Cal

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Hoy es mi cita con Ginna. Estoy muy nervioso. No sé cómo rechazarla si se llegase a insinuar. ¿Cómo decirle que soy gay, y que me gusta su empleado? ¿Cómo decirle que tengo un sugar daddy que me obsequió un Rolex?

Me echo una última mirada en el espejo, y tomo las llaves del taxi. Cuando algo de mi habitación, me topo a los mismos vagos de siempre invadiendo mi espacio personal.

—¡¿Quién es la zorra?! ¡¿Es esa tal Ginna?! —Karla empieza con sus bombardeos, apenas me ve.

—Karla... te recuerdo una vez más que soy gay, y ya no eres hombre —remarco con amargura—. Además, sólo será una cena.

—¡Cuídate, Cal! —dice Daisy, desde la cocina, mientras me dirijo a la salida.

—Sí sí...

—¡Me traes algo! —alcanza a decir Kevin.

—¡Nope!

Abandono el edificio, y conduzco hasta el suyo. Extrañamente, voy puntual. A pesar de todo, estoy de buen humor. Y eso que sólo bebí cuatro cervezas.

La razón es porque tengo el número de teléfono de George, y ahora estamos más en contacto. Aun habiendo vuelto con Zac, George sigue gustándome. Y mucho. Estoy bastante contrariado.

Sé que suena estúpido, pero en el fondo me gustaría que Zac volviese a engañarme, para poder romper con él, y tener el camino libre para conquistar a George. Suena aun más estúpido porque sigo enamorado de mí novio.

El alcohol está acabando con mis pocas neuronas.

***

Ginna me recibe con los brazos abiertos. Su departamento es lo que se esperaría de un departamento de soltera: lindo, espacioso, femenino y limpio.

—¡Toma asiento! Ya casi está lista la comida. Acomódate cómo gustes. Estás en tu casa.

—¡Gracias!

Ella regresa a la cocina, y aprovecho para enviarle un mensaje a George, mientras tomo asiento en un sofá color rosa.

«Holaa»

Él lo lee casi de inmediato, y me emociono como un adolescente al ver que escribe la respuesta.

Me desespera un poco que tarde tanto.
Finalmente responde:

«Hola. Disculpa, ahora no puedo hablar»
«Estoy en el trabajo, y Ginna me pidió que cerrara el restaurante.»
«Me imagino que estás con ella, ¿no?»

¿Cómo sabe eso? ¿Ella se lo contó? No quiero que piense que estoy interesado. Mucho menos que me vea como un posible rival o algo así.

Respondo:

«Si»
«Cómo lo sabes?»

Él responde nuevamente:

«Ella me contó que tenía pensado invitarte a salir.»
«Fue... inesperado»
«Espero que se diviertan.»

George se desconecta. Creo que está molesto conmigo, y eso me preocupa.

Escribo una respuesta:

«Oye! Te dije que no estaba interesado, recuerdas?»
«Acepté salir con ella porque pensé que sería una cita de amigos»
«Le diré que no estoy interesado mas tarde. Espero que lo tome bien :\»

No responde. Suspiro con pesadez. No estamos avanzando nada. No sirvió de mucho que le haya pedido su número. Además, siento que ahora me ve como un enemigo.

Dos enamorados en taxi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora