Dark Horse (Terminada)

Capítulo 9

Con Genda y Sakuma:

-Llevamos días buscando, donde se habrá metido?!- se quejó el peli azul- Genda, en serio esta búsqueda merece la pena??
-Ya te he dicho que sí y el por qué.- Genda estaba muy molesto desde hace días. El cansancio y el hambre lo ponían de malhumor, pero tenía un objetivo q lo cegaba, y no pararía hasta cumplirlo.
Sakuma notaba el cambio en su amigo; su ambición, sus ansias de poder lo estaban volviendo arisco. Nunca tuvieron una historia muy romántica, pero le solía tratar con mucho cariño. ¿Porque cambiar ahora? ¿Por q tal obsesión con el príncipe? Se preguntaba.

Con Kido, Fudo, Tsunami y Tachimukai:

Se despertaron y, tanto Tachi como Tsunami, decidieron ayudar al príncipe y a su compañero a lograr su objetivo.
Aunque no lo dijo por no hacer daño a Kido, a Fudo no le gustaba que aquellos dos estuvieran muy cerca. Quería pasar el máximo tiempo posible con Kido antes de acabar su viaje. El ojiverde comenzó a entender lo que sentía por Kido. Pero sabía que no podía ser, así que decidió no decir nada.

Con Kazemaru y Endo:

Seguían caminando, el ambiente estaba muy tenso. De pronto, Endo se detuvo...
-¿Ocurre algo??- preguntó el paliazul.
-Kazemaru, tengo una pregunta y quiero que me contestes con sinceridad.
-Cla... claro.- ya estaba anticipando.
-¿Qué sientes por mí?
-Endo...- al principio se sintió incómodo por la pregunta, pero entonces comprendió que no podía seguir ocultando sus sentimientos y de armó el valor.- Te amo, pero tranquilo, no haré nada q te ponga en un compromiso si es lo q...
-Yo tb te amo.- le cortó cabizbajo. No sabía lo q se estaba haciendo, pero por mucho que su padre quisiera no podría enterrar aquel sentimiento eternamente.
-Endo...- los ojos de Kazemaru se encharcaron.
Corrieron uno a los brazos del otro para besarse apasionadamente, sin importar las consecuencias que eso traería.

En la noche, con Kido, Fudo, Tsunami y Tachimukai.

Durante la cena, los cuatro mantuvieron una agradable charla sobre lo q hacía Kido cuando era pequeño. Entonces, después de la transformación, Kido se fue a dormir y Fudo a dar una vuelta por el río. Tsunami tb se fue a dormir, pero el pequeño Tachi, decidió seguir al ahora humano.
Lo encontró sentado, con las piernas con el agua hasta las rodillas. Se acercó y, sin pedir permiso, se sentó a su lado.
-Hola. ¿Por q siempre estás distante?- preguntó sin perder el tiempo.
-Tachi, tengo que pedirte un favor.
-Claro...- dijo con duda.
-Debo contarte algo sobre lo q pasará cuando tú príncipe se libre de la maldición a la q los dioses lo sometieron.
-Te escucho.
-Para q tu hermano se libere debe eliminarse a la maldición, el problema es que la maldición no está en su cuerpo....
-Donde está??
-Soy yo... Yo no soy un caballo como pensáis. Soy un espíritu que he sido enviado aquí por alguna razón que desconozco.
Tardó un poco en entender lo que le quería decir.
-Un segundo... Si según tú la maldición se debe eliminar y tu eres la maldición, eso significaría que... ¡Debes morir!
-Exacto... Por eso te pido cuides de Kido cuando....
«¡¡NOOOO!!»
Ambos echaron la visita hacia atrás y vieron a Kido con los ojos llenos de lágrimas.
-¿Estabas escuchando?- se alteró Fudo acercándose el uno al otro, mientras Tachimukai permanecía expectante.
«¿E..es eso cierto? Vas a... Morir?».
-Lo lamento Yuuto, pero sí.
«¡¿Y cuando pensabas decírmelo?! ¡¿Cuando ya no hay solución?!»
-¡¡¡De q solución hablas, no hay solución ahora ni la habrá nunca!!!
«No!!! Tu no puedes morir!!!!» de una coz lo tiró al suelo y se colocó sobre el mientras acercaba al cara hacia él, dejando caer sus lágrimas. Tachimukai, se fue sigilosamente al notar que sobraba.
-Por que lloras?? No sientas dolor por mi.
«Pero...yo...t... te quiero...» decía entre lágrimas.
-Kido, yo lamentablemente también te quiero, pero no hay otro modo.- Fudo salió de debajo de Kido y se fue.
El príncipe, dolido por aquella terrible noticia se calló sobre sus patas delanteras mientras soltaba un alarido de dolor. «Mamá, no se que hacer... Que se supone que debo hacer!?!? Debo salvarlo pero...¿¡Cómo!?».

A la mañana siguiente:

Todo estaba en silencio, y en calma. Pero esa paz solo era a la vista. Tsunami, que no se había enterado de nada, se levantó energético, pero entre Kido y Fudo había demasiada tensión, de la cual, por alguna razón, Tachi se sentía culpable.

Se acercó al príncipe y con cautela trató de hablar con él.
-A...alteza... Lamento mucho lo q estás pasando. Si hay algo q yo pueda hacer.
-Tachimukai, no tienes que tratarme con tanta formalidad. Y agradezco tu compasión pero no hay forma de que me ayudes.
-¡Esperad!- dijo Tsunami de pronto.
Dos arbustos se movían y se oían susurros.
«Qué demonios...?». Fudo no terminó de hablar cuando dos individuos se abalanzaron sobre el con sus lanzas. Kido, Tachi y Tsunami los detuvieron antes de q una de las lanzas alacanzara el hombro de Fudo.
-Genda?
-Sakuma?
Dijeron Tachimukai y Tsunami cuando los inmovilizaron.
-¿¡Qué hacéis!?- gritó Genda.- ¡Esa bestianes el diablo! ¿¡Por q no la habéis matado!? Y lo q es peor ¿¡Por q el príncipe...!?
Kido se acercó de repente.
-Genda, Sakuma....
Los ojos de Kido sostenían una mirada fría y su cuerpo estaba erguido. Ante aquella repentina postura, sintieron tanto respeto q no pudieron evitar arrodillarse.
-Os agradezco que hayáis venido a por mi, pero no es necesario. Podéis regresar a casa.
-Alteza, acepte mis disculpas pero no regresaré sin...
-¡Genda!- le regañó Sakuma.- ¡El príncipe nos ha dado una orden!
Genda miró a su cómplice con cara de irlo a matar y se fue de allí maldiciendo.
-Lo lamento alteza. Es q llevamos mucho tiempo buscándolo.
-No te preocupes Sakuma. Ahora ve con él. En su estado no es bueno que vaya solo por ahí.
-Sí

En cuanto Saluma se fue Fudo y Tachi aun lo veían impresionados por la capacidad de liderazgo de Kido y Tsunami se acercó a él posando una mano en su hombro.
-Hermanito, éstoy orgulloso de ti. Y papá tb lo estría.
-Tu crees?- dijo cabizbajo.
«Desde luego.» al oír eso miró hacia atrás y de cruzó con los ojos de Fudo.
-Tu, ¿Te sientes orgulloso de mi?
«Ya deberías saberlo».
Se miraban con una sonrisa empapada por las lágrimas que brotaban de sus ojos. El lazo del destino que los unía se estaba haciendo muy fuerte y sin poder evitarlo, aun q Fudo hubiera querido impedirlo, el decirse adiós iba a ser los más difícil que jamás hayan hecho ambos....