CAP.1 Caída.

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IMPORTANTE.

Hola lectores, antes de comenzar la historia quería advertirles algunas cosas, en primera, algunas edades estarán cambiadas para adaptarse mejor a la historia, también contará con contenido m-preg por si no les gusta se les advertirá al principio del capítulo cuando esto suceda así que no hagan malos comentarios sobre esto, desde un principio ya se les está advirtiendo.

También tengo pensado será una historia un poco larga así que no se desesperen por favor.

Por último solo espero que les guste, intentaré que esta sea un poco mejor que la anterior, así que sin más, espero que disfruten la lectura.

§


La mañana era tranquila, el aire aún estába un poco fresco, había pocas nubes y el sol iluminaba todo a su paso, el día había comenzado bien.

Tuvo un agradable sueño, se levanto temprano y desayuno en compañía de su familia. Llego a tiempo a la escuela y con un resplandeciente 7 aprobo el examen diagnóstico de matemáticas, todo indicaba que el resto del día sería perfecto pues fue una de esas ocasiones en la que escapo sin problemas de aquellos brabucones que siempre están en la puerta de la escuela.

De un humor excelente se dirigió a la práctica de béisbol, debía apresurarse si queria lograr ponerse el uniforme a tiempo, no quería recibir otro regaño por parte del entrenador. Mientras pedaleaba giro en la esquina para por fin tener a la vista el campo en donde entrenaba, instintivamente sus ojos se desvíaron a un lugar bastante conocido. Un poco alejado y en completa tranquilidad, estaba sentado en una banca de concreto al que apodaban "El Príncipe".

Su belleza era deslumbrante, cabello rubio y hermosas esmeraldas por ojos, se preguntaba como su piel podía ser tal blanca incluso en verano y como podía parecer tan independiente si tenían la misma edad, siempre lo miraba solo y serio, haciendo que quisiera saber que tenía que decir un chico tan peculiar como lo era el rubio.

Tan perdido iba en sus pensamientos que no noto cuando sus miradas se cruzaron y pudo sentir las esmeraldas atrapadas en onix por un momento, su corazón se aceleró y sintió sus mejillas calentarse, más aún cuando el chico intento decirle o ¿advertirle? Sobre algo, antes de que él rubio pudiera abrir la boca su cara se estampó contra el pavimento, una piedra en el camino fue lo que alcanzó a ver. Sintió llenarse de vergüenza y más al oír la dulce risa que el chico dejaba escapar de sus labios mientras se acercaba.

— ¿necesitas ayuda?

Mientras tocaba el golpe en su frente vio al chico desde abajo, torpemente abrió la boca sin poder decir nada, mirándo como a sus ojos resplandecía como un ángel, claramente se estaba burlando de él pues su sonrisa no la ocultaba, a pesar de la clara burla a su persona, lo único que podía pensar era en el tierno y gentil acto de ayudarlo, el chico rubio le dio su mano para que se levantara y sin evitarlo aceptó la ayuda que le ofrecía aún a pesar del nerviosismo, al tocarla sintió una suave electricidad recorrer su mano y un calor agradable instalarse en su corazón.

—§—

Al llegar al lugar donde entrenaba, fue directamente a los vestidores donde todo el equipo terminaba de alistarse para comenzar a calentar, cabizbajo, sin saludar a nadie fue directo a su casillero para ponerse el uniforme, sentía tanta vergüenza que no podía mirar a nadie a los ojos y eso sus compañeros lo notaron, ese chico que llegó tan sombrío no se parecía en nada al Shibuya Yuuri que ellos conocían, alegre, positivo y con gran energía, en cambio tenían a un chico que deprimia con solo verlo, todos se miraron de reojo pero nadie se animaba a preguntar por qué ni tampoco como se había hecho el golpe en la frente que era ocultado por una gran curita.

AetérnumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora