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[POV MICAELA]

No pueder ser.

NO

PUEDE

SER

La vida me odia.

No, peor, me aborrece, quiere vengarse de mi. Maldita vida.

Cuando Lucas me dijo que ellos se hospedaban en el mismo hotel que me tocó a mi, quise que la tierra me tragara. Quería volver corriendo al avión y volverme a Buenos Aires, a mi casa, a mi punto seguro, donde no estuviera ni próxima a Dybala.

Por suerte, al salir del aeropuerto me esperaba un taxi para llevarme al hotel. Mientras que los futbolistas se iban juntos en un micro contratado por la AFA.

Igual, ni me ilusiono con que no me los voy a cruzar, sé que al llegar al Radisson nos vamos a volver a ver para el check-in.

Ya derrotada, me bajo del taxi y me encamino hacia el lujoso hotel. No puedo creer lo hermoso e inmenso que es, sin dudas no me equivoqué al aceptar este trabajo: viajecito gratis con todo incluido.

Entro y el lobby se va más grande aún de lo que se aparentaba de afuera. Me acerco al recepcionista. Al parecer los jugadores todavía no llegaron, con un poco de suerte y llegó a registrarme e ir a la habitación sin ver a Paulo. Cruzo los dedos.

Ya estoy terminando de hacer todo el papeleo, me falta una firma mientras el botones ya se encarga de llevar mi equipaje. Siento un barullo importante y al girar a la puerta de entrada, los veo ingresando haciendo un típico alboroto argentino, ¿no pueden comportarse como adultos una vez?

Termino de firmar y agradeciéndole al recepcionista me giró para encaminarme al ascensor con rapidez pero me chocó con un mastodonte. Bueno, no un mastodonte, Paulo, pero es casi lo mismo; con el perdón al mastodonte. 

- Ay nene, mira por donde vas - le reprimó mientras me sobaba el brazo con el que choqué, porque sí, me dolió, que chabón más duro en todos los sentidos.

- Discúlpame Micaelita, no te vi - sonrió con inocencia que nadie le creía. Maldito manipulador. - ¿Así que vas a quedarte en el mismo hotel que yo? - preguntó con fingida voz dulce. Dios... que alguien me dé un palo así se lo partó en la cabeza.

- No por decisión propio - mascullé. - A parte es obvio que voy a quedarme acá si me ves acá. - Proseguí ya perdiendo todos los estribos.

-Que linda noticia - siguió con esa sonrisa falsa el muy hipócrita, yo sabía lo que en verdad pensaba, seguramente estaba ideando algo para matarme y esconder mi cuerpo sin que nadie lo notara. ¡Ay por favor, me voy a morir! Paulo me quiere asesinar... ¡ayuda! - Después podemos juntarnos a charlar - propusó mientras yo lo veía como si él estuviera diciendo una locura. 

Y sí, estaba diciendo locuras y fingiendo ser bueno para cuando yo apareciera muerta nadie sospechara de él. 

Le dediqué una última mirada fusiladora y me encaminé a mi habitación sintiendo su mirada de atrás hasta que me subí al ascensor. 


Broken (SUSPENDIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora