secretos ocultos.

Enfermedades.

En el presente...

Un golpe en mi puerta me hizo regresar a la realidad y encontrarme con mi madre parada en la puerta mirándome fijamente, mire mi celular,me di cuenta que llevaba una hora aquí sentada y el sol ya se había ocultado.

- Valentina, tu padre y yo saldremos a cenar, volvemos un poco tarde, calienta la comida en el microondas, no te duermas muy tarde....- Siempre era lo mismo, las mismas recomendaciones, día tras día como si fuese la primera vez, llevo tres años escuchando lo mismo cada día.- Me estas escuchando?- Dijo mi madre con su tono enfadado.

- Ya te he dicho que no me digas Valentina, Bella.- No es que me moleste que me llamen por mi nombre pero tampoco es que me agrade mucho.

-Y yo que me digas mamá.-

-Sabes que si no me dices Valentina esto no pasaría. Mami...me dejaste nutella?- Digo como una niña pequeña, tengo una pequeña (gigante) obsesión con los dulces para ser mas exactos chocolates, gomitas y helados.

-Está en la despensa y el helado en el congelador- dice mi hermosa madre rendida ante mi actitud tan infantil, ella es una mujer muy hermosa cabello rubio, ondulado, ojos azules como el mar, no se parece en nada a mi y aunque peleemos mucho aveces la amo con todo mi corazón.- Pero recuerda lo que dijo el doctor, no comas muchos dulces si no quieres volver al hospital.

-Claro ma, mejor ya vete que papá te espera... por cierto, me encanta ese vestido señora Arango- llevaba un hermoso vestido que se acomodaba perfectamente a su trabajada y completamente natural figura, el vestido era colo vinotinto junto con unos tacones negros, mi padre se llama Pablo Arango, es un hombre muy apuesto y junto con mi madre no aparentan tener 38 años pero ya les contaré de él.

-Gracias cariño, quiero que te acabes la cena, te lo advierto Val si me doy cuente da que sigues igual te llevaré al medico y no te va a gustar.

Hace un tiempo he tenido mal apetito, aveces pienso que hay un problema conmigo, muy pocas veces desayuno y cuando lo hago tomo un vaso de jugo o leche, no como nada hasta el almuerzo que si acaso pruebo y aveces no toco mi cena, con los dulces son muy pocas las veces que me retengo y pensaba que tal vez por eso no comía y logré ocultarlo de mis padres por 6 meses ya que al despertar ellos no estaban, el almuerzo lo dejaban para que lo calentara entonces se lo daba a mi perro y a la cena les decía que había almorzado antes de que ellos llegaran o había comido algo hasta que mi cuerpo empezó a delatarme.

De la nada empecé a tener mareos y enfermarme mucho, fue poco tiempo después cuando los desmayos se hicieron presentes en mi vida... una vez no había comido nada durante el día, pues la noche anterior había peleado con mi mejor amiga y había estado toda la noche llorando por lo cual me desperté al medio día, mi madre decidió quedarse en casa ese día entonces me levanté y fui a bañarme y lo ultimo que recuerdo fue que intente abrir la puerta, al despertar estaba en un hospital con mi madre a un lado de mi cama bastante preocupada. El doctor dijo que tenía anemia y estaba a un kilo de estar desnutrida, desde eso mis padres prestan especial atención a mis comidas... pero aquí no acaba la historia.

Mi cuerpo empezó a rechazar la comida, podía comer durante el día pero me sentía llena a todo momento y al llegar la noche todo lo que había comido en el día lo devolvía y terminaba en el desagüe de mi baño, por fortuna mis padres no mantenían en casa ya que muchas veces mi cuerpo no lo soportaba y lo devolvía tan pronto como lo ingería.

La única que sabia de esto era Tam y ella intentaba ayudarme, en la escuela me obligaba a comer aunque me negara y era un gran apoyo para mí, hace dos meses soy vegetariana y me toca tomar algunos suplementos y vitaminas por mi pequeño problema, Tam se encarga de que no ''olvide'' tomarlos ya que realmente no es que se me olvide si no que no me gustan, saben horrible. Tam me ha dicho que debería ir con un psicólogo, que lo que me pasa no es normal pero es algo que ignoro y me excuso con que simplemente son cosas de la edad.