Un amigo, un plan

562 61 6
                                    

Mis queridos lectores, aquí os dejo otro capítulo. Sé que me queréis matar por tardar una eternidad, pero como es prometí no abandonaré esta historia hasta que la termine, aunque tarde mucho en actualizar nuevos capítulos.

¡Espero que os guste! (ɔ◔‿◔)ɔ ♥

***********************************************

Tengo la mente aturdida. Toda esto me supera, jamás pensé que la situación sería tan seria. Todavía en blanco, un golpeteo me hace salir de la congelación.

- Takaoka-sensei, soy Isogai Yuma. – al oír la voz del otro dejo ir un suspiro de alivio. Al fin podré salir de este lugar.

- Un momento. – el pervertido me mira y me indica que guarde las fotos en la carpeta para que el otro no las pueda ver. Yo rápidamente hago caso ya que cuanto antes este todo presentable, antes me podre ir.

Una vez listos, saca la llave y abre la puerta. Sin esperar ni un segundo, salgo de la habitación inmediatamente. Con las prisas choco sin querer con Isogai el cual se encontraba justo delante de la salida. Sin pedir perdón y antes que nadie tenga tiempo suficiente de decir nada, me despido del pervertido con prisa y me voy, arrastrando conmigo a Isogai de la mano. Con la rapidez de mis acciones no he podido ver la reacción de Takaoka-sensei, pero a estas alturas poco me importa. Como si estuviera siendo perseguido por la plaga, ando con prisa y sin detenerme hasta que nos encontramos ya muy lejos de la cueva del monstruo.

- Nagisa. – me llama Isogai, pero yo no le hago caso y lo sigo arrastrando tan lejos como puedo, cuanto más lejos mejor.

Él me llama un par de veces más, pero al percatarse que no le hago caso, se detiene y se queda parado como una estatua. Intento moverlo pero me es imposible, mis débiles brazos no consiguen su objetivo por más que lo intentan.

- ¿Nagisa, qué pasa? ¿Por qué estás tan agitada? ¿Además, no habías ido con Takaoka-sensei para ayudarlo a llevar los libros de lectura? – me pregunta preocupado. Me quedo unos segundos en silencio sin responder.

- ¿Y tú? ¿Por qué has venido? Tendrías que estar en clase. – le pregunto en respuesta.

- ... – se queda en silencio observándome, su rostro adquiere un tono aún más preocupado. – Nagisa, sé que no hace mucho que somos amigos, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí. En este poco tiempo que tenemos de conocernos, me he llevado más bien contigo que con otros de nuestra misma clase los cuales conozco des de hace más tiempo que tú. Y estoy bastante seguro que sientes los mismo hacia mí.

- ... - al oírlo, un sentimiento cálido brota en mi pecho. Con un débil "sí", afirmo con su conjetura. El otro, satisfecho con la respuesta, esboza una sonrisa gentil.

- Siempre te he visto calmada y racional, aunque un poco despistada con algunas cosas, pero esta es la primera vez que te veo tan exaltada. ¿Nagisa, qué pasa? – me quedo en silencio pensando en sus palabras y dudando si contarle o no la situación. El tiempo pasa y sigo dudando, al no oír ninguna respuesta de mi parte, él suspira. – Está bien si no me lo quieres contar, no quiero forzarte, pero si necesitas ayuda no dudes en pedírmelo.

Con una sonrisa resignada, Isogai camina en dirección a la clase. Al ver sus movimientos, ya no dudo más, lo detengo cogiéndole la mano. Miro a nuestro alrededor y le obligo a entrar en un salón vacío al cual se usa como laboratorio de ciencias. Una vez dentro le suelto la mano y los dos nos quedamos en silencio otra vez.

- ¿Nagisa? – me pregunta, ya que ve que si espera a que yo hable se hará de noche.

- Isogai... necesito ayuda. – murmuro con voz baja pero lo suficientemente audible para el otro.

Un profesor travieso y un chico 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora