Bucky

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Se despertó asustado, sudando frío y con la respiración agitada. No la vio a su lado y su temor creció. Se levantó para buscarla, se puso un bóxer y salió de la habitación.

-¡Katherine! ¡Katherine! ¡¿Cariño donde estás?!

Estaba desesperado. Había tenido una horrenda pesadilla y al no verla a su lado empezó a pensar que todo era real.

-Bebé, por favor, aparece -susurró desesperado y con lágrimas en sus ojos.

La necesitaba, la necesitaba mucho.

Abrió puerta por puerta sin victoria. Se estaba volviendo loco.

Hasta que abrió la última puerta, allí ella lo vio a él antes que él a ella, él al reaccionar la abrazó.

-Pensé que te había perdido, te amo, te amo mucho -dijo entre llantos.

Ella lo abrazó.

-¿Sigue dormida? No la desperté, ¿Verdad?

Su novia negó riendo.

-Ven, vamos a que te calmes y me cuentes que pasó.

Se sentaron en el sofá, él la miraba triste.

-James ¿Qué pasó?

-Soñé que las perdía a ti y a Linzy... Era sobre que ustedes dos salían y...

El soldado del invierno ya no pudo contenerse más y empezó a llorar de nuevo.

Ella tomó sus manos, lo abrazó fuertemente y besó su mejilla.

-Estamos aquí, ambas... No sigas si no quieres, creo que ya sé qué nos pasa en el sueño.

James asintió.

Ella lo miró a los ojos. Luego le recorrió su rostro con la mirada... Amaba su cabello algo largo y su barba, se veía perfecto. Lo amaba.

-¿Me dejarás?... Deberías, mírame, te llevo años, pesadillas y me vuelvo viejo, ya lo soy y tu eres muchos años menor que yo y joven.

Katherine se rio.

-Nunca te dejaré, te amo tal como eres por eso me casé contigo hace tres años y tuvimos a Linzy hace tan solo un año... Cariño, te amo, eres perfecto.

Él hombre suspiró.

-Vamos a dormir, son las seis de la mañana y tu hija se despierta cada dos horas llorando, te advierto que la próxima es tu turno.

James no pudo evitar reír,

Volvieron a dormir los dos juntos, ella se pegó a su pecho y él la abrazó fuertemente, con miedo. En ese momento, la pequeña Barnes volvió a llorar.

-Yo iré, tranquila -dijo Bucky al escuchar el bufido de su esposa, ya cansada y con sueño.

Dos minutos después, él la traía en brazos y ella había dejado de llorar, la puso en medio de él y su esposa y finalmente todos pudieron dormir un largo rato más. En especial él, quien se había relajado al ver a su hermosa hija dormir junto a él y a su esposa.

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