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El día llegó y se fue mas rápido de lo que había esperado, estaba metiendome en mi cama cuando el Click  de la puerta me dijo que estaba abierta, me levante con curiosidad y mi puerta se deslizo por si sola.

-Vamonos -dijo James entrando en mi cuarto.

-Bien -susurre, me había resignado a ir con él, después de todo dijo que no me harían daño.

Tome mi diario, dos lapices y un sacapuntas, lo demás debia dejarlo ahí.

James me guio a lo largo de la casa, salimos y note de inmediato el camión blindado que estaba frente a nosotros. ¡Me llevarian enjaulada! -¿Qué es esto? -me apresure a decir.

-Es una medida de seguridad- dijo y me quito de la mano mis cosas, saco una bolsa de plastico doblada de su bolsillo del pantalon, la estiro y metio mis cosas; abrio la puerta del copiloto y dejó mis cosas ahí, vi un destello plateado y luego él se volteo hacia mi -extiende los brazos- dijo.

Obedeci, no sabía que era lo que quería pero de todos modos lo hice, él saco unas esposas plateadas y antes de que yo pudiera hacer algo me las cerró alrededor de las muñecas.

-¡Quitamelas! -grite y empece a tironear de ellas -¡oh por favor quitamelas!

-No puedo -dijo y me empujo hacia la parte trasera del camión, no quería estar encerrada como un animal, tal vez podría rodearle el cuello con las manos y después huir.

James me miró antes de que pudiera hacer algo y abrio la puerta de acero, me empujo y me oblige a subir, iba a lanzarmele encima cuando el jalo la cadena de las esposas y las atoro en una alcayatoa en la pared, empece a tironear para soltarme.

-¡Dijiste que no me lastimarian! -grite furiosa.

-Si no dejas de moverte, tu sola vas a lastimarte -dijo y cerró la puerta de acero, me quede a oscuras.

Empece a entrar en pánico, estaba casi a oscuras, a excepción de la linea de luz que entraba por los barrotes de la puerta, me jalonee y sentí el dolor azotandome, mis muñecas estaban demasiado apretadas, y entre mas me jaloneaba mas me dolia.

Pasaron unas horas hasta que el auto se detuvo, la puerta se abrio y la luz de afuera me sego, no podía ver nada, solo luz y todo de color blanco. Alguien se acercó y me desató, tomo la cadena metalica de mis esposas y me jalo hacia afuera.

-¿Donde estamos? -dije al darme cuenta de quien estaba ahí era James.

-Este lugar... -me miro y sus ojos se apagaron 

-¿Qué? -dije y lo mire con preocupación -¿que es este lugar? -me jalone y un hilito de sangre corrio por mi brazo.

-Jenna esto es un... un prostibulo.

-¿que? -grite y empece a moverme, la sangre empezó a manar con mas frecuencia y yo me retorcia tratando de huir, mis ojos se llenaron de lagrimas. ¡Dijo que no me lastimarian! ¡él lo prometio! 

Logre tirarme al suelo y me solte en llantó, me hice un obvillo, no podría hacer eso, hiban a violarme miles de hombres asquerosos y a nadie le hiba a importar; levante la mirada para encontrarme con los ojos de James.

-¡Matame! -grite -¡Matame por favor! -me arrodille y entrelace mis dedos, mis sollozos se hicieron tan desesperados que me empezó a faltar el aire y senti que me hiba a desmayar -¡MATAME! -grite a todo pulmon.

Él no parecia siquiera alterado, solo negó con la cabeza y de un jalón me puso de pie, pero mis piernas temblaban tanto que apenas podía mantenerme de pie -no voy a matarte porque te necesito.

Le di un golpe en el estomago con los puños -¡¿Para que?! -dije alterada - ¡¿para violarme?! ¿para que satisfasca tus necesidades? ¡No soy una puta! MATAMEEEE 

-Te dije que nadie te haría daño -dijo mirandome- nadie lo hará, solo te quedaras aquí encerrada, nadie va a tocarte.

-¡ERES UN IMBECIL, BASTARDO! -le grite 

-¡Cayate ya! -grito y me dio un empujón, me cai al suelo.

Mis ojos se nublaron en llantó y me hice obvillo una vez mas, tenía que encerrarme en mi pequeño mundo y hacer como que nada mas existia. 

-Jenna levantate -dijo él pero lo ignore, finalmente me cargo en su hombro y empezó a caminar hacia la casa, la mire con pánico y empece a debatirme, pero el no me soltaba.

-¡NOOO! ¡MENTIROSO! -grite con desesperación -¡te odio sueltame! ¡sueltame ya!

Y lo hiso, me solto y me dejo frente a un escritorio, del otro lado había un señor de aspecto descuidado y gordo, muy gordo, tenía la barba mal afeitada y olia mal. Me quedé muda, aunque mis ojos no paraban de lagrimear.

-¿Es la nueva? -dijo el señor.

-Si -afirmo James y permaneció agarrandome del brazo con fuerza.

El gordo empezó a examinarme, dio varias vueltas alrededor de mi y sonrio, pude ver solo dientes amarillos y le faltaban algunos. El señor toco mi cintura y si no fuera por el brazo de james me hubiera caido en el suelo.

-Creo que debo probarla -dijo el señor levantandome la blusa, tanto que casi me vio el brasier.

-No porfavor -rogé en silencio.

-No puedes -dijo James y me llevó hasta una silla -esta aqui para que la cuides, no puedes tocarla ¿Entendido?

El señor me miro pervertidamente y baje los ojos para no tener que verlo -sabes que me gusta probarlas primero.

-Es mia -dijo James y me sorprendi por eso -y yo vendre aqui todos los días a verla y si ella dice que la tocaste, entonces te rompere los dientes que te quedan.

El señor suspiro y miro a James, asintió y se levantó- por aca -dijo- vamos a enseñarle su habitación a la pequeña puta.

James me sostuvo y me jalo a traves de un pasillo oscuro y descuidado, había varias habitaciónes, pero en vez de puertas había cortinas, dentro se escuchaban gemidos, jadeos y gritos; me estremeci pero james siempre me sostuvo fuerte para que no me cayera.

El señor nos guio al tercer piso, donde las habitaciónes afortunadamente tenían puerta, escogio la del final del pasillo, dentro había una cama individual, una pequeña ventana, un closet y una silla, era horrible a comparación de mi antigua habitación.

-Aqui se quedara la puta, tu puedes venir cuando quieras -dijo el señor y nos dejo solos.

Yo me quede quieta como una estatua, ni siquiera podia parpadear, estaba acabada ¡Acabada! 

-Te quedaras aqui -dijo james y me quito las esposas, hiso una mueca al ver las cortadas de mis muñecas, el suspiro y me limpio la sangre con su camisa, no lo mire en ningun momento, estaba enojada con el y estaba totalmente perdida, destrozada y aterrada. -te dije que no te jalaras -dijo con una voz suave, se quito la camisa y la jaloneo para hacer tiras, me envolvio las muñecas en la tela y luego se incorporo para mirar mis ojos- lo siento -susurró -no quiero que te quedes aqui pero no hay otra opción... si alguien te toca solo dimelo ¿si?

Me quede en silencio, movi los ojos hacía otro lado y mire la cama.

-¿Quieres acostarte? -dijo y me tomo suavemente del brazo, me guio a la cama y me ayudo a acostarme en ella. -Jenna en verdad lo siento -me miro, pero no pida decir nada, no podia moverme no quería hacerlo; ni siquiera cuando sus labios besaron los mios me movi, él se aparto decepsonado y luego se levantó -no abras la puert a menos que sea yo -dijo, le puso seguro a la puerta y salio.

Secuestrada- El diario de JennaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora