Mermaid [KookV]

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Un lejano sonido comenzó a espabilar a Taehyung. Un precioso sonido. La calidez comenzó a aparecer desde su pecho hasta cada extremo de su cuerpo y una maravillosa sensación se instaló también. Lentamente, abrió sus ojos y...vió un ángel. Un ángel que lo sostenía en el suelo, con su hermoso rostro preocupado y con sus manos acariciando su cabello suavemente, como si se fuese a romper. Sonrió y se acurrucó en esa calidez. ¿Puede seguir así?, ¿se le permite sentirse así de bien para siempre? Sin preocupaciones, sin dolor, sin sufrimiento, sin impedimentos...Volvió a cerrar sus ojos y se relajó. Sólo déjalo quedarse así, para siempre.

Un sollozo llamando su nombre lo sacó de su ensoñación. Abrió nuevamente sus ojos y aquel ángel tomó forma. Era Jungkook, que lloraba por él.

 Y es que, después de pasar horas desde su marcha, el príncipe comenzó a buscarlo, preocupado. Una larga búsqueda después, encontró a Bogum, quien le dijo que después de comentarle unas cosas, se había ido y le había asegurado también, que no tenía ni idea de cuál era su paradero. 

Desconfiado, decidió seguir su búsqueda. Hasta que, detrás de unas grandes cortinas, lo encontró. Desplomado en el suelo, con su bonito traje manchado de sangre, que brotaba sin parar, como aquella vez. Rápidamente se arrodilló y lo tomó en brazos, examinando su pálido rostro y llamando su nombre, sin respuesta. La angustia comenzó a brotar en él, al igual que la oscura sangre manchaba su traje. Le dió suaves palmaditas en la mejilla y le desabrochó la chaqueta y camisa. Lo único que hizo, fue permitirlo ver como la sangre brotaba de su pecho sin ninguna herida que la echase. Lo movió un poco. Sin respuesta.

Comprobó su respiración. Respiraba suave y entrecortadamente. La desesperación pudo con él y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, se permitió llorar mientras acariciaba su suave cabello.

Una exhalación llamó su atención. Observó como Taehyung abría paulatinamente sus ojos, mirándolo con ojos cansados y vista borrosa. Posó su mano en la mejilla contraria y se mordió el labio. Carraspeó, intentando controlar su voz.

-¿T-Taehyung?.- Susurró, suave y adoloridamente. El nombrado sonrió débilmente y asintió, agarrando la camisa de Jungkook y acurrucándose todavía más, queriendo preservar el calor que faltaba en su frío cuerpo. El príncipe lo abrazó, sollozando aliviado y asustado en su hombro.

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El contacto se deshizo después de unos segundos. Segundos en los que ambos se sentían morir ante tanto sentimiento y sensaciones abrumadoras. Lentamente, se separaron, quedando a centímetros. Yoongi apoyó su frente contra la contraria y dijo.- Deja de llorar, por favor. Me siento morir si lo haces.-Jimin asintió suavemente y miró a Yoongi, rezando para que dijese esas palabras. El contrario también lo miró, sonrió y se separó para besar su frente. Instantes después se separó más y quedó frente a Jimin. -¿Quieres comer algo?.- Dijo alegremente, sonriéndole.

Jimin se quedó completamente quieto, mirándolo. - ¿Jimin?

Queriendo hablar y no pudiendo, queriendo pegarle y...sí pudiendo. Se acercó y le dió un suave golpe en el pecho. - Eres idiota.- Después del dado, vinieron muchos más.- Idiota, idiota, idiota.- Susurró dolorosamente. Yoongi agarró sus puños, con el ceño fruncido.

- Jimin yo...-Suspiró, quitando la frustración de su voz.- No sé que es lo que te pasa, no lo entiendo. Dime de una vez que quieres, no soy adivino. ¿Por qué me pegas?, ¿por qué entraste llorando diciendo que necesitabas ayuda?, ¿por qué siento que te conozco de antes y tú no me quieres decir nada al respecto?, ¿qué cojones está pasando?, Jimin. - Soltó, cejado por la confusión.

-¡Dilo!.- Gritó llorando. No podía decir nada más. Tenía miedo de decir algo y meter la pata, haciendo que lo separasen para siempre de Yoongi. Comprendía la frustración del pelinegro pero, ¿qué podía hacer?, ni él comprendía lo que estaba pasando.- Sé sincero conmigo.- Susurró.

- ¿Qué?- Yoongi observó atónito a Jimin. Pasó sus manos por su cara y exhaló ruidosamente, intentando relajarse. Una vez que lo hubo conseguido, observó a Jimin. Frágil, roto, confuso y desesperado. Observó su precioso rostro rojo, lleno de lágrimas y contraído por el dolor. Observó también su postura, ligeramente encorvado, con las manos sobre sus ojos, mientras hipaba. Y por último, observó sus sentimientos por el muchacho. 

- Jimin-ah, te amo.