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Seguro te preguntas como es que todo esto empezó. Bueno así es la historia:

Era un 13 de septiembre, no hacía tanto frio pero había una ligera brisa de mañana que me hiso ponerme un suéter para poder salir, afortunadamente ese día solo tenía que asistir a la escuela por tres horas; que se pasaron más rápido de lo que yo pude haber querido.

-¡fiesta en mi casa! -había dicho Mindy, la chica más codiciada y popular.

Por un motivo que no comprendo siempre quiere hacerme la vida imposible, asique se acercó mirándome y me dijo:

-¿iras a mi fiesta cierto? -se inclinó dándome una horrible vista- porque si no vas, sabré que no tienes vida social- se rio de esa manera irritante que solo ella puede hacer y después salió contoneándose del salón para encontrarse con el coreback del equipo de futbol, el chico más guapo del mundo.

Suspire, tal vez él era muy superficial por salir con Mindy y yo muy estúpida por pensar que podríamos ser algo, pero si algo sabía es que me ponía muy, pero muy celosa al verlos juntos.

Salí refunfuñando del salón cuando mi mejor amiga se acercó a mí -¿iras con Mindy? 

-pues no creo -admití guardando mi libro de ciencias sociales en mi mochila.

-¡oh vamos Jenna! -dijo ella echando la cabeza para aun lado y poniendo su cara de perrito tierno, aunque yo siempre le veo cara de perro mojado.

-está bien -dije después de un rato de duda- pero solo porque tú me lo pides

-¡yei! -exclamo juntando las palmas de sus manos. -paso por ti a las cinco -beso mi mejilla y salió corriendo.

A las cinco en punto estaba fuera de mi casa con un vestido rosa fosforecente y tacones del número doce.

-¿segura que con eso no vas a morir Lili? 

-claro que no pero tu...

Ella me miro de arriba abajo, tenia unos pants deportivos y una blusa olgada que decia "odio los lunes" 

-jenna amo tu estilo de niña inconforme pero tienes que ponerte otra cosa- tomo un mechón de mi cabello- vamos arriba debes tener algo decente.

Lili empezó a explorar mi armario, saco unas medias de cuadros que suelo usar en Halloween, se robó unos tacones rojos del armario de mi mamá y después tomo mi blusa de ACDC y cometió el mayor crimen que alguien haya hecho, le recorto las mangas y como es unas tres tallas más grande que yo, me lo metió como vestido.

-¡estás loca! –Dije mirándome al espejo- casi se me ven las bragas con esto.

-ese es el punto –dijo con entusiasmo- vamos yo sé que te gusta Garrett y ese coreback va a poner los ojos en ti se le enseñas tus bragas.

-¡pero no quiero! –bufe.

-¡Dios Jennifer! ¿Qué es eso?

-¿Qué? –Exclame mirándome completa, Lili se llevó una mano a la boca y empezó a reírse -¿Qué pasa conmigo?

Ella se hecho para adelante con las manos cruzadas sobre el estómago- estas… usando…. bragas de abuelita… -siguió riéndose a carcajadas.

-ya basta- dije cansada y la empuje fuera de mi habitación, cerré la puerta.

-¡no! –exclamo y empezó a tirar de la chapa. – ¡Jenna! No te enojes

-me ofendiste –dije disfrutando de su culpa.

-lose y lo siento, pero por favor dime quien rayos usa bragas de abuelita –se soltó en risas una vez más.

-¡Lili! –grite y abrí la puerta, ella se quedó cayada cuando me vio aunque la risa seguía en su cara. –me cambiare si prometes dejar de reírte

-lo que diga mi capitana –se puso derecha y se llevó la mano a la frente en forma del saludo que hacen los militares.

Después de haberme puesto ropa interior más adecuada y de que Lili se encargara de maquillarme como no sé qué salimos de la casa, ella como una diva total y yo tambaleándome por los tacones del 10.

-ya te acostumbraras- me dijo Jenna y se metió en su auto Audi A6.

Cuando llegamos fue justo igual de cómo me lo imagine, la casa de Mindy claro que era inmensa, la había visitado un par de veces porque nuestros padres eran amigos ¿el colmo no? Estaba repleta de gente intoxicada. Lili me jalo con entusiasmo a través de la multitud, le dio un caderazo a un tipo abriéndonos espacio en la pista de baile.

-no quiero bailar- dije cruzándome de hombros.

-oh no seas aguafiestas –tomo mis manos y empezó a moverse al ritmo del bom, bom que causaban las bocinas.

Me tuve que resignar a seguirle el ritmo, después de dos canciones más ella logro conseguirse una cita y fui remplazada inmediatamente, en otro día eso me hubiera enfadado, pero no tenía ganas de estar ahí para empezar, así que me escabullí hasta salir de la masa de adolecentes pegados bailando.

Camine hacia el baño, tenía ganas de alejarme de la multitud, pero para mi sorpresa fue el peor lugar que pude haber escogido, aun no llegaba al lugar cuando empecé a escuchar jadeos y gemidos provenientes de ahí.

Debí haberme puesto pálida porque Garrett se quedó parado enfrente de mí mirándome.

-Pareces un fantasma –me dijo y me enseño esa sonrisa encantadora. -¿te molestan esos sonidos? –dijo, parecía divertido. Se acercó a mí antes de que pudiera formular mis palabras, su aliento olía a alcohol.

-Estas borracho- dije en un susurro.

-y tu estas muy sexy con esa playera de ACDC, no sabía que te gustaba –dijo cortando el espacio entre nosotros y metiendo su mano debajo de mi “vestido”

-¡no! –Dije de inmediato y me aleje-

-¿Qué pasa Amanda? –Dijo, mi cara debió delatarlo- ¿no te llamas…? Oh… ¿Karen? No, no espera…

-olvídalo –dije dándome la vuelta para salir corriendo.

Encontré un lugar más tranquilo en el patio, aunque me resulto incomodo estar entre puras parejas comiéndose a besos, suspire y me senté en el césped.

Un chico llego hasta a mí, se sentó a mi lado y no dijo nada, lo ignore. El extraño mando un texto y de la nada otro chico apareció, el otro desconocido se sentó a mi otro lado, empecé a sentirme extraña; el segundo chico envió un texto y pronto tenia a otro extraño sentándose detrás de mí, estaba a punto de levantarme pero los tres chicos me detuvieron, el de izquierda y derecha tomando mis manos y el de atrás mi cintura.

-¿Qué están haciendo? Suéltenme –dije empezando a jalonearme.

Ellos no respondieron

Un cuarto chico apareció con un trapo en la mano derecha, al principio no sabía que era pero por algún motivo la idea vino a mi cabeza.

-oh no- dije –no, no, no, no –negué con fuerza para que el cuarto no me pusiera el trapo en la cara.

-Auxilio- grite y mire frenéticamente a los otros, pero no estaban ahí, dentro de la casa se escuchaba ajetreo y me di cuenta de que alguien estaba disparando dentro -¡Lili! –grite y lo último que vi fue a mi amiga corriendo hacia mí y después siendo capturada por alguien.

Me quede inconsciente por al menos cinco horas, o tal vez más.

Así fue como llegue aquí, a esta jaula cuadrada y oscura.

Secuestrada- El diario de JennaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora