Si eres de las que piensan que el amor no siempre es dos más dos, sino algo así como sesenta y tres por cuatro, divido entre ocho y multiplicado por infinito.
Tienes que conocerlos a ellos.
"Lo prohibido es la tentación más deseada y lo deseado es l...
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POV's JACKSON
Mire a la chica que estaba entre mis brazos, estaba acurrucada a mi lado buscando mi calor, el frío había empeorado cuando una tormenta de hizo presente minutos más tarde de acostarnos a dormir. No podía siquiera aún, procesar el que, ella gustará de mi como yo de ella, que me quisiera de la misma manera que yo. Era perfecta ante mis ojos – a pesar de todo – y eso era lo que realmente importaba.
Se remueve, su respiración pausada de acelera para luego abrir sus ojos de golpe.
— Jackson, Jack... — sus labios empiezan a temblar al igual que todo su cuerpo.
— Shh, estoy aquí, tranquila. — me mira a los ojos, llenos de lágrimas que no deja bajar y suspira para aferrarse más a mi, pasó mi mano por su cabello queriendo reconfortarla.
— Y-Yo pensé que... Solo fue un mal sueño. — musitó con su voz ahogada.
Bese la coronilla y seguí pasando mi mano por su cabello suavemente haciendo que ella se tranquilice aunque sea un poco.
— ¿Quieres hablar de eso? — pregunté con calma, no la quiera obligar a nada.
— Te alejabas de mi, me dejabas ... Mi padre me decía que era lo mejor, te había ido a buscar pero tú simplemente te fuiste, me habías dejado sola. — susurra. Me separé de ella sentándome en la cama, los relámpagos iluminaban de apoco la habitación y no había luz, la miré. Ella seguía acostada sumida en sus pensamientos.
— Julieta, no te voy a dejar porque tu me gustas, y porque te quiero demasiado. No pienses eso, ¿Si? Vamos a estar juntos.
Parpadea varias veces y se sienta quedando frente a mi.
— No podemos estar juntos, Jackson. Lo sabes muy bien. — muerde su labio inferior, para luego suspirar — Nadie va estar de acuerdo con ello, por lo menos los chicos si, pero nuestras familias no, y sabes que ellos interfieran demasiado... Además me voy a casar y es algo casi ine...
La interrumpí. — No sigas.
— ¡Pero es la verdad! ¡Esto va más allá de nosotros, más allá de todo, de hace más de dos siglos que nuestras familias se odian por una estúpida razón! — exclamó, se calla. Todo queda sumido en el silencio y solo se puede escuchar la respiración acelerada de ella.
No importa, ella era todo para mí en ese momento, ese pequeño rayito de luz que necesitaba en mi vida. El dinero no lo hace todo, a veces tener todo en tus manos lo hacía aburrido, agonizante no saber que más hacer, pero ella no se podía comparar con todo el dinero del mundo, ella no se podía comprar, no tenía precio.
Tomé si rostro en mis manos y la bese, apasionadamente recorriendo toda su cavidad bucal, recorriendo cada centímetro de su boca la cual torpemente correspondía mi beso, miles de emociones recorrerían entre nuestro cuerpos cada vez que nos besaramos. Sus labios eran mi más grande perdición en el mundo, deseaba todo con ella y más de lo que pudiera imaginar, no podía pensar ni imaginarme sin ella. Era perfecta para mi, ante mis ojos.
Me separé de ella cuando el aire nos faltó, y susurre. — Te quiero, Julieta. — volví a atacar sus labios, sus manos fueron a mi cabello enterrando se en el acariciándolo, jadeo. Se sentía bien, posicione mis manos en su cintura para delicadamente dejarla abajo mío sin apoyar todo mi peso en ella — No me importaría luchar por ti. — bese de nuevo sus labios — Eres mucho para mí, te quiero demasiado.
— Yo también. — susurro sobre mis labios, fundiéndose junto a mí en una bella pelea de lenguas, mordió mi labio inferior. Gruñí, debía controlarme — Eres mío.
— Y tú mía. — susurré, la miré a los ojos, sus dos bellos luceros alumbraban en medio de la oscuridad, era tan bella, una diosa sin duda alguna, ¿Cómo no me di cuenta de esto antes? — Eres la primera chica que quiero.
Se ríe. — Y tu el primer chico que beso, que me gusta, que me hace sentir feliz y que quiero con todo mi corazón. — podía apostar a que se había sonrojado. Bese la punta de su nariz haciendola reír.
— Me encantas. — le dije sonriéndole. Era tan bella.
Rodea mi cuello con sus brazos acercándome más a ella, y une su frente con la mía.
— Si vamos a discutir y a terminar así, me gustaría seguir haciéndolo más seguido.
Solté una carcajada sin evitarlo, era única.
— Eres muy tierna. — cerró sus ojos, bese su labios nuevamente. La realidad era que no me cansaría de hacerlo.
— Y tú eres diferente a lo que pensaba que eras. — me incorporé con ella aún sobre mi, dejándola sentada ahorcadas.
— ¿Si? — eleve una ceja, ella apenada asiente.
— Pensé que eras rodó un rompe corazones de primera.
Delineó su labio inferior con mi pulgar, suspiró.
— Si soy un rompecorazones, pero era porque ninguna chica llamaba mi atención, solo tú captabas extrañamente mi atención con todas las estúpidas discusiones que tuvimos, pero no me agradabas.
Arruga su nariz. — Idiota. — susurro.
— No, es la verdad.
— Pero pensé que tú andabas de...
— ¿Cama en cama? — bese castamente sus labios varias veces mientras preguntaba — No, amor... Nunca estuve con ninguna chica en el sentido íntimo.
— ¿Me vas a decir que res virgen?
Asentí mordiendo mi labio inferior. — No me gustaría que mi primera vez fuera con alguna persona que yo no quiera. — suspiré, nadie sabía de eso excepto Alex — Créeme, no solo las mujeres quieren estar con alguien que las ame en su primera vez. — retire los mechones que caían por su rostro — Yo quiero entregarme cuerpo y alma a la persona que ame.
— Eso es muy tierno. — susurra y esconde su rostro entre la curva de mi cuello y hombro.
Metí mis manos bajo su camiseta y acaricie levemente su espalda, nos quedamos en silencio, uno cómodo donde nos permitimos hablarnos en silencio de lo que sentíamos por el otro. Sentí que si respiración se había vuelto pausada. Se había dormido, me arranco una sonrisa.
Me deje caer suavemente hacia atrás con ella sobre mí para que descansará mejor. Nos abrigue con una cobija y me quedé dormido con ella cómodamente.
