《Ketch, encantado》

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Allyson

La habitación estaba oscura, ni siquiera sabía si estaba sola.

-Voyd. -Susurré. Moví mis ojos aunque solo veía oscuridad. -Voyd -Volví a susurrar, esta vez, más fuerte.

-Estamos todos aquí, cállate de una vez. - Respondió la inigualable voz de Zek. Quería levantarme y estrangularlo con mis propias manos.

-Cállate tú, si no fuera por ti no estaríamos aquí. -Escuché un suspiro de irritación. -Imbécil. -Murmuré lo suficientemente alto como para que me escuchara.

-Parecéis dos críos, callaos los dos. -Esa si era la voz de Voyd. -¿Estás bien niña? -Su voz sonaba lejana, más de lo que me había sonado la de Zek.

-Sí, sí. ¿Y tú? -No obtuve respuesta.

La puerta se abrió de una manera bastante brusca y la luz blanca de los focos de la habitación se encendieron consiguiendo cegarme. Cuando me acostumbré, podía ver como los cuatro estábamos colocados en cada esquina de aquella habitación rectangular, Voyd en diagonal a mi.

El mismo hombre asiático que nos metió en este embrollo, apreció con un cigarrillo entre los labios y su mechero en la mano. Más que observarnos, nos analizaba a todos y cada uno de nosotros.

-Ketch, encantado. -Me miró. -A puesto a que os preguntáis por qué estáis aquí. -Asentí inconscientemente. -La respuesta es sencilla. -Dirigió su mirada hacia Zek. Lo sabía. -Pero no os la diré. -Sonrió mientras se encendía el cigarro.

-¿Es por Zek? -Pregunté molesta.

Trazó una sonrisa maquiavélica en sus labios después de expulsar todo el humo.

-No voy a decir ni a desmentir nada. Vosotros sabéis la respuesta. -Volvió a dar una calada sin siquiera mirarme.

-Déjate de acertijos, ¿para qué nos quieres? -Miré a Zek, por primera vez aportaba algo.

-Zek, Zek, Zek... -Canturreó su nombre mientras comenzaba a caminar en círculos. -Tú más que nadie debería saberlo. O más bien... Tu padre. -Volvió a sonreír.

-Si tanto nos conoces deberías de saber que no veo a mi padre desde que tenía catorce años. ¡¿Cómo coño quieres que lo sepa?! -Si no fuera por las esposas que le ataban al radiador, se hubiera abalanzado sobre Ketch, de eso estaba segura. Estaba claro que hablar de su padre era un tema delicado que no le gustaba tocar.

-Cierto. -Se frotó la barbilla. -Entonces... ¿Allyson? -Abrí mis ojos de par en par. ¿Yo? -Tú deberías saberlo. -Ni siquiera se acabó el cigarrillo, simplemente lo tiró al suelo pisándolo y se fue por donde había venido, está vez, dejando la luz encendida.

-Pues al final yo voy a ser el más inocente. -Se burló Zek. No iba a entrar más al trapo, así que simplemente le ignoré.

Yo no sabía nada acerca de Ketch, mi padre nunca lo mencionó. Ni siquiera recuerdo haberlo visto por nuestra casa.

-¿Qué haces? -La pregunta de AJ me sacó de mis pensamientos.

Zek se estaba quitando las esposas que le retenían.

-Nos vamos. -Le miré incrédula.

-¿No pensarás dejarnos aquí? -Me miró de reojo mientras que con un clip le quitaba las esposas a su amigo.

-Tú eres la que se supone que sabe porqué estamos aquí. Tú te quedarás a averiguarlo. -Ayudó a AJ a levantarse.

-Zek... -Le susurró. -No podemos dejarles aquí. Si les matan, Káiser no dudará en matarnos. -Vi como Zek se lo planteaba.

-No nos matará porque sería Ketch quien les mataría a ellos, no nosotros. Punto. -Se agachó para mirar la cerradura de la puerta, la analizó. Claro, era uno de los mejores ladrones de todo el país.

AJ y Voyd se quedaron mirando mientras que Zek intentaba abrir la puerta. Una conexión clara entre ellos, sus miradas parecían decirse todo y a la vez nada. ¿AJ sentía lo mismo que Voyd?

-¿Harías todo por la persona a la que quieres? -Solté la pregunta y la dejé en el aire, Zek sabía que se lo decía a él.

-Ya estas viendo lo que estoy haciendo. -Dijo refiriéndose a AJ, le mantenía a salvo fuera cual fuese el coste.

-Y si AJ...-

-Allyson. -La voz de Voyd me interrumpió, me lanzó una mirada que decía que sabía por donde iba y que debía cerrar el pico.

Un "click" grave se escuchó a la vez que la puerta se abría.

-Listo, vamos pequeño. -cogió del brazo a AJ. -No voy a volver a dejar la puerta cerrada, si eso es lo que os preocupa. -Sonrió como si estuviera haciendo una acción digna de un premio Nobel, me lanzó el clip con el que había abierto las cerraduras. -Suerte. -Me guiñó el ojo antes de salir con AJ.

No me jodas.

-Voyd, tenemos que salir de aquí, ya. -Yo también tenía mis dotes, en menos de dos minutos nos liberé de esas estúpidas esposas.

Salimos de la habitación, esto era una puta mansión, los pasillos anchos y enmoquetados de un color blanco que daba hasta miedo pisar por si se manchaba.

-En cuanto se gire me lanzo a por él y tú le coges el arma y las llaves. ¿Vale? -Escuché la voz de Zek a la vuelta de la esquina.

Me apresuré en ir hasta ahí, el movimiento de algo en el techo captó mi atención. Miré hacia arriba, mierda. Una cámara.

Antes de que Zek pudiera llevar a cabo su estúpido plan, le cogí de la camiseta y le empujé hacia atrás.

-¿Voy a tener que salvarte el culo siempre? -Hablé molesta. -Te recuerdo que ese no es mi objetivo precisamente. -Se dio la vuelta encarándome, entonces miró al techo y cambió de expresión. -De nada.

-¡Zek! -El grito de AJ consiguió evadir la futura discusión que seguramente íbamos a tener.

Se dio la vuelta para ver a su amigo siendo apuntado, el cañón de la pistola se hundía en su sien.

-¿Tratando de escapar? -El hombre que sujetaba la pistola, tenía un acento ruso, nada que ver con su apariencia, la cual, era asiática.

-Suéltale. -Amenazó Zek con esa voz fría y neutral que causaba escalofríos.

-No. -Una sonrisa siniestra se instaló en la boca de aquel hombre. -Ahora, todos vais a venir conmigo. De lo contrario, este benjamín muere. -Dio la vuelta a AJ bruscamente y Zek pegó un brinco antes de intentar ir a por él, claro que, como siempre, le paré los pies.

-¿Quieres que le maten? -Le regañé. ¿Qué me pasaba? A mi me importaba poco si mataban o no a ese crío. -Imbécil. -Le solté bruscamente molesta.

Le miré despectivamente mientras cogía a Voyd por el brazo y caminaba detrás del hombre.

-No necesito una niñera. -Me susurró tan cerca del oído que desde mi cabeza se creó un escalofrío que fue bajando lenta y dolorosamente hacia la boca de mi estómago.

No le respondí, habíamos llegado a lo que parecía el salón, luces blancas iluminaban la estancia, los muebles, las paredes, incluso el suelo y la mesa eran blancos. Parecía un sitio pulcro, inmaculado.

-Sentaos. -Ketch con un traje azul, caminaba por el gran salón mientras obedecíamos. -Por lo visto, no queréis colaborar... Así que tendré que hacer que colaboréis. -Sonrió.

Pull The Trigger [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora