Extra.

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Catalina muerde su labio nerviosa, Christopher la mira a través del espejo y nota que tiembla ligeramente.

—Oye, bella, ¿Qué pasa?—dice mientras le ayuda a colarse el collar.

—Estoy nerviosa.

—No lo estés, después de todo no será la primera vez que des clases en ese colegio ¿verdad? —la castaña niega y Christopher deja un pequeño beso en sus labios. —Te amarán, ya verás.

— ¿Tú crees?

—Claro, preparas tus clases con una gran energía que hasta ya me aprendí el tema que vas a dar hoy. —Catalina se carcajea y Christopher rueda los ojos, a veces su novia puede ser muy mala con él.

—Sólo que hay un problema.

— ¿Cuál?

—Que desde ahora ya me duelen los pies por los tacones.

—Alguien deme paciencia. —susurra y es cuestión de segundos para que sienta un cuaderno estrellarse contra su espalda.

—Estúpido.

—Gruñona.

(...)

Christopher presiona enviar y siente como si el color desapareciera de su rostro al ver que el documento tarda en enviarse.

Tenía plazo hasta hoy para enviar la tesis y si todo sale bien graduarse el próximo mes. Catalina terminó la carrera hace seis meses y dejó la carpeta en varias instituciones, varias la aceptaron y al final se decidió por el mismo colegio en donde trabajaba Zabdiel, ya que ahí había realizado sus prácticas y le encantó el ambiente de trabajo.

Suspira aliviado cuando le llega la notificación de la universidad confirmándole en envió de la tesis por lo que cierra Gmail y va a YouTube. Es cuestión de minutos para que escuche la puerta abrirse y el resonar de los tacones por el pasillo.

— ¡Amor, ya llegué!—escucha que le llama Catalina pero decide ignorarla y subir más el volumen de la computadora.

La escucha abrir la puerta y finge que está muy concentrado haciendo algo. Catalina decide no molestarlo por lo que deja los tacones a un lado y se coloca ropa más cómoda.

Sale de la habitación y se dirige a la cocina, Christopher ya estaba cocinando por lo que ella decidió terminar de hacer la comida.

Tararea una suave canción que escuchó por ahí para luego remover un poco más la comida, decide sentarse y en la mesa coloca las hojas de la pequeña prueba de diagnóstico que les tomó a los que serán sus alumnos.

Christopher apaga la música y acomoda bien los lentes sobre el puente de la nariz y va hasta la sala, la castaña está corrigiendo algunas cosas por lo que él va a servir la comida.

—Hola Chris. —dice Catalina sin levantar la mirada del examen que tiene al frente. Christopher deja un beso en su frente.

— ¿Cómo te fue amor?—dice para luego ir a la cocina, la castaña lo sigue.

—Todo tranquilo, aunque los chicos se quejaron mucho por el examen que les tomé.

Christopher ríe y apaga la estufa. Frunce el ceño al ver a su novia con un moño en el pelo, la acorrala en una esquina y con una mano toma su mentón y la otra viaja hasta la goma que sostiene su cabello, se deshace del moño y le sonríe.

—Te ves preciosa con el cabello suelto. —susurra para luego colocar una mano cerca del muslo de la chica y la otra mano viaja hasta su trasero. —Te he extrañado mucho hoy. —dice y atrapa sus labios en un beso hambriento.

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