Capítulo 2

9.8K 471 19
                                    

Odiaba mí vida, bueno no... Odiaba mí poca fuerza de voluntad de decirle que no cuando se le pasaba alguna cosa extraña en la mente.

Ni siquiera había pasado media tarde con mí familia que ya estaba comprando el próximo boleto en avión a Buenos Aires, porque? Simple, no podía verla tan desanimada después de nuestra plática en el café.

La entendía o trataba de entenderla, yo no quería niños pero ella sí y la sola situación se me hacía injusta así que lo único que podía hacer era acompañarla.

-Todavia no me contaste como fue tu vida en Córdoba?- en el aeropuerto, a media hora de arribar a nuestro vuelo, porque sí yo la llevaría hasta buenos aires, sí el patético de su novio le tenía miedo a los aviones y prefería ir en colectivo, ella dijo que así conoceríamos algo por nuestra cuenta y lejos de molestarme me agradó un poco la idea.

-Fue...- trataba de pensar la manera más suave de decirlo pero recordemos que soy yo y ella me entiende así- extraña, digo la cuidad es una maravilla, el problema son las personas- se rió un poco.

-Tu siempre tan social, ya dime qué no te metiste con cada mujer que pasaba en frente tuyo- con Sara ellas parecían tener la imagen de mí conquistando a cada chica que veía, al parecer era una clase de gigoló versión femenina que hace brujería o algo para tener a cuánta mujer quiera, nada más alejado de la realidad.

-No han sido tantas- bromee, a menudo era divertido tratar con eso, algunas veces sabía exagerar para ver cómo reaccionaba.

-Babosa- replicó y reí, los altavoces hicieron un eco casi inaudible pero logré distinguir las palabras "avión", "cuidad de Buenos Aires" y "puerta de embarque"

-Creo que es hora...

-Si, vamos.

Una cosa que nunca entendía era la costumbre de llevar todo el armario en la maleta o llevar miles de maletas con todo lo que se les ocurriese, no era un problema mientras no tuviera que cargarlas pero adivinen, ella es Laura y yo pues soy yo y terminé cargando las benditas maletas.

-Veras que olvidaré "accidentalmente" algunas en el aeropuerto y ni cuenta te vas a dar- dije ya algo fastidiaba.

-Es la segunda vez que vengo a Buenos Aires no quiero quedarme sin opciones de ropa para salir.

-Podias comprar algo allá, he escuchado que no es tan costoso.

-No viajaste nunca a Buenos Aires?- pregunto.

-Sabes que sí- me sonroje por un recuerdo, un breve y lindo recuerdo con una chica de nombre Florencia- pero fue hace mucho y prefiero olvidarlo- menti, dolía recordar cómo acabó esa historia- además no iba a comprar ropa.

El viaje se me hizo corto, hablamos de dos horas, tres máximo, tomamos un taxi a uno de los hoteles que había consultado por internet y por suerte no era tan lejos.

-Quiero ver todo!- dijo una vez terminamos de dejar las cosas en la habitación.

-Dijiste que ya habías venido- recalque.

-Es muy grande no se puede ver todo en dos meses.

-Pues tendrás que hacerlo en un día y mañana preferente cuando estés con el idiota.

-Anda Candy demos un paseo- pidió, yo sabía que ese paseo se trataría de ver vidrieras y esperar por horas que se decida por algo si es que le gustaba.

-Solo si vemos donde es la dichosa clínica antes- algo me decía que ella no había ni siquiera consultado la dirección.

-Trato.

Embarazada de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora