--¡¡Sabrina!!--grito efusiva esa voz femenina que tanto había extrañado.
Corrió hacia mí y se agachó para abrazarme. Apretó los brazos alrededor de mi cuerpo y yo le correspondí, era tanto el tiempo que había estado separada de mi mejor amiga y aquellas conversaciones telefónicas llenaban no totalmente el vacío.
--¡Pero como has cambiado!
--¿Cual cambio? Sigo igual desde la última vez que nos vimos.--dije y me separé.
--Por favor, tu cabello es diferente.--observo.
--¿La maraña de pelos que cargo en la cabeza? ¿Que diferencia tiene? Sigue igual de despeinada que hace años.--bromee.--Pero tu tampoco has cambiado mucho.
Efectivamente, Sharon no había cambiado en lo absoluto, excepto por unos cuantos centímetros más agregados a su cabello castaño y lacio. El fleco caía en su frente hasta llegar a sus ojos, y el demás cabello alcanzaba una medida solo un poco por debajo de sus frágiles hombros que un suéter verde cubría.
--Ejem...--el joven que estaba a nuestro lado, Noah se aclaró la garganta haciéndose notar.
Ambas lo miramos.
--Ay lo siento.--dijo Shanon dándole un rápido abrazo con uno de sus brazos.--Es que estoy tan emocionada.--dijo, y la flamante sonrisa en su rostro se expandió aún más cuando me miro.--¡Hay tantas cosas que quiero contarte!--me avisó.
--¡Yo también!.--musite emocionada.
--Supongo que ya se conocieron.--volvio su atención a Noah.
--Si.--dijimos los dos al mismo tiempo y luego reímos de nuestra sincronización.
--¡Ah! ¡Esto será genial! --exclamo Shanon.
Se levantó del piso junto con Noah, mientras yo me quedé allí sentada.
--¿Pero qué haces allí? Levántate, ¿por qué no entraste?
Él me extendió la mano para ayudarme a levantarme. El deseo de tocar su excitante piel de nuevo me invadió al ver la palma de su mano extendida hacia mi. La tomé y me ayudo a separarme del piso.
--Gracias.--murmure.
El solo me sonrió, separando los dos engranes que se habían unido de nuevo.
--Cierto, Shanon. Es que dejaste la llave equivocada.--me queje, intentando mirar a mi amiga y no a la perfección que tenía a mi lado.
--¿La llave equivocada? --se sorprendió.
--Si.--le di la llave que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta.
--Oh perdón.--me sonrió.--Si, me confundí.
--busco en su bolso y encontró un juego con tres llaves.--Esta era.--se quedó en silencio un momento.--Eso me recuerda que le tengo que dar las gracias a la señora Díaz por hacerme el favor de entregarte la llave.--¿La vieja gruñona del 308?--pregunte, apuntando con mi dedo pulgar hacia dicha habitación.
--Oye, no es tan gruñona; es linda cuando quiere.--se encogió de hombros.
--Y digamos que casi nunca quiere, ¿verdad? --hice un ademán de susto. La vieja no se había comportado del todo amable conmigo.--¿No pudiste haberme dejado la llave correcta con alguna otra persona menos.....amargada?
Noah río.
--Exageras....--Shanon meneo la cabeza y río.--Me imagino que estás cansada así que agradeceme que ya tengo lista tu habitación.--me regalo una sonrisa de autosuficiencia mostrándome todos esos dientes blancos de tamaño mediano.
--Te agradecería más si abrieras esa puerta ya.--bromeé.
Shanon río e introdujo la llave a la cerradura haciendo que la puerta se abriera por fin. Me tragué una exclamación de victoria.
--Pasa y acomodate, en unos minutos estoy contigo.--anuncio y me indico que me introdujera al departamento.
Intenté levantar del suelo mi par de maletas, pero Noah se me adelantó.
--Permiteme.--las tomó, una con cada mano y fue detrás de mí, acomodandolas a la orilla de la sala.
--Gracias.--musite y le regale una sonrisa tímida.
Él me la devolvió y aquel afecto me produjo una oleada de inspiración; como la que necesita un poeta para su poesía, o un escritor para una nueva historia.
Salió por la puerta y fue con Shanon de nuevo, no pude evitar mirarle mientras caminaba hacia la salida.
El estómago me rugió y me di cuenta de que aún traía la galleta mordisqueada en la mano. Me senté en una de las sillas cerca de la cocina. Mordí el pequeño pedazo que me quedaba y mastique perezosamente.
--Vine a buscarte para entregarte el CD que le prestaste a mi hermano.--dijo Noah con su voz de terciopelo en la puerta del departamento.
--Noah, amor. No tenías porqué preocuparte, le dije a Jaxon que me lo devolviera cuando quisiera.--contesto Shanon.
Me atragante con la galleta. ¿Amor? ¿Cómo que Amor?
Oí perfectamente el chasquido de los labios de Shanon contra alguna parte de la cara de Noah mientras yo intentaba tragar el pedazo de galleta que se me había atorado en la garganta, sintiendo como me raspaba.
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Manual de lo Prohibido; Noah Centineo. #Wattys2019
FanfictionFalso y perfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y f...