nervios y miradas.

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Sentada en mi ventana mientras que la fría brisa alborotaba algunos mechones de mi cabello no podía dejar de pensar en lo que sucedió hace unos días, de alguna manera me resultaba conocido, pero no sé de dónde, pero aún más importante, no me podía sacar de mi mente, el hecho de que esos ojos ojos verdes y pestañas divinas me parecieron familiares, a pesar de la poca iluminación que tenía en el lugar sus ojos fueron lo me atrajo de él.

tres noches atrás ...

- Val, mueve tu lindo trasero o llegaremos tarde. - grita mi enojada y sexy mejor amiga rubia a punto de golpearme, sus ojos color avellana me fulminaban al mirarme.

- Oh vamos Tam, ¿Quién llega a un tiempo a una fiesta? - digo calmada tratando de excusarme.

- Nena, ¿no has visto la hora? Son más de las 12 y las demás chicas nos esperan.

Termine de aplicar mi rímel y aplique un poco de loción sobre mi cuello y muñecas por alguna razón no puedo salir sin ponerme, no se, me siento comoda, me miré por última vez en el espejo lista para salir del baño, tengo una pequeña trenza de balaca hecha con mi cabello y deje que el resto caiga con las ondas sobre la mitad de Mi espalda, llevaba un hermoso vestido rosa que me llegaba 5 dedos más arriba de las rodillas, se ajustaba a mi cuerpo hasta un poco más arriba de la cintura y luego se dejaba caer con un pequeño cinturón negro, Tam insistió tanto en que usáramos tacones esta noche que acepte y sabía que me arrepentiría ya que los altos tacones negros a los que no me acostumbraba empezaban a hacer una pequeña ampolla en mi tobillo izquierdo, ignorando el dolor decidí agarrar mi bolso negro del mismo material de mis zapatos y salimos de la habitación .

Cuando bajamos ya el auto estaba fuera de casa con Cat, Danille y Stefan dentro de él. Apenas entramos en el auto Stefan encendió el motor un poco disgustado con nuestra tardanza, es mi mejor amigo hace 6 años y sé que tan impaciente puede ser, el sexy moreno iba con una camisa blanca de manga corta, un pantalón de mezclilla y vans negras , era muy casual, pero le sentaba bien ese estilo, él y Tam han estado conmigo en mis peores momentos y no imagino mi vida sin ellos. En el asiento del copiloto iba Cat, era su novia hace dos años, una castaña de ojos negros y déjenme decir que es muy hermosa para nuestra edad, desde entonces ella y su mejor amiga Danille han sido muy unidas a nosotros, siempre éramos los cinco y poco a poco las 4 fuimos convirtiéndonos en mejores amigas, no era muy difícil ya que todas teníamos 16 años y estábamos en el mismo instituto, Stefan tenía 17 pero repitió un año por la muerte de su padre.

Al llegar al lugar estaba repleto y no quedaban mesas lo que fue una mala jugada en mi contra ya que los tacones estaban empezando a tallar, en la otra esquina vimos a la pareja de Danille, Erick quien tenía una camisa negra con sus mangas dobladas un poco arriba de sus codos, estaba acompañado de dos amigos de los cuales uno de ellos se hizo familiar. Danille aceleró su paso dejándonos a la vista su larga cabellera un poco rojiza para saludar a Erick el rubio que al parecer había robado completamente su atención, nos acercamos a ellos y Erick nos presentó a sus amigos.

- Chicos ellos son Ethan y Edwar - Dice el rubio con una sonrisa amigable.

- Soy Tamara, pero pueden llamarme Tam- dijo con un tono coqueto mi mejor amiga.


Todos empezaron a saludarse y cada uno tenía apartada una silla para su pareja ya que las mesas estaban repletas, Edwar le ofreció una silla a Tam la cual llevaba un vestido extremadamente corto y ajustado a su cuerpo lo que dejaba ver su linda figura y yo estaba de pie, quejándome mentalmente por hacerle caso a Tam y llevar estos tacones. Pero aun así no quitaba mi mirada de Ethan, el chico extrañamente familiar de cabello castaño y ojos verdes que de un momento a otro empezó a acercarse a mí, disimulando mi nerviosismo, me recosté en contra de la baranda que daba vista a un jardín.

- ¿Soy Ethan, tu eres? - Dijo posando sus hermosos ojos en los míos haciendo que me pierda por completo.

- Soy Valentina, pero dime Val - dije tratando de calmar mi pulso sintiendo como la sangre se posaba en mis mejillas, honestamente el que me sonroje no es mucho por él, ya que soy demasiado blanca y me sonrojo por cualquier cosa, esa es una de las cosas que más odio de mí

- Puedes sentarte en mi silla. - dice con un tono de amabilidad a lo que acepto apenada.

Se va y hace que pregunte a dónde se dirige. A los pocos minutos se acerca a nosotros con otra silla y se sienta junto a mi. Al parecer Edwar y Tam estaban entrando en mucha confianza porque el pelinegro estaba a punto de besar a Tam, los demás estaban bailando con sus parejas mientras yo me quedaba ahí viendo como mi amiga coqueteaba con un extraño. Pero para terminar de completar de la nada empieza a llover.

Me levanté de mi silla y caminé hacia el barandal haciendo que pequeñas gotas de lluvia cayeran en mi rostro, el frió se estaba intensificando haciendo que me abrazara a mi misma, volteé a mirar hacia atrás y el grupo de amigos con el que vine salieron del lugar a comprar alcohol. 

Me quedé sola junto a la baranda, cuando estaba apunto de apartarme por el inmenso frió que sentía una chaqueta se poso sobre mis hombros con un delicioso aroma que inundaba mis fosas nasales, me giré para encontrarme con él, su cara a unos pocos centímetros de la mía y sus hermosos ojos clavados en los míos hipnotizarme por completo.


secretos ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora