Aetérnum

CAP. 20 Primer Dia

Después de salir del santuario, como habían dicho que se llamaba el edificio donde estaba, le dieron una capa qué lo cubría por completo y con la capucha puesta lo hicieron subirse a un caballo junto a Conrad, el tipo castaño, para poder llevarlo a sabe donde solo a él, ya qué el amigo de su novio lo abandonó por que a sus palabras "Le gustaba más ahí" lo cual, eso a Wolfram le hizo entrar un poco en pánico.

¿Era tan malo el lugar al qué lo llevarían y por eso él no quería acompañarlo?

Todo el camino pensó en las posibles situaciones en las que se enfrentaría y como podría salir de estas captando la atención del hombre frente a él, este al notarlo tan callado no pudo evitar preguntarse el porqué. Lo miró de reojo y Wolfram inconscientemente hizo lo mismo al sentirlo moverse, mantuvo su mirada firme durante un momento y Conrad solo sonrió con ternura soltando una débil risa para luego voltearse y centrarse en el camino. Wolfram se sintió ofendido ¿Acaso lo estaba tratando como un niño? Apretó sus puños qué sostenían el abrigo del hombre y volteó su cabeza a un lado haciendo un puchero infantil qué fue notado por los demás. "Lindo" fue lo que resonó en la cabeza de todos mientras estaban teniendo un ataque de ternura.

Gwendal, quien estaba a su lado, solo frunció más el seño como si estuviera furioso, tratando de reprimir la sonrisa que amenazaba con salir haciéndolo ver más amenazante de lo usual y asustando de paso a Wolfram quien, al ver su expresión, se giró en la dirección contraria pensando en que era lo que había hecho mal para que el tipo luego de mirarlo hiciera esa cara tan terrorífica, "Me matara" pensó asustado creyendo que ese sería su fin y arrepintiendose infinitamente por enojarse con su prometido ya qué ni siquiera pudo verlo una vez más antes de su muerte.

El camino siguió y mientras más avanzaban, los árboles iban escaseando dejando ver una enorme muralla qué seguramente rodeaban el lugar al qué lo llevaban, los caballos pararon y las grandes puertas frente a ellos se abrieron dejándolos entrar por fin al enorme castillo del cual, sin duda, quedo más que maravillado. El pánico se había ido al instante dejando en su lugar una extraña mezcla de asombro y curiosidad qué no pudo ocultar al ver todo con gran fascinación.

Al detenerse el caballo, bajo de este con sorprendente facilidad dejando asombrados a los presentes y sin prestarles atención se dedico a mirar todo lo que pudo gracias a la escasa luz de luna. Había soldados por doquier, la arquitectura qué podía apreciar era hermosa y las vestimentas de epoca perfectas, justo como las cosas que siempre dibujaba y leía en casa.

— Es sorprendente...— dijo sonriente mientras veía soldados pasar a su lado con esas armaduras brillantes y lanzas o espadas — esto, esto de seguro es un sueño.

— Se bienvenido a Pacto de Sangre, joven Wolfram, espero que su estadía sea agradable y pueda disfrutala de corazón. — escuchó a su lado y lo miró sorprendido, el inglés con el que habló tenía algunas fallas pero aún así pudo entenderlo a la perfección. Frente a frente y aun sin responder, una ráfaga de viento los envolvió a ambos revolviendo su vestimenta y de paso quitándole la capucha a Wolfram dejando ver su hermosa melena dorada y las esmeraldas qué brillaban hermosas con la luz de luna.

El tiempo parecía haberse detenido, el ruido cesó y todas las miradas se posaron sobre ellos sin excepción, parece que la belleza de los mazokus ni siquiera era comparada con la de él.

°°°

— Ah~ — suspiro cansado tirándose de espaldas en la gran cama de la habitación — Esto es una locura. —susurro cansado mientras miraba el techo pensando en todo lo que había pasado hace tan solo unas horas atrás.

Recapitulando, primero, Yuuri lo dejó plantado sin darle explicación alguna y cuando iba de regreso a su casa se encontró con Murata quien le pidió hablar sobre algo importante, osea, Yuuri.