33 | Dependencia

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Canción: Seafret - Oceans.

Si quieren dedicatoria se la llevará la que comente más, ahorita me pondré a dedicar los capítulos que me faltan ♡

                       ・゜✩ 。*

Capítulo 33. Dependencia.

Maydelinne Hanae.

Salgo del departamento cerrando con llave, si todo sale bien, mañana mismo será nuestro primer día aquí.

Al salir la poca luz me da la bienvenida, checo la hora en mi celular y me doy cuenta de que me he tardado más de lo previsto. Creo que el quedarme observando cada parte del departamento se me ha hecho un poco tarde. Camino entre las calles, algunas personas caminan hacia alguna parte del lugar. Siento mi celular vibrar en mi mano, muerdo mi mano al ver el mensaje.

El primer mensaje luego de aquella desagradable escena.

¿Dónde estás?

Lo ignoro metiendo mi celular en uno de los bolsillos de los jeans, sigo caminando hasta que paro un taxi y me subo, en todo el trayecto ignoro los mensajes del castaño.

¿Hasta ahora quiere explicarme? No tengo la menor idea de que es lo que me dirá, ¿una mentira? Tampoco sé si dejarlo que me explique, tiene derecho pero en este momento no tengo ganas de verlo. Todas las palabras que han salido de sus labios me parecen vacías, sin sentimientos.

Llevo una de mis manos a mi cuello y hago una mueca, ya hace bastante tiempo que no recordaba mi collar, el collar que mi madre me había dado antes de morir.

Al llegar frente al apartamento le pago al señor y bajo dando las gracias, me abrazo a mí misma cuando la brisa fresca azota mi cuerpo. Le sonrío al portero que se encuentra fuera del edificio paseando al perro de una vecina. Sin duda extrañare pequeñas cosas de aquí, como por ejemplo a las pelirrojas que viven hasta el fondo del pasillo.

Antes de poder entrar al edificio una voz me detiene, mis pies se clavan al piso y no puedo moverme. No sé si estoy realmente lista para verlo. ¿Estoy lista? Porque siento que no lo estoy, que con cualquier excusa barata voy a perdonarlo. Y es que lo necesito tanto y solo he pasado un día sin él.

La dependencia que siento por él me abruma y me aterra tanto. ¿Realmente podré vivir sin él?

Siento sus pasos acercarse hasta mi cuerpo congelado. Aprieto con fuerza mis manos a los lados de mi cuerpo viendo las puertas cristalinas del edificio. Tan cerca y tan lejos...

—May —sus ojos llegan a los míos cuando me doy la vuelta, trae el cabello completamente desordenado, como si hubiese pasado sus manos múltiples veces por él. Sus ojos se encuentran ligeramente rojos y no sé si sea porque no ha dormido nada o por alguna otra cosa—. Estaba buscándote, Michelle me dijo que saliste temprano y aun no volvías. Estaba preocupado —vuelve a pasar una de sus manos por su cabello.

Es ahí cuando noto que sus nudillos están lastimados, como si hubiese golpeado algo o a alguien. Mi pecho se llena de angustia pero me la trago para no hacerla notar, me preocupo por él y no puedo dejar de hacerlo de la noche a la mañana. La pregunta de ¿qué te ha pasado? Se atasca en la punta de mi lengua, pero no la dejo salir.

Cuando se da cuenta de que miro sus nudillos baja la mirada al suelo y trata de esconder sus manos.

—Estaba... Estaba haciendo algunas cosas —meto las manos a las bolsas de mi suéter. Lo veo asentir lentamente. Pasan algunos segundos en los que ninguno de los dos habla, sinceramente las ganas de llorar se encuentran en mí, pero no lo hago porque no sirve de nada. Llorar no arregla mis problemas, no mejora mi vida y mucho menos me hace sentir mejor.

Respírame © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora