Capítulo 07

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POV LAUREN

Quería decir que después de eso todo se resolvió. Bueno, eso fue lo que esperé. Dulce ilusión. El jueves fuimos a clases... Y Camila me ignoró completamente. Me la acercaba y ella se escapaba inventando alguna excusa. No me miraba y cuando la sorprendía mirándome, apartaba rápidamente la mirada, con cierta desesperación. Traté de convencerme que sólo era una confusión, ya que ahora había salido del torpor del beso y finalmente entrado en la realidad de que se había besado con una chica.

Pareciera que todo lo más divino, dulce y sabroso estuviera canalizado en los labios de esa italiana. Tuve que luchar para mantener la calma cuando la besé, mi instinto fue devorarla para poder sentir ese sabor cada vez más. Camila no sólo besaba bien, sino que tenía todo para encantarme y tenerme a sus pies. Y por mucho que trate de resistirme, incluso en el trabajo estaba algo distraída.

- ¿Qué pasa? - Brandon preguntó a mi lado mientras lavaba los vasos. Todos los jueves y viernes siempre ayudaba al novio en el bar.

- ¿Cómo así? - pregunté realmente confundida.

- Estás distante, no tarareaste ninguna canción y no hiciste ninguna de esas extrañas muecas. - Brandon frunció el ceño e hizo un puchero. - Algo así.

- Dios, no soy tan fea como para hacer algo así. - me burlé y suspiré. - Veamos... Besé a una chica heterosexual bastante, bastante... Tipo, bastante, ¿entiendes?. Y ella decidió ignorarme todo el día hoy.

- ¿Y le gustó?

- Oh, y cómo. De eso estoy segura.

- Tal vez esté confundida. Tienes que darle su espacio. ¿La conozco?

- Es del instituto.

- Raramente te ligas a colegialas. Dices que son inmaduras y todo eso. - Brandon no ocultó su sorpresa.

- Pero ella es diferente y peor. Una hija de papi mimada. Pero Dios estaba tan inspirado cuando la hizo. Además, es una italiana enojona. Cuando comienza a decir Io no sé que, ragazza stupida y todo eso.

- ¡Matías! ¡Creo que Lauren está enamorada!

Le arrojé restos de hielo a Brandon y puse los ojos en blanco, volviendo a trabajar con los cócteles y otras bebidas. No estaba enamorada. Todavía no. Puse los ojos en blanco y continué mi rutina normal y para variar, al día siguiente llegué tarde a mi primera clase. El viernes andaba medio dormida, agradecía que no tuviera ninguna clase con Camila ese día, o hablaría directamente con ella y le preguntaría cuál era su problema. Aunque en el fondo tenía miedo de averiguar cuál era realmente.

Era la hora del almuerzo, estaba sola otra vez, prácticamente durmiendo mientras me comía el plato del día. Pero fue entonces cuando empezó. Primero llegó una bolita de papel que casi se cae en mi plato. Respiré profundamente y miré al equipo de baloncesto riéndose casi sin disimularlo. Lo tiré a un lado ignorándolos, los idiotas merecían un tratamiento especial. Ignorarlos. Pero, como siempre, llegaron otros papeles, todos a la vez, golpeando mi vaso de soda y haciendo que se le cayera el líquido negro y gaseoso. Por poco no logré salvar mi cuaderno con todos mis apuntes. Quería poder pelearme con ellos, pero no podía, no pondría en riesgo mi beca. Las carcajadas me hizo sujetar con fuerza el cuchillo en la mano, apenas notando que me lastimaba. Era otra humillación más que tendría que pasar. Sólo una más...

- Io imagino que no harás nada para no perder tu beca.

Levanto la mirada rápidamente. Camila estaba delante se mí, sentando en mi mesa, tirando los papeles a un lado con un poco de asco, pero pronto puso su plato en la mesa y se sentó para comer. Miré alrededor y vi que todos susurraban y miraban a la chica que se había sentado en mi mesa.

- ¿Qué estás haciendo? Pensé que me estabas ignorando. - la acusé un poco enojada.

- Io estaba - ella admitió mirándome directamente a los ojos. - ¿Estás muy enojada?

- ¿Con esos idiotas? Sí. - me acomodé mejor en la silla, mirando al equipo de baloncesto que había encontrado otra víctima.

- ¿Siempre fue así? - preguntó Camila abriendo su jugo.

- Desde que descubrieron que además de ser nerd y becaria, era lesbiana. Oh, y el hecho de que me cojo a más chicas que ellos.

Camila se detuvo con el jugo a medio camino, lanzándome una mirada enojada cuando mencioné a otras chicas. Arqueé una ceja, ¿Estaría celosa o sería mi tonta esperanza? Tomé una servilleta para tratar de aliviar la situación de la soda derramada, perdiendo completamente el apetito.

- No deberías estar aquí. - comenté con un nudo en la garganta. - Esto no es parte de tu pequeño mundo perfecto. Tanto que nunca antes lo habías visto.

- Entonces tengo que abrir los ojos ¿no? - ella replicó. - Más aún si quiero seguir la carrera diplomática como pretendo.

- Un ramo de la abogacía, ¿Está en la sangre de tu familia? - no pude evitar el comentario.

- Tal vez. Io quería disculparme. Por tratar de ignorarte y...

- Está bien. Olvídalo. Traté de entenderlo. Te gustan los hombres y bes...

- shhh.. ¡Habla bajo!

- Vale, hiciste lo que hiciste. Vaya, gran cambio de perspectiva. Puede haber sido algo momentáneo, curiosidad y cosas así. - lo dije rápidamente y finalmente la miré de forma intensa. - O puede que estés huyendo porque te gustó y quieres más.

Ella jadeó y se ruborizó. Era la segunda opción, aunque se encogiera rápidamente de hombros y dirigiera su atención a la comida. Mi corazón saltaba tan rápido contra mi pecho que pensé que cualquiera podría oírlo. Respire profundamente e iba a comentar algo cuando Dinah y Harry aparecieron para sentarse con nosotras.

- ¡Nos estamos perdiendo la fiesta! - Dinah fingió enojarse.

- Ella empieza a ser divertida hasta que ustedes cuando llegan. - comenté sonriéndoles.

- Estropeáremos un poco el sistema supongo. - Harry se rió mientras se sentaba a mi lado - ¡Ah! Laur, ¿Quién se presentará hoy en Fuego?

- Serán esos dos, Louis y John. Hoy me quedaré en el bar.

- ¿Harry lo sabe? - Camila preguntó sorprendida.

- Sé de cosas que ni te imaginas - Harry respondió guiñándole el ojo.

No pude evitar reírme. Camila había hecho más que defenderme a la hora del almuerzo, me devolvió el buen humor. Más aún cuando descubrí que me evitaba porque le había gustado el beso. Vería hasta cuando seguiría corriendo. No lo negaré, el hecho de que le guste los hombres, pero que cediera ante mí, me inflaba el ego. Seguimos hablando de cosas más tranquilas, pero al final Dinah golpeó el vaso sobre la mesa y dijo:

- ¡Conoceremos ese Fuego hoy, Camila!

- ¿Vamos? - Camila arqueó una ceja en señal de desconfianza.

- ¡Es viernes, necesitamos un lugar para ir! - Dinah se defendió - Y allí estarán Harry y Lauren, para mí es perfecto.

- Es un lugar modesto, aunque está bien frecuentado. - comenté un poco preocupada.

- ¿Qué estás insinuando? - Camila me miró.

- Que no es un lugar para niñas de papi acostumbradas a lugares de élite. - dije sin temor alguno, mirándola de forma burlona. - No es un lugar para ti.

- Ragazza stupida! - Camila exclamó indignada. - ¡No puedes decir dónde voy o no! ¡Io voy a ir a ese lugar y me divertiré como en cualquier otra!

- Si tú lo dices. Pero no te enfades después cuando descubras que no hay bebidas caras y vodkas a precios absurdos. - seguí bromeando.

- Pero el Dry Martini de Lauren... ¡Oh! Nunca he probado otro igual. ¡Y son sólo ocho dólares! - Harry interrumpió nuestro drama.

- ¡Mejor aún, cosas baratas! - Dinah se animó - Ah, ¿qué deberíamos usar Lauren?

- Nada muy extravagante, el dúo de hoy será un poco de rock ligero y un poco de jazz también.

Camila sonrió diabólicamente y yo la miré con un poco de miedo. Ella iba a hacer algo... Pero apenas sabía lo que estaba planeando.

Simplemente CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora