5. Bailando.

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Maratón 2/?

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Maratón 2/?

Catalina sonrió cuando Christopher la tomó de la mano y le dio una vuelta. Estaban en medio de la pista y Christopher lo había perdido la oportunidad para conocer mejor a su acompañante.

Empezaron charlando de cosas triviales como: series favoritas, algún hobby –el de Vélez era el skateboarding– comida favorita, color, y esas cosas. Luego siguieron con la preguntas con doble sentido.

—Oye, ¿arriba a abajo?—preguntó Vélez mientras se sentaban en uno de los cómodos sofás y pedía al camarero unos tragos.

Catalina puso cara de pensativa y se demoró en responder. Christopher solo la miraba con curiosidad.

—Arriba. ¿Y tú?

—Depende. —contestó mientras le entregaba un trago y Catalina lo tomaba para dejarlo en la mesa.

— ¿Cómo que depende? ¿De qué?

—Claro, depende de la situación, porque si pasamos a otro nivel prefiero ir arriba porque ahí...

— ¡Cállate!—chilló totalmente colorada y Christopher estalló en carcajadas.

— ¿En qué pensabas? Iba a decir que cuando juego PlayStation mis juegos los guardo en la parte de arriba, los más importantes. Los que ya me aburrieron los dejo abajo y mis sobrinas juegan con esos.

— ¿Tienes sobrinas?

—Sí. Dos mocosas odiosas que se enojan por todo.

—Ah, ¿puedo preguntar por tus hermanos?

Vélez se mordió el labio inferior y Catalina bebió su trago tratando de salir del momento incómodo que se creó de pronto.

—Mi hermano murió hace dos años y dejó a su esposa e hijas, mi mamá se hizo cargo de ellas porque mi papá quiere nietos varones y se desentendió totalmente de ellas después de que mi cuñada tuviera un aborto involuntario por la noticia de mi hermano muerto. Claro que al inicio él estaba feliz porque según los doctores Mercy estaba embarazada de un varón, por lo que la pérdida fue total para mi papá.

—Lo siento mucho, no debí preguntar, perdóname. —dijo mientras colocaba una mano sobre la de Christopher y la apretaba.

—No pasa nada. ¿Qué me cuentas tu aparte de lo que ya se?

Catalina pensó en contarle lo de su prima y el rechazo de su familia, pero queriendo aligerar el ambiente que se creó y seguía latente, prefiero ahorrarse esas palabras y sonreírle.

—Pues me gusta mucho nadar.

—Eso es fantástico, ¿es como un hobby más?

—Más o menos, soy parte de la federación.

EnamórateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora