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POV's JULIETA

Me deje caer sobre el suelo del gimnasio del instituto cansada, todo me dió vueltas en ese momento y sentí que poco a poco el mundo volvía a su estabilidad. Suspiré y tomé varias bocanadas de aire de nuevo tratando de estabilizarme para volver a estar como nueva.

No volvería a hacer un giro mortal en mi vida. Me queje y gire sobre mi eje quedando sobre mi estómago y mi mentón sobre mis manos para una mejor comodidad.

— Estás más gorda. — la voz chillona de Vannesa me hizo doler la cabeza sinceramente. Ruedo los ojos, esto era lo que menos quería.

— Y tú cada vez más perra. — espete, de mal humor con ella. Miré como Jess llegaba a mi lado terminando la rutina y se sentaba — ¿Cómo te va?

--- Mejor que a ti si. — comenta con burla. Mi cara de póker le borra la sonrisa de golpe.

— De verdad no estoy de humor, no se, ya me basta escuchar a la chillona de Vannesa como para que tu, me digas algo así.

— ¡Muévete holgazana!

Cierro mis ojos. — Juro que si ella vuelve a decir algo así, le romperé la nariz.

Se ríe. — Eso quisiera verlo, ¿Sabes? Sería muy chistoso.

— Ja, ja, ja. — dice con sarcasmo — Estoy hablando en serio.

— Y yo también, Juli. — dice ella.

Mordí mi labio inferior cuando una ráfaga de deseo cruzó por todo mi cuerpo al ver como Jack retiraba la camiseta de su uniforme de la liga de F.A. Sus músculos se tensionaban, su cuerpo tenía algunas gotas de sudor y su cabello parecía ser libre cuando el derramó una botella de agua sobre este para refrescarse y seguir entrenando junto a los demás. Se me hizo agua la boca. Aclaré mi garganta.

— ¡Joder, mira a mi Alex! Es un bombón. — exclama emocionada mi mejor amiga — Le pondré aderezo de chocolate encima antes de...

La corte con la mano. — No quiero saber eso, solo la imagen dañaría mi humor.

— No te hagas la santa, que bien que ya no lo eres. — se ríe — Estuviste casada y estuvieron a solas, debe ser mucho.

Ruedo los ojos. Si bien, le había dicho a ella que hablara del tema como si nada, solo por lastimarme más a mi y cansarme algún día de escuchar mi nombre y el suyo en una misma oración creyendo poder olvidarlo pronto. Pero parecía ser inútil, inútil olviarle y más cuando el amor hacia él por mi seguía ahí.

— Como sea. — fue lo único que salió de mis labios.

Bufa. — No entiendo porque siguen separados sí ambos se aman, es estúpido, Julieta. — suspira y me senté sobre el suelo del gimnasio. Agradecía que esté dejara ver el campo de entrenamiento de los chicos.

Maravillosa TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora