Epilogo

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Epílogo

Cuando llegó esa mañana a la casa, lo primero que hizo Leeteuk fue ir hasta la habitación principal, en la cual KangIn estaba recostado bocabajo en su cama.

– Youngwoon-shi, ya regresé ¿Cómo ha ido todo por aquí?

KangIn se levantó de la cama para mirarlo por mucho rato, para extrañeza del líder. En un parpadeo, KangIn se aferró a su hyung, abrazándolo y llorando histéricamente, como si en algún momento se fuera a ir otra vez.

–¡Teukie! ¡La próxima vez que te vayas de viaje llévame contigo!

Tras recuperarse de la sorpresa inicial, Leeteuk sonrió y le consoló con más cariños.

KangIn había extrañado estar entre los brazos de LeeTeuk, mientras recibía sus reconfortantes caricias, entre tantas cosas más.

–¿Y cómo te fue mientras no estuve?

–Ya te van a contar dentro de poco, Teukie.

–Sí, creo que pudiste con todo, Youngwoon-shi. Mereces un buen premio… – dijo al besarle tiernamente.

Los besos aumentaron y las manos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro, situándose Leeteuk encima del menor.

–Ven con mamá – dijo el líder seductoramente.

Entonces, al escuchar eso, KangIn se detuvo a verlo con esos anteojos de marco rojo y el cabello hacia atrás.

–¡Oh, dios! ¡NO! ¡De verdad te pareces a mi mamá, Teuk! – gritó al cubrirse los ojos para no seguir mirándole.

Leeteuk lo miraba confundido, mientras el otro salía como un loco de la habitación.

Con Leeteuk de vuelta, KangIn esperaba que todo fuese normal. Y había comenzado como debería ser. Los trece reunidos a la mesa, tomando alegremente el desayuno y conversando sobre las dos semanas en las que todos probaron su rol de líder, mientras Leeteuk les daba pequeños regalitos que había comprado para todo su grupo.

–Y después de eso, todo se convirtió en un gran caos. Pero nada de eso fue mi culpa… – continuó Sungmin mientras hacía pucheros, omitiendo varios de los detalles caóticos en su historia.

–Pero hiciste lo que pudiste, hyung – le sonreía Kyuhyun, pasando su brazo muy cariñosamente por los hombros del pinku.

–Al menos todos se divirtieron – rió Teuk estruendosamente, seguido por carcajadas de los demás, a excepción de KangIn, quien no podía recordar esos doce días como "divertidos".

–Sí. Y de nuevo gracias por el diccionario de coreano, hyong – dijo Hangeng – Aún no entiendo por qué tiene una cadena en el lomo.

–Creí que te vendría bien, Hankyung-ssi – contestó sonriente.

–Y sí que lo necesitas, hyung – intervino Sungmin nuevamente – Verás, Teukie hyung, hace días traté que Hankyung hyung me ayudara con el problema que Kyu y yo…

–Hyung… – le interrumpió Kyuhyun con seriedad, mientras Hangeng se preparaba para esconder el diccionario nuevo.

–Lo más importante es que Teukie hyung regresó refrescado y listo para la acción. Ahora que cada uno probó un poco de todo, no nos imaginamos con lo que tienes que lidiar todos los días – dijo Siwon al servirle más té Heechul.

–Ni que lo digas. No puedo estar pendiente de todos, apenas es agotador preocuparme por mi propio bienestar, imagínate tener que seguirles los pasos a todos los demás – dijo Heechul.

–Es fácil para ti decirlo, tú te fuiste al primer día, hyung – respondió Kibum.

–Y todos ustedes también.

–Me da gusto saber que todo está en orden y puedo confiarles lo que sea – al terminar otro bollo con mantequilla, Leeteuk volvió a prepararse otro café – ¿Saben? Cuando estaba en casa de mis padres, me dio un presentimiento raro y había soñado que todo era el pandemónium – Sungmin y Kyuhyun trataron de disimular – Y después de eso, mi jarrón estallaba – tanto el EunHae como el YeWook se llenaron las bocas con pan – Y al final todos morían de hambre – Shindong casi se atragantó – Menos mal que nada de eso ocurrió – terminó sonriente y su risa de bruja, seguido de un gran silencio colectivo.

La mitad del grupo se veía como si estuvieran tratando de guardar algo. Kibum, por su parte, aprovechó la situación para meterse entre Yesung y Ryeowook para coger más mantequilla, quedándose en medio de ambos. Heechul terminó su té y sacó el abanico del bolsillo.

–Aún no entiendo cómo puedes extrañar este trabajo, Teuk – comentó el pelirrojo narcisista – Dirigir a toda esta bola de locos es muy estresante.

–Se hace lo que se puede. Y al menos cuento con la ayuda de Youngwoon-shi para sobrellevarlo todo.

KangIn entonces miró conmovido a Leeteuk, queriéndolo más que nunca. Definitivamente él era el más indicado para ser el líder.

–Realmente eres necesario, hyung – comentó Ryeowook – Y encima porque puedes lidiar con fantasmas y demás amenazas.

–¿Qué fantasma?

Yesung rápidamente se puso a abrazar a Ryeowook.

–¿No es adorable? No tienes que molestar tanto a Teuk, Wookie – dijo mientras el resto ya se había olvidado del tema.

El timbre sonó y Teuk fue el primero en levantarse.

–Yo voy – anunció animadamente.

Después de haber visto a Leeteuk tan animado, Kangin dudaba si seguir contándole a su amado líder todo lo que había ocurrido, especialmente porque ser baneado de la Iglesia por dos meses, Kibum inclinándose más y más hacia la actuación, Kyuhyun finalmente creciendo en un aterrador maknae, Yesung saliendo desnudo al pasillo y el completo caos del apartamento tres veces seguidas definitivamente no eran hechos irrelevantes. Pero como bien dicen por ahí: Si no te hace feliz y no te afecta en el futuro, tal vez ni siquiera necesites esa información. Leeteuk definitivamente no necesitaba saber nada de esas dos semanas de oscuridad. Nunca.

Al cabo de un minuto, Teuk llegó al comedor con varios paquetes y cartas encima.

–Nos acaba de llegar todo esto de las fans de Latinoamé… – y al instante, LeeTeuk se tropezó y todos los paquetes se le fueron encima a KangIn, tirándolo al piso con todo. Los demás fueron a chequear si no le había pasado nada grave. En el camino, el líder tumbó el pedestal en el que estaba apoyando el jarrón chino que había comprado para su madre, ante lo cual Ryeowook se desmayó, Yesung escondió su cabeza detrás de la caja de cereal y la dupla de Pez y Mono se abrazaron en pánico – Lo siento, Youngwoon-shi ¿Estás bien?

–Me… Mejor que nunca, Teukie – respondió adolorido en el suelo, alzando un pulgar a duras penas.

Sí, definitivamente todo iba a ser como siempre.

¿Otro Lider ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora