VII Cita con el lobo feroz II

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La preciosa tarde de pronto cambia y el cielo se cubre de nubes. Llueve y un nudo comienza a formarse en mi garganta. Es la culpa, sólo es la culpa, me repito bajando del auto. Estás siendo infiel y te sientes culpable, es sólo eso, sigo diciéndome al salir del ascensor y de camino a la mesa donde Hisoka me espera. Es la culpa, pienso por última vez, viéndolo  boquiabierta. Su piel está tan radiante y perfecta, su cabello sedoso se desparrama casualmente sobre su frente. Lleva un traje de diseñador, probablemente italiano dejando entrever su exquisito gusto. Mi anti príncipe se ve perfecto.

―Hola ―dice devolviéndome a la realidad. Parece tan impactado por mi apariencia como yo por la suya. Bien, no estoy en desventaja.

―Hola―. Me siento y por primera vez no sé qué decir. Estoy tan perdida.

Tranquila Lucy, sólo es un hombre extremadamente guapo y ya ha sido tuyo. No tienes nada que perder. No lo dejes notar que te mueres de nervios. Tú eres la que manda. Tú eres Lucy Sterling.

―... ― Voy a hablarle cuando una mujer llega y me interrumpe.

― Muy buenas noches, es un placer tenerlos aquí. ¿Ya saben qué van a ordenar? ―sacude sus largas pestañas sin despegar la vista de Hisoka. Ya empezamos mal.

―No, yo acabo de llegar ¿Nos darías un momento? ―intento ser suave, él sonríe burlesco. Lo fulmino con la mirada. Que ni se le ocurra decir alguna estupidez―. ¿Qué te gustaría comer?

―Tú me invitaste ¿Qué me recomendarías? ―cubre su cara con la carta. ¿Lo hace a propósito?

Tranquila, son ideas tuyas, estás a la defensiva.

―Los camarones son el plato estrella del lugar, junto con la langosta. El cordero también es magnífico, aunque ahora último lo estoy dejando. Supongo que pediré algo vegetariano.

― ¿Vegetariano? Pensé que adorabas la carne― su mirada afilada y lujuriosa me recuerdan el hambre que tengo y que la comida no saciará.

―Hago excepciones con algunos animales ―touché, bombón. Sonríe, aceptando su derrota.

Doña pestañas largas regresa y ordenamos la cena. Pronto estamos deleitándonos con la comida, yo con mis vegetales y él con su cordero. ¿Por qué siento que hay un mensaje oculto en todo esto?

Tranquila Lucy, sigues a la defensiva.

Bebo un sorbo de vino blanco. Está exquisito.

― ¿Tuviste algún inconveniente con la reservación cuando llegaste?

―Ninguno.

―Bien.

Al terminar la cena, nos vamos al hotel que indiqué en la agencia de citas. Nuevamente todo funcionó bien con la reservación y nos dirigimos a la habitación. Una suite maravillosa, aunque en realidad, mi casa no tiene nada que envidiarle.

Me dirijo al cuarto y al revisar el closet encuentro la ropa que pedí.

―Esta agencia "hace tus fantasías realidad" ―pienso en voz alta.

― ¿Qué? ―pregunta Hisoka entrando a la habitación.

―Nada, sólo pensaba en un eslogan.

― ¿Piensas en trabajo mientras estás en una cita conmigo? Jamás me habían humillado tanto.

―No seas tan melodramático y espérame en la sala ―lo empujo hasta sacarlo de la habitación y me cambio de ropa. Me veo de infarto, pienso saliendo de la habitación.

Hisoka está sentado en la sala, bebiendo un whisky en las rocas. Era el trago que estaba en la lista de peticiones.

Al verme se atraganta con su trago y tose varias veces. Es lejos su mejor reacción. Llevo una capa roja con capucha y luzco mi traje ante su mirada brillante y hambrienta. No es un anti príncipe, él es un lobo feroz y yo soy su caperucita roja.

Derritiendo bombones [Hisoka Morow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora