| AU SHORT FIC
El destino actúa de maneras extrañas así como el amor. Separados por mas de dos años, sin ningún contacto entre ellos después de terminar su relación, un accidente llega a cambiar todo en la vida de ambos. Rebecca Wood solo recuerda...
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❝'Una verdad duele mucho menos que mil mentiras.❞
—Art & Soul.
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No importa cuanto tiempo pase; días, semanas, meses o años, la verdad siempre sale a la luz y en ocasiones cuando menos lo esperemos. Aunque se debe tomar en cuenta que el ser humano es algo testarudo y puede que la persona ya reconozca que lo que le dicen es una mentira, pero desea cegarse ante la verdad. Las personas que suelen hacer eso y llegan al punto en el cual ya no pueden seguir cubriendo el sol con un dedo son las que más llegan a sufrir cuando deciden aceptar la verdad.
El descubrir que todo lo que se te contó era una mentira es como quitarte una venda de los ojos, el proceso es simple mientras la persona va descubriendo cosas que no cuadran con la historia contada la venda se va haciendo más floja, hasta que se cae en el momento que descifras lo que es real y lo que era una ilusión. Claro está que existen ocasiones donde la venda es arrebatada de nuestros ojos, el dolor suele ser menos cuando es así.
Rebecca se encontraba en el baño de su habitación observando su reflejo en el espejo, sus ojos se veían ligeramente hinchados debido al llanto y unas ojeras adornaban su mirada cansada. La castaña había estado recuperando todos sus recuerdos de golpe después de aquel descubrimiento en el ático, estuvo tres días en cama, con fiebre demasiado alta y con un dolor de cabeza insoportable, por lo cual el doctor le había recetado reposo absoluto y sin exponerse a emociones fuertes.
Sus padres, su hermano y su cuñada habían estado cuidando de ella aquellos días, desde muy temprano hasta la madrugada del día siguiente, a pesar de que la castaña estaba algo molesta con ellos debido a toda la información que le había ocultado, también estaba completamente agradecida por qué no se separaron de ella sin importar los gritos y su estado.
Rebecca desde aquel incidente sentía un vacío en su pecho y mentalmente deseaba que la que era su realidad fuera solo una pesadilla, pero estaba consciente que esa no sería la ocasión. Un suspiro se escapó de la boca de la castaña al secar el agua que escurría por su rostro y cerró la llave del agua al mismo tiempo que se escuchaban unos leves toques en la puerta de su habitación.
—Becca te buscan. —le informó la voz de su amiga desde la puerta, Rebecca se mordió su labio inferior suponiendo quien la buscaba.
La castaña salió del baño después de unos donde se armó de valor y preparó a su roto corazón. Justo en el momento que dirigió su mirada hasta la puerta sintió como su corazón se estrujaba levemente y unas inmensas ganas de llorar querían apoderarse de ella, pero Rebecca hizo lo mejor que pudo para mantener su rostro serio y sereno, sin ningún rastro de nerviosismo.
—Becca, ¿Cómo te encuentras?, ¿Qué fue lo que pasó amor? —preguntó Louis rápidamente, acercándose a ella con la intención de tomarla en sus brazos, pero la castaña evitó el contacto. —¿Becca?
