Capítulo 3

508 43 0
                                    

La luz de la mañana impactó contra él, haciendo q habríera sus ojos bellos y rojos.
Notó su cuerpo muy extraño, como si algo hubiera cambiado.
Miró a su alrededor y descubrió q estaba en mitad del bosque. No recordaba nada de lo ocurrido.
Trató de levantarse pero... «¡Cuatro patas!» su cuerpo se alzaban sobre cuatro patas negras de caballo.
Miró a su alrededor desesperado y alcanzó a ver un pequeño lago, hacia el q corrió torpemente. Cuando se miró en el agua reflejado, quedó horrorizado.
En el agua se reflejaba un elegante corcel negro azulado, con los ojos rojos y las crines castañas claras trenzadas.
De pronto, las imágenes de la noche anterior pasaron por su mente tan rápido q estubo a punto de desmayarse.
Mientras relinchaba, se daba golpes en la cabeza para despertarse de aquella pesadilla.

Desde unos arbustos, un joven muchacho lo observaba. Este tb estaba asustado con el cambió q había pegado su cuerpo.
-Eh!- dijo gritando.
Kido lo miró y vio a un chico de pelo castaño con un mechón blanco y unos relucuientes ojos verdes... «¡Igual q el caballo de a noche!».
-Es q soy el caballo de a noche.- Kido se quedó perplejo ante aquelka contestación.
«¿Sabes lo q pienso? ¿Como?».
- Telepatía. Y puedo jurar q todo esto tiene q ver con lo de a noche.
«Pues explícate. Por q yo no entiendo nada.» exigió el ojirrojo.
-Para empezar. No me gusta q me den ordenes.
Kido resopló y dijo «Vale. Como quieras, pero necesito aclarar muchas cosas».
- Lo se, y por eso te lo voy a explicar con calma y bn clarito.- Kido se acercó al muchacho, prestando atención a cada una de sus palabras.- Pues, verás. Esa aurora boreal en realidad es un intercambiador, creado por los dioses. Lo q hace exactamente, no solo intercambia almas, como la propia palabra indica; si no q es como una maldición en la q cada día se van cambiando el.alma. Es decir; en nuestro caso, a la media noche nuestro cuerpos volveran a cambiarse todos los días. Unos días tu serás humano y yo caballo y otros días será al revés.
«¿Y no hay una solución?» Preguntó Kido con gran desesperación.
-Si, pero ese tipo de cosas solo lo sabe alguien con poderes, como.una pitonisa, un hechicero...
«En nuestro poblado hay una» dijo mientras se le iluminaban los ojos a ver un pequeño hilo de esperanza.
-Ya, pero no podemos acercarnos a tu poblado. Podrían matarnos.
Hubo un breve silencio q fue interrumpido por una idea del de rastas. «La pitonisa tene una caseta en La Sierra Blanca. La frecuenta muchas veces. Podríamos ir»
-Bien pensado humano. De hecho yo se como llegar. ¡Vamos!
«Espera. No se tu nombre.»
-¿Es necesario?.
«Es q si no no se como llamarte».
-Pues me llamo Fudo Akio. ¿Y tu?
«Kido Yuuto. Hijo del rey de la tribu de los eleven.»

Los seis hermanos miraban la tienda de su padre esperando a q la pitonisa saliera con noticias. Estaban destrozados por lo de su hermano.
-Ese idiota imprudente.- dijo Nagumo lleno de rabia.
- Atentos!- dijo Goenji cuando vio salir a la pitonisa. Goenji trataba de simular q estaba sereno para q la moral no bajara màs de lo necesario.
- Señora ¿Q ha dicho nuestro padre?- preguntó Endo alterado.
-Teneis q ir a buscarle.- la pitonisa le explico q tenía q buscarlo por todas parte junto a un grupo de pesonas q los ayudarían. Lo buscarían por parejas asignadas por ella misma.
- ¿Y usted q hará?-Preguntó Tsunami desconfiado.
-Me iré a mi casa para encontrar la forma de deshacer el hechizo de Kido.
Todos se miraron. Aun q no se habían enterado del todo, asintieron a la vez en señal de complicidad.

Lo bueno (o malo para Nagumo) llegó cuando conocieron a sus colaboradores: Suzuno, Afuro, Kazemaru, Tachimukai, Genda y Sakuma ( los babosos q observaban a Kido en la fiesta).
Y las parejas fueron : Endo y Kazemaru, Nagumo y suzuno, Tachimukai y Tsunami, Atsuya y Nagumo, Genda y Sakuma y Fubuki con Goenji.
Todos estaban conformes (algunos sospechosamente alegres), salvo Nagumo y Suzuno.
Desde q empezaron a preparar las cosas no dejaban de pelearse salvo cuando Goenji los golpeaba.
Todos se reunieron en los límites del poblado y cuando la anciana se fue, deseandole suerte a todos, Goenji soltó un emotivo discurso de salida.
- Hermanos y colaboradores, hoy comenzaremos a buscar a nuestro hermano Kido. No descansatemos hasta encontrarlo, aun q se nos rompan las piernas. ¡¿A quedado claro?!
-¡SI!- gritaron todos.
-¡PUES A DELANTE!
Con este grito la busqueda comenzó.

Mientras tanto, en otra parte, el joven Kido tranformado en caballo y el caballo transformado en el humano llamado Fudo, caminaban por en bosque con el objetivo de llegar a casa de la pitonisa para encontrar una solución.
Kido todavìa tenía q asimilar lo ocurrido, pero solo lo conseguiría si mantenía la esperanza de q las aguas volverían a su cauce. Para eso devían caminar durante mucho tiempo, cerca de un río, escalar montañas, sufrir el frío de la noche y el calor del día, sufrir los cambios de su cuerpo...
¿Será capaz de aguantar? ¿Y sus hermanos? Está claro q durante este largo vaje a más de uno le cambiaría la vida.

El el poblado se quedó un rey deprimido q no sabía lo q el destino le tenía reservado. Pues el viaje de sus hijos traería cosas impensables.
Pero esos daños colaterales no tenían tanta importancia como encontrar a su hijo. Un hijo al q tanto había protegido para nada.
El rey empezó a comprender q si no le hubiera prohivido tantas cosas y hubiera pasado más tiempo con él nada de esto estaría pasando.
El caso es q ahora debían encontrarlo a toda costa entre todos. Y Kido y Fudo debían encontrat la manera de deshacer el hechizo de los dioses; si es q había algún remedio...

Dark Horse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora