❝ ¿Es posible, que no se haya aún visto, reconocido, ni dicho nada verdadero e importante? ¿Es posible que haya habido milenios para observar, reflexionar y escribir, y que se hayan dejado transcurrir esos milenios como un recreo escolar, durante el cual se come una rebanada de pan y una manzana? ❞
— Rainer Maria Rilke
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Observar, permitirte realmente admirar algo que a tus ojos es bello, sin duda es una de las sensaciones mas hermosas y placenteras que el ser humano puede sentir. Porque no es simplemente mirar, es ver todos los detalles de ese paisaje, objeto o persona que captura tanto tu atención que no te importaría perder unos cuantos minutos de tu vida para mantener tu mirada en ello. El ser humano debería conocer lo muy afortunado que es, por tener tales privilegios que otros carecen.
Cuatro largas y cansadas semanas habían transcurrido y la castaña seguía postrada en aquella cama de hospital con una gran variedad de cables conectados a su cuerpo. Para los padres de Rebecca, el ver a su hija de esa manera, era una imagen difícil de presenciar, inclusive atraves del vidrio que servía para monitorear a la castaña. La familia Wood-Bell estaba pasando uno de los momentos más difíciles de su vida, porque, aunque una ligera llama de esperanza se instalo en ellos cuando su hija dio una ligera señal de vida, ya había pasado un mes y si hija no abría los ojos, ni había vuelto a moverse.
Pero en aquel preciso momento, no eran la familia Wood-Bell la que observaba a Rebecca sumida en su sueño. Louis Weasley se encontraba sentando en un pequeño sillón que era parte de la habitación, con sus ojos azules fijos en la chica enfrente de él, contando mentalmente sus respiraciones, buscando entre aquellos moretones y cicatrices, la sonrisa risueña que lo había enamorado años atrás, pero lo único que encontró fue un rostro apagado pero que de algún modo transmitía paz.
—¿Cómo fue que esto paso? —se cuestionó el rubio, pasando sus manos por su cabello desordenándolo en un gesto de desesperación. —Sabes, en mi imaginación recree nuestro reencuentro de tantas maneras diferentes, pero nunca así, jamás se me cruzo esta imagen por la cabeza. —confesó sin apartar la mirada del rostro sereno de la castaña.
Finalmente, el rubio se levanto de aquel sillón y se acerco hasta la camilla, sentándose en una silla, tomó la mano de la castaña entrelazándola con la de él, Louis aun podía sentir como su pulso aumentaba con el simple tacto de aquella chica, pero también sentía como su corazón se estrujaba ante el frió que emanaba de la piel de Rebecca. Mil hubieras bailaban por el pensamiento del rubio, ¿Si no nos hubiéramos dejado vencer tan fácil?, ¿Si hubiera peleado por nosotros?, ¿Si no hubiera soltado tu mano años atrás?, ¿Dónde estaríamos?, eran las preguntas que se cuestionaba Louis en ese momento.
El rubio cerro sus ojos sin soltar la mano de la castaña, solo el sonido de la maquina de signos vitales resonaba por el cuarto, los minutos pasaron y la noche hizo su aparición, junto con ella un ligero quejido se escapo de los labios de Rebecca, pero fue tan leve que Louis ni siquiera llego a oírlo. La castaña comenzó a abrir sus ojos de manera lenta tratando de acostumbrarse a la luz emanaba de una lampara cerca de su cama, después de tanto tiempo encerrada en aquella oscuridad, sus ojos se sentían algo irritados debido a la luz.
Rebecca trato incorporarse, sintiéndose desorientada pero un dolor en su espalda se lo impidió haciendo que ahogara un sollozo. Louis finalmente abrió los ojos de par en par ante aquel sonido y volvió su mirada lentamente hacia la castaña que había visto dormida hace tan solo unos minutos, al hacerlo se encontró con la mirada de su ex novia conectando con la suya y los ojos del rubio se tornaron cristalinos. ¿Aquello era real o solo un juego de su mente?
—¿Por qué estoy aquí? —preguntó la castaña comenzando a ser presa del miedo y los nervios al no saber dónde se encontraba.
—Despertaste...estas realmente despierta. —habló aun conmocionado el rubio. — Tengo que hablarle al doctor. —se levantó rápidamente soltando el agarre de sus manos y se acercó a la puerta llamando a alguna de las enfermeras, pero sin despegar sus ojos azules de aquella chica desorientada.
—Louis...—susurró Rebecca ante el frió que sintió cuando el rubio soltó su mano y segundos después vio como aquel cuarto era invadido por enfermeras y un doctor. —Louis. —volvió a susurrar estirando ligeramente su mano, hasta donde el dolor se lo permitía.
El rubio vio el gesto de la castaña e inmediatamente se abrió paso entre las enfermeras para tomar su mano. Aquel gesto pareció tranquilizar a la castaña antes de caer en un ligero sueño, aferrándose a aquel calor que la mano del rubio le producía y lo único que le parecía familiar.
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| Hola Merodeadores, aquí les dejo el capitulo cuatro. Espero les guste y les aviso que se viene lo bueno en los siguientes capítulos, gracias por seguir leyendo xx |
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AMNESIA | Louis Weasley
Fanfiction| AU SHORT FIC El destino actúa de maneras extrañas así como el amor. Separados por mas de dos años, sin ningún contacto entre ellos después de terminar su relación, un accidente llega a cambiar todo en la vida de ambos. Rebecca Wood solo recuerda...