iluminaba.

El sitio estaba limpio, pronto Remington regreso para quitar las sábanas de los muebles. Observé con atención lo que hacía hasta que intento encender la calefacción.

—Creo que no funciona...—respondi mirando que el termostato seguía sin dar una señal de funcionar.
—Creo que se averió... Maldición... Tendremos que encender la chimenea—respondio Remington caminando a la chimenea, no tardó en encenderlo y arrojar leña dentro de esta.

Aún tenía frío, el se percató de eso y me brindó su suéter. Esa acción me recordó los viejos tiempos en los que si yo me quejaba de frío el me abrazaba o me daba su abrigo. Me sonroje y lo mire con timidez, el acarició mi mano al ver que ninguno separaba la vista del otro.

El aire se escapaba de mis pulmones estaba peleando contra mis impulsos, Remington se acercaba lentamente a mi, ambos respirabamos cada vez más entrecortada me y cerré los ojos. Al diablo con todo solo deseaba sentir sus labios una vez más.

...

Remington

Al principio del beso era tierno y tímido deseando que durará una eternidad, pronto el beso se volvía cada vez más intenso mientras nuestras manos no se quedaron quietas acariciando todo a su paso y dejamos la ropa de ambos caer en el suelo. Su boca no abandonaba la mía parecía ser demasiado posesiva y no la culpaba también había extrañado tenerla de esta manera, pronto la recosté en el sofá frente a la chimenea.

—Te extrañe...—susurre entré besos, sus labios iban directamente a mi cuello haciéndome excitar aún más.
—Callate Kropp—susurro mientras me ayudaba a quitarme la camisa.
—Demonios señorita—susurre al ver la prisa que tenía, no tardamos mucho para que estuviéramos desnudos y acariciara su feminidad deseando volverla loca de placer, con casa caricia que le hacía a esa parte de ella más enloquecía y gemía a todo pulmón.

Comencé a rosar mi miembro sobre su intimidad, esta solo jadeaba temblosora sujetándose del sofá ante la pequeña tortura que estaba haciéndole. Sus ojos no se despegaron de los míos hasta que finalmente me introduje dentro de ella, soltó un gemido ante la sensación que ambos extrañaba mis y poco a poco me abría paso en su interior hasta llegar al topé. Estaba temblando y tome su rostro para darle un suave beso comenzando con el vaivén de mis caderas contra las suyas, jadeaba entre el beso y sus manos se sujetaban de mi espalda.

No tenía palabras para describir lo que sentía al volver acariciar su cuerpo y tenerlo debajo de mi jadeante, tembloroso e inocente. Comencé a aumentarla velocidad con la que entraba deseaba hacerla gemir y ella pronto comenzó arañar mi espalda, suspiré ante esa sensación admitía que eres una excelente tarde combinación ya que comenzaba a moverme más y más fuerte contra su cuerpo. Ambos soltamos un jadeo al vernos todo el proceso de lo que era hacer el amor por primera vez en meses separados.

—¡TE AMO!—grito con la voz distorcionada de tanto placer.

No pude más y me vine ante sus palabras eso me había hecho terminar, mi corazón se sentía mejor de escuchar aquellas palabras, estaba encima de ella sudando y tome su rostro.

—Y... Yo a ti —susurre jadeante besando de nuevo sus labios.

Room Side "B"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora