•O N C E•

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Sé que Nagisa es fuerte. Pero incluso él tiene un límite para fingir el estar bien.

Extrañaba su sonrisa. Pues está desde hace días que se había desvanecido.

Ahora, sólo era una mueca la que parecía realizar.

Cada que eso sucedía, mi alma parecía llorar, ya que no había nada que yo pudiera hacer al respecto.

A partir de aquello, yo mismo me había encargado de siempre darle paz.
Le había prohibido el paso a algunos compañeros de clase, e incluso a Okuda, aunque ella nunca me preguntó el por qué.

Supongo que al final, lograba entender la situación.

Ambos suspiramos en lo alto.

Nagisa se quedó dormido en mis brazos una vez más, como últimamente, había estado pasando.

Game Over.© «Karmagisa.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora