Game Over.© «Karmagisa.»

Nagisa: De Paredes Grises A Un Mundo Lleno De Color.

          Antes, las paredes a mis costados eran de colores oscuros, a penas me dejaban observar aquel mundo al cual, parecía que la entrada me era prohibida.

Me sentía atrapado en el fondo del mar, pero no parecía ahogarme a pesar de que ese fuera uno de mis más grandes deseos.

Escuchaba las agudas voces de personas a mi alrededor, pero eran frases que definitivamente no quería saber.

¿Por qué?

En mi vida, mayoritariamente los colores que lograba ver eran opacos, tanto, que lograban nublar mi vista al punto de dejarme casi sin visión.

¿Quién es él?

Cuando comencé a ver el mundo real, una agradable sorpresa fue la que me llevé.

Pues un nuevo color parecía haberse integrado a mi zona de confort.

¿Cómo lo ha logrado?

Aquello aún me es un misterio.
Pero me gustaría que fuera uno dejado en el aire.

Aquel color, era uno rojo, tan fuerte como la sangre pero tan delicado como el tono del arcoíris.

Parecía romper aquellas paredes de forma tan brusca que el sol lograba dar en mi rostro de lleno.

Por ello fue que me logro cautivar.

Y con el tiempo, me hizo ver mi propio color.

Uno azul, tan profundo como el mar pero tan bello como el tono del cielo.

No sabía si aquello era cierto.

Pero el color rojo fue lo que me hizo ver.

Poco después, note que él se enfrentaba a los colores que sólo buscaban hacerme daño.

Por ello, obtuvo mi admiración.

Era tan grande... Tan majestuoso... Tan lleno de vida, que al mirarlo a los ojos, me sentía seguro.

Cuando lo veía, quería avanzar, quería correr y recorrer el mundo aunque muriera en el transcurso.

Ya que él era como un motor que lograba darme impulso.

Me hacía sentir seguro.

El color rojo me daba protección.

Hasta que con el tiempo, vi que más colores entraron a mi vida.

Note que el negro no era tan malo como se decía, era tímido y agradable.
Y el verde, sólo necesitaba una pulida para ver sus verdaderos sentimientos.

Nadie era realmente malo.

Sólo necesitaban una segunda oportunidad.

Y aquello, el color rojo se encargo de demostrármelo.

Karma fue mi motor de vida.

Mi color favorito.

Y también, el chico que logre atesorar.