Capítulo 19 (Part. 1)

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POV Lauren

No sería exagerado decir que tuve la mejor noche de sexo de mi vida, así como la mejor noche de sueño. No tenía ni idea de la hora que era cuando me desperté en la cama, pero sentí una sensación de plenitud incomparable a cualquier otro momento de mi vida. Estaba desnuda y parcialmente cubierta y no tenía frío ni calor, estaba bien. Me desperecé y miré hacia el lado sólo para encontrarla vacía. Fruncí el ceño y ya me estaba preparando para levantarme cuando la puerta se abrió.

Camila parecía tratar de moverse en silencio, pero cuando me vio despierta abrió una enorme e involuntaria sonrisa que rápidamente fue correspondida. Ella sólo llevaba una de mis blusas holgadas con sus bragas negras cubierta por la barra de la blusa. Sus ojos marrones parecían brillar intensamente, tenía un aura deslumbrante.

- Io quería despertarte. - Camila se acercó a la cama y vino gateando hacia mí. - Preparé nuestro almuerzo.

- ¿Y cómo sería? ¿Sería haciéndome de aperitivo antes del almuerzo o de forma cariñosa? - pregunté provocándola.

- Un poco de ambas cosas. - lo admitió sin vergüenza alguna.

Me reí bajito y la sentí tumbándose parcialmente sobre mí. Mis ojos se encontraron con los suyos y no fue necesario decir ni una palabra más. Ella sonrió cariñosamente y lentamente encajó nuestras bocas en un beso. Pero esta vez fue un beso cariñoso, lento e íntimo. Sólo había la caricia, el tierno toque de nuestros labios y lenguas. Era absurdamente delicioso, aunque fuera menos intenso que cualquiera de los que habíamos intercambiado durante la madrugada. Ese fue un tipo de beso apasionado.

- Necesitamos salir de la cama. - Camila murmuró cuando el beso terminó.

- Pero no quiero, estoy en el paraíso aquí. - me quejé haciendo un puchero.

Ella me mordió el puchero y se alejó, aunque traté de sujetarla y tirar de ella, Camila se escapó riéndose y diciéndome que la acompañara en el almuerzo. Fue una verdadera tortura salir de mi cómodo y cálido nido, pero cuando lo hice me fui a duchar y también me puse una blusa holgada y unas bragas tipo bóxer. Cuando salí de la habitación mi chica estaba terminando de ordenar la mesa y el olor era algo con camarones. Tan pronto como me vio ella empezó a sonreír, hasta que me miró mejor y empezó a fruncir el ceño.

- ¿Qué pasa? - pregunté confundida.

- Necesitamos de algo para ocultar tus marcas. - Camila explicó.

Me acerqué a ella con una sonrisa maliciosa y la hice retroceder sabiendo que si nos acercáramos lo suficientemente, estaríamos liándonos en los siguientes segundos. Ella se paró cerca de la isla de la cocina.

- Sólo quiero saber que harás con estas marcas de aquí. - dije mientras levantaba la blusa y le daba de espalda.

- MIO DIO!

Había visto en el espejo del bañero mi espalda completamente arañada y con enormes marcas rojas, además de algunos chupetones en el cuello y más arañazos en mi cintura y vientre. Esa noche la tomé en todo momento, dominando y volviéndola loca. Pero ella era como un felino, cada vez que estaba más excitada y cerca del orgasmo más gritaba, arañaba y me mordía. Era terriblemente deliciosa, lo que me hizo querer verla cada vez más en ese estado.

- ¿Te duele? - preguntó sin alejarse cuando me acerqué a ella esta vez.

- Solo está ardiendo un poco, pero me gusta. - respondí envolviendo mis brazos alrededor de su delgada cintura.

- ¡Mi scusi, mi spiace! Io non quería hacerte daño, no sabía...

- No pienses en ello, en ese momento era una de las cosas que más me enloquecía. Me gusta que mi novia sea una felina.

Simplemente CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora