Capítulo 4

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Con el sonolido del arroyo chocando contra las rocas, el silvido de las aves y la luz sobre su rostro, el joven Kido comenzó a abrir sus ojos.
Al ver su cuerpo humano deseó q todo fuera una pesadilla. Pero ese deseo se esfumó al ver al caballo de la noche, descansando junto a las brasas de la hogera.
Ayer habían comenzado su viaje y el ojirrojo ya estaba arto de todo.
El animal tb se despertó y vio la mueca de molestia en el rostro del humano. «Ya se q no te caigo bn pero no hace falta q lo expreses con tanta claridad.» le dijo Fudo molesto.
-No, no estoy molesto contigo. Más bien conmigo mismo.
«Humanos, nunca sabeis lo q teneis hasta que lo perdeis.» ante el comentario Kido le quiso lanzar una mirada asesina, pero Fudo le dio la espalda y se iba. «No te quedes atrás. Todavía tenemos un largo camino por delante.». El de rastas le siguió sin protestar.

En otra parte:

El calor era insoportable y sus piernas le pesaban como toneladas. No lograba adaptarse al avance de su compañero de ruta.
-¡Esperame Goenji!- le repitió por enesima vez, ya agotado.
A noche caminaron hasta varias horas despuès del anochecer y se despertaron cuando el sol casi ni alumbraba a lo lejos.
-¡Date prisa! ¡Debemos encontrarlo!- se pararon un segundo para q el peliplata pudiera tomar aliento.
-Goenji, no lo encontraremos a lo loco por mucho q tu te empeñes.-la voz de Fubuki sonaba tranquilizadora hasta en aquellas circunstancias, pero su compañero no se lo tomó bien.
-¡¿Q quieres decir?! ¡¿Q me rinda, q Kido está muerto?!- le regañó el pelicrema.
-¡Claro q no! ¡Pero para buscar a alguien tenemos q pensar antes!
Goenji iba a protestar pero se auto inyerumpió mordiendo su labio inferior.
-Tienes razón. Perdona hermanito.- Goenji agachò la cabeza, pero Fubuki se la lebantó por la barbilla y lo miró a los ojos con dulzura. Luego lo abrazó y susurró su oido con cariño «Lo encontraremo. Ten fe.».

En otra parte:

-¡Y yo te digo q es por la derecha!¡Pelo iceberg!- la voz de Nagumo retumbaba en todo el bosque.
-¡Y yo q es por la izquierda!¡Tulipán!- aun q los gritos de Suzuno tampoco se quedaban atrás.
-¡Mira q eres cabezota!¡IDIOTA!
-¡Mira quien habla! ¡Yo soy un gran cazador y por eso conozco el bosque mejor q tu!
- ¡Mejor q yo!. ¡No me hagas reir!
¡Con lo estupidos y groseros q sois no ne axtraña q perdierais a Kido!
Suzuno vio como el semblante de Nagumo se tornaba oscuro. El peli rojo se dio media vuelta y se fue en la dirección q el quería!
-Ve por donde te de la gana.
-¡Claro! ¡No te necesito!- Suzuno, cabreado, se fue por su propio.camino.

En otra parte:

Por muy consciente q fuera de q era menor para manyener una relación y de q el er hijo de reyes, por alguna razón el corazón de Tachimukai latía por Tsunami.
Mojado por el agua del río, cocinaba el desayuno con mucho brio. Tsunami siempre fue muy alefre, pero tb muy sensible. A pesar del sorprendente estado de normalidad del pelirrosa, en realidad Tachi veía como sus ojos decían lo contrario. Era triste...y preocupante.

En otra parte:

-O-oye Kaze... Gracias por ayudarnos a buscar a nuestro hermano.- dijo Endo con algo de timidez.
-No tienes por q sarmelas. Te conozco bien y se lo importante q es Kido para ti. Estoy encantado de ayudarte.
Sus mitadas se cruzaron con cariño pero las desviaron cuando se dieron cuenta de lo rápido q iba su corazón.

En otra parte.

Atsuya y Afuro casi no hablaban. Solo lo justo y necesario.
Esto se le hacía un poco tenso al joven Afuro. Atsuya tenía una mirada frìa, pero por alguna razón sesentía artaido por esta mirada y aceleraba su pulso. Era unsentimiento tan agradable como frustrante. Pero... ¿q era?

En otra parte.

La noche caìa y la bestia y su acompañante se pararon a descansar.
-Oye Fudo, tu... Tienes familia?- Kido abrió su mente lo más q pudo, pero no obtuvo respuesta.
Entonces vio un brillo de melancolía en los ojos verde esmeralda de Fudo. Este se dio cuenta y sacudió la cabeza mientras se daba la vuelta para dormir.
«Buenas noches» dijo.
- Buenas noches.- respindió al ojirrrojo.
Kido no se durmió hasta media noche, mientras veía como sus cuerpos brillaban, listos para el intercambio de almas. Era una sensación calida y relajante q inundan sus cuerpos de paz.
Kido sintió como si se estubiera creando una especiede... vínculo puro.

En otra parte.

Hacía frío, no tenía agua ni comida. Entonces comenzó a pensar en lo ocurrio. Se sentía muy arrepentido ppr las duras palabras q le dedicó a Nagumo y tb pensó q lo q le estaba pasando se lo merecía por su crueldad.
Entonces, justo cuando una lagrima resbaló por su mejilla, vio como algo caía frente a el y una tenue y calid luz se acercaba.
«¡Nagumo!» gritó para sus adentros mientras sonreía inconciente mente.
Efectvamente era Nagumo, quien había lanzado una piezaq acababa de cazar.
-No puedo comermelo yo solo y tu tienes hambre.- su voz sonaba seria y tan fría, mientras preparaba una hogera. Mas suzuno vio como algo brillab en aquellos brillantes ojos. El peliblanco sonrió para dus adentros.
Después de la cena todo se quedó en silencio y en tensió.
-Oye...Nagumo, yo...
-Será mejor q descanses, hoy ha sido un día muy largo.- Nagumo se acomodó en un cúmulo de hojas y se echó a dormir.
Suzuno trató de imitarlo, pero millones de cuestiones rondaban por su mente. No sabía a q venía ese comportamiento y tampoco sabía como interpretarlo. Pero de algún modo, le gustaba mucho ye resulataba extráñamente agrable.
Tampoco Nagumo sabía q fue lo q le hizo volver. Tal vez... lástima o... ningún motivo. ¿Quien sabe? A lo mejor fue... algún tipo de sentimiento q jamás había sentido. Los dos estaban tan confusos.

Dark Horse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora