CAP. 10 Bienvenido A Casa.

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Tranquilo y somnoliento se revolvió en las sábanas buscando una posición más cómoda fallando en el intento, buscó con su mano algo entre las sábanas y la almohada no encontrando nada lo cual lo extrañó "siempre está aquí" dijo molesto, tal vez mientras dormia lo había tirado. Estiró un poco más la mano aún en su búsqueda y extrañamente se encontró con una pared, su cama no estaba pegada a la pared y dudaba de que solo "apareciera" una de la nada, un tanto confundido abrió un poco los ojos y se encontro con la pintura blanca que la cubría, "que raro" dijo ¿donde estaba y porque había unos posters colgados en ella?

Confundido y un tanto temeroso miró inspeccionando la habitación tan silenciosa encontrándose con que no era la suya, esta era un poco más pequeña y estaba a oscuras no dejando ver demasiado de lo que se encontraba en ella, "¿que esta pasando? " se preguntó entrando un poco en pánico aumentando más cuando de pronto escucho voces venir en su dirección haciendo que volviera a su posición anterior por reflejo, los pasos afuera se escucharon cada vez más cerca hasta que abrieron la puerta entrando a la habitación mientras encendía la luz.

— parece que aún no — dijo bajo a su acompañante.

Un tanto extrañado y aliviado pudo reconocer su voz, amable, dulce y encantadora...o bueno al menos para Wolfram, escucharla le hizo relajarse y sentirse realmente aliviado bajando el pánico que sintió por el momento. El miedo se fue junto su inquietud y soltó el aire que había estado conteniendo inconscientemente.

Era Yuuri.

— vamos Yuu-chan despiertalo para que pueda cenar — se escucho a una mujer decir con voz encantadora a modo de orden. — y dale las medicinas para que el dolor baje, hace rato le escuché quejarse un poco.

— esta bien...gracias madre — dijo Yuuri sincero y su madre salió dándole una sonrisa mientras cerraba la puerta, al verla irse el moreno se acercó a la cama dejando las cosas en la mesita de noche mientras se sentaba al lado del rubio.

Wolfram estaba de lado tapado hasta los hombros y con la respiración lenta, se encontraba tan maltratado, las zonas oscurecida de su cara y la gasa en su ojo era lo poco que podía ver por la sabana que lo cubria. Se sentía frustrado, cerró los puños con fuerza y soltó un suspiro pesado mientras acariciaba el brazo del rubio para despertarlo y poder hablar de lo ocurrido, tenía bastantes preguntas que hacerle y solo esperaba que Wolfram ya no estuviera enojado con el por lo del viernes. Debió darse cuenta antes de la situación en la que estaba el rubio para no tener que verlo en ese estado. Se sentía un enclenque, justo así como lo llamaba el principe.

— Wolf — dijo despacio mientras lo movía un poco con cuidado — vamos, despierta Wolfram. —lo llamo una vez más logrando su objetivo.

El rubio se revolvió en la cama y lentamente se volteo haciendo que sus miradas chocarán perdiendose en el valle que eran las esmeraldas del rubio, o bueno, la única esmeralda abierta del rubio.

— Yuuri ¿donde estoy? — pregunto intentando sentarse consiguiendo solamente que se devolviera a su sitio al sentir un gran dolor en su vientre — ¿q-que a pasado Yuuri?

El azabache lo miró preocupado y mientras acomodaba las almohadas sobre la cabecera le contestó.

— estas en mi casa, no se exactamente que pasó pero... tu llegaste muy mal al final de la practica, todo golpeado, exhausto y pálido, apenas llegue a tu lado caíste rendido en mis brazos — le dijo mientras le ayudaba a que se recargara en las almohadas que acomodó, Wolfram le agradeció y al momento sintió unos brazos rodearlo con delicadeza haciendo que se sonrojara por la cercanía, iba a replicar por el repentino contacto pero sintió a Yuuri temblar y susurrarle al oído — no quería que esto pasara Wolfram de verdad que no quería verte en esta situación, me di cuenta tarde de todo y no pude protegerte... Lo siento tanto, de verdad lo siento, supongo que después de todo soy un enclenque de verdad.

AetérnumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora