Simplemente Camren

Capítulo 15

POV Lauren

Chris hacía una pequeña mueca mientras se soltaba de mi abrazo protector. Todavía estaba molesta con eso, aunque sabía que beneficiaría a todos. Finalmente era viernes y el gran día del viaje a la fiesta de Robert. En el último minuto, uno de los amigos de Chris lo llamó para quedarse con él este fin de semana. No me gustaba mantenerlo alejado de mí, de hecho, lo odiaba, aún más con personas de esa estúpida y prejuiciosa escuela. Pero fue Matías quien me convenció.

- El chico tiene que empezar a aprender a valerse por sí mismo. - mi vecino había dicho. - No puede permanecer bajo tu protección por el resto de su vida.

- Pero... - traté de replicar. - Puede meterse en problemas y yo estaré lejos.

- Los padres del niño no lo permitirán. ¿No me dijiste antes que te agradaba ese amigo de Chris?

- ¡Esto es otra situación!

- Te pareces más una madre que a una hermana. Necesitas relajarte un poco o estarás dudando de la capacidad de tu hermano, además de quitarle la libertad, comportándote como una mamá lechuza.

Desde entonces, todos empezaron a decir la misma cosa, incluso la madre del chico mientras me despedía de mi hermano con esa mirada preocupada. Aun así, me subí al taxi junto con Camila. Tenía miedo de estar haciendo mal las cosas, de ser demasiado protectora y que Chris me odiara por eso. ¿Creen que estoy exagerando?. Bien, intenta responsabilizarte por algo más grande que una mascota y me entenderás un poco.

Una cálida y suave mano se posó sobre la mía, haciendo que mis pensamientos por un momento se escaparan de mi mente. Lentamente me di la vuelta, encontrándome con un par de ojos marrones mirándome seriamente. Sonreí de forma culpable y me acomodé sobre el sillón tratando de relajarme un poco. Pero la mano que antes sólo sostenía la mía, ahora entrelazaba nuestros dedos firmemente, Camila no había apartado la mirada.

- Sabes que no tienes que preocuparte, incluso dejaste mi número de celular con la madre del chico. - Camila comentó.

- No puedo. - Me quejé bajito, bajando la mirada. - Lo que viste ese día en la escuela es poco con lo que realmente pueden hacerle.

- Si sigues pensando en negativo, sólo atraerás cosas negativas. Una vez en la vida todo puede funcionar, ¿sabías? Incluso, piénsalo un poco, estaremos solas en una playa con cuatro días de fiesta. Chris estará divirtiéndose con niños de su edad en vez de estar con su hermana mayor y la novia sujetando velas, sin nadie con quien jugar.

Suspiré fuerte, apretando su mano y echando un vistazo rápido por la ventana. Estábamos en el avión yendo a la isla donde se celebraría la fiesta, lo que sólo supe en el último momento, cuando Robert envió los boletos. Fue un poco complicado para que Camila consiguiera la poltrona al lado mío, pero todo indica que ser la hija de una figura famosa y poderosa ayudaba un poco. Lo que sea que tuviera que pasar, ya tenía su destino trazado, después de todo ya estaba allí en el avión y Chris en la casa de su amigo. El viaje duró más de dos horas, en las que me pasé hablando con Camila de cosas triviales y tratando de olvidar un poco mis preocupaciones.

Robert había pensado en todo. En cuanto desembarcamos, un chofer nos esperaba para llevarnos directamente al hotel junto al mar, donde todo sucedería. La isla era privada, pero exclusiva para eventos de ese tipo y turistas durante la temporada de verana. Ese fin de semana, el lugar estaba lleno. Vacaciones escolares combinado con un día festivo en pleno lunes. Los turistas estaban de fiesta en las orillas y parecía haber muchos de ellos, rubios que se volvían más blancos por el bloqueador solar, la mayoría de ellos con el pelo rubio brillante. El hotel se encontraba en gran movimiento, gente tomando fotos, niños pequeños corriendo de un lado a otro con sus flotadores en el brazo o en la cintura. Estaba encantada con todos los detalles, con el lujo que era sólo el vestíbulo de ese lugar, con la decoración de cosas marítimas y sofás que podrían costear mi casa entera.