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El castaño se desplazaba por los pasillos del centro comercial, compraría de la mejor marca y calidad para su TaTa. Sabía que el gatito le extrañaría, la emoción de poder finalizar el papeleo, para tener su propio consultorio, había podido más con él. TaTa estaría decepcionado de no tener su dosis de mimos, y el castaño tenía que compensar el tiempo que le dejo solo.

Pensaba en un futuro que incluía a TaeHyung. No era problema para ambos, pues amaban los gatitos. Una casa enorme, chocolate caliente al despertar, abrazos, risitas, muchos gatitos.

Tata tendría muchos amigos, se encargaria de ello.

Una sonrisa se formó en su rostro, miró con alegría sus dedos, en uno de ellos el anillo que se esforzó en elegir. Su mano derecha descendió hasta su bolsillo sintiendo el pequeño cofrecito. Los anillos no eran tan caros como él en un principio quiso, eran muy ligeros, con un pequeño grabado.

Empujó las llaves para que estas le permitieran entrar, con cuidado de no hacer ruido colocó las bolsas sobre la mesa y se dirigió a su habitación.


- Kookie...

El castaño dio un paso hacia atrás.

- ...Puedo explicarlo, porfavor.

El menor gateo hasta el borde de la cama.


- ¿Cómo entraste?

El más pequeño tenía muchas lágrimas retenidas, que pronto escaparían.

-Y-yo todo este tiempo... Te he mentido.

El menor sollozaba, sus lágrimas resbalaban por sus mejillas, su voz comenzaba a entre cortarse, cubrió su rostro.

- No me mires...soy horrible.

My Cat // KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora