Simplemente Camren

Capítulo 17

POV Lauren

Todo tenía que ser perfecto. Lo haría que fuera perfecto.

Desde que volvimos al hotel, mi mente había estado trabajando con pensamientos rápidos, pervertidos y románticos. Estaba excitada, ansiosa y nerviosa. Lo que no era común en mí, nunca había planeado este tipo de cosas y ahora tenía miedo de equivocarme. Camila no sospechaba de nada, estaba completamente aérea y se reía de la nada después de haberla torturado hasta ese punto. Ahora estaba descansando en su habitación, lo que me dejó un buen momento para tratar de preparar algunas cosas.

Había corrido de un lado a otro e incluso hice algo que consideraba inadmisible. Pedí prestado el coche de Robert para ir a la ciudad comprar unas cosas antes de que anocheciera. Todo lo que tuve que decirle fue que estaba preparando una noche romántica a mi chica que él me entregó las llaves con una sonrisa traviesa. Había comprado velas, rosas rojas y blancas y el mejor vino. Esa noche el primer paso sería una cena especial. Cuando regresé al hotel la noche se hacía presente y el tiempo parecía cerrarse anunciando una lluvia de verano, pero eso sólo significaba que se me estaba acabando el tiempo. 

Rápidamente me fui a la recepción para pedir algunos preparativos especiales para mi habitación, así como elegir el menú de la noche. Creo que esa fue la parte más difícil, normalmente era Camila la que entendía de gastronomía, yo sólo asentía y devoraba todo lo que ella colocaba delante de mí.

Subí a mi habitación con una camarera, ella parecía molesta por estar ayudándome a preparar algo para una chica. Pero era lo suficientemente profesional como para comentar algo y decir sólo lo necesario. Movimos el sofá del lugar dejándolos en el extremo de la pared para despejar la sala, luego otro funcionario del hotel apareció con la mesa y empezamos a organizarlo. Eran alrededor de las siete cuando la habitación estaba lista, decidí enviar un mensaje para no correr el riesgo de que Camila apareciera de la nada y estropeara la sorpresa. "Espera a que vaya a buscarte, tengo algo para ti."

Esperé a que salieran para poder bañarme. Cuidé mi cuerpo con un esmero que jamás había tenido en toda mi vida, mi mente giraba alrededor del simple pensamiento de que a Camila le tenía que gustarle todo, incluso yo. Cuando terminé mi baño la otra batalla fue para decidir qué usar, mi estilo casual esta vez no me ayudó. Después de de media hora terminé eligiendo unos pantalones cortos negro - descarté las posibilidades de los pantalones, eran más difíciles de sacar - y una blusa lila suelta y caída a un lado, en los pies unas sencillas sandalias. El maquillaje fue muy sutil y suave, mi pelo lo dejé así como estaba, su corte rebelde no me daba problemas.

A las ocho de la noche. Desde mi balcón podía ver el cielo nocturno sobrecargado de nubes negras. El rayo anunciaba una tormenta distante, pero que pronto podría estar cerca. Tan pronto como terminé, un equipo perfecto, el servicio de habitaciones entró con la cena. Dejé todo listo, ahora solo me falta ir a buscar a mi chica. Fue en ese momento que mi corazón aceleró tanto que me temblaron las piernas. Dios, ¿Qué me estaba pasando?. Tardé unos dos minutos en controlarme y dirigirme a la habitación de Camila con el ramo de rosas en la mano.

Cuando llegué frente a la puerta dudé. La amaba con todas mis fuerzas, pero había un miedo irracional en el fondo de mi ser que me preguntaba si esto era recíproco. Nunca quise tanto a alguien cerca de mí, nunca quise pasar tanto tiempo o planear cosas con alguien. Chris fue un evento al que me acostumbré y aprendí a amar, era mi familia. Pero Camila era diferente, era como una intrusa que se estaba instalando, un virus que se propagaba hasta que ya no había cura. Sin embargo, cuando la pensé vislumbré su encantadora sonrisa, su mirada enojona o su manera competitiva. Entonces nada más importaba.

Llamé a la puerta tres veces.

- Lauren Jauregui, espero que tengas una buena excusa para hacerme sentir tan curiosa. - Camila abrió la puerta enojada.