XXX ¿Fin del juego?

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—Paremos... necesito... descansar... —suplicó Lucy, apenas manteniéndose en pie. Una hora y media de entrenamiento alternado de ren y ten la dejaba sin aliento.

En cuanto le di mi consentimiento, ella se desplomó, quedando prácticamente inconsciente. Con delicadeza la llevé en brazos hasta la cama, complacido. Después de una semana de entrenamiento en esa isla, se había vuelto más fuerte y estaba ansioso por saber cuánto.

—Sólo descansarás una hora, luego practicaremos combate cuerpo a cuerpo.

—Hmph... eres un negrero... —se quejó, durmiéndose.

Aprovechando aquello, subí al auto y fui al otro extremo de la isla, donde hay una aldea junto al puerto principal. Hace una semana el lugar era muy solitario y hoy parece particularmente concurrido.

Entré a una tienda para comprar provisiones y, tomando un canasto comencé a llenarlo con insumos de primera necesidad; alimentos no perecibles, dulces y preservativos. Hay que ver de qué es capaz la nueva Lucy y cuándo me la traje no busqué sus píldoras anticonceptivas. Ya quiero ponerla a prueba.

—El lugar parece repleto ¿ocurre algo especial? —le pregunté a la cajera.

—Ni te lo imaginas, cariño —su forma tan afectuosa de llamarme me incomodó—. Al puerto llegó un barco que recoge a los aspirantes para el examen de cazador, así que está llegando gente desde todas partes.

El examen de cazador.

He pasado tanto tiempo en el mundo de Lucy que he perdido la noción de lo que ocurre aquí. Quizás podría encontrar a alguien interesante para calentar, me siento un poco oxidado. Guardo las compras en el auto y voy a dar un paseo por el puerto.

~🍓~

Entro a la cabaña y mi bella durmiente sigue en la cama.

—Ya pasó más de una hora, despierta —subo sobre ella, destapándola.

—Hmph... no quiero... déjame dormir más —se queja, intentando taparse nuevamente.

Mi paseo por el puerto fue bastante poco satisfactorio y estoy más hambriento que antes. Levanto su blusa y lamo su vientre causándole escalofríos. Comienza a retorcerse entre mis brazos. Poco a poco mi cuerpo ardiente va despertando al suyo, provocándolo con besos y caricias.

—Sabes... a sangre —comenta cuando la beso y por fin despierta del todo, exigiéndome una explicación con su mirada.

—Hice algunas travesuras —digo sin más, quitándole lo que le queda de ropa.

—Entonces hay más gente en la isla —observa, mordiendo sensualmente su labio.

—Claro, ¿De dónde crees que conseguí esto? —alcanzo la bolsa que dejé en la mesa de noche y saco un chocolate. Sus ojos brillan por la anticipación, mientras quito lentamente la envoltura. Huele delicioso. Espero que su sabor esté a la altura, después de todo lo conseguí en la tienda de un aldea en medio de la nada.

Ayer cuando entrenó, balbuceaba que quería comer chocolates, pues sus deseos se han hecho realidad.

—Mientras seas una chica buena te recompensaré —tomo el chocolate con mi boca y me jala del cuello para llevarlo a la suya rápidamente. Lo muerde y yo hago lo mismo, descubriendo que está relleno con jarabe de frutilla, el que se derrama sobre sus labios. Gime cuando los beso y chupo, pegando su cadera contra la mía.

—Quiero... más...

—Primero muéstrame lo que la nueva Lucy puede hacer.

~🍓~

Derritiendo bombones [Hisoka Morow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora