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TaeHyung llamó al timbre, sintiéndose nervioso por primera vez en toda la noche. Había montado y conducido en su moto con optimismo, ilusionado con la cena, pero ahora surgían dudas en su mente. ¿Realmente había sido aquella una buena idea? ¿Y si sus carácteres chocaban? ¿Su tío era buena persona u ocultaba una personalidad horrible? La puerta pareció hacerse mucho más grande, como si al abrirse fuera a aplastarlo, y tragó saliva con dificultad. ChanWoo ni siquiera sabía que era gay, ¿qué demonios iba a hacer si era un homófobo?
Restregó su mano izquierda por su pantalón, intentando secarla del sudor que comenzaba a invadirle, y sintiendo como la derecha sujetaba a duras penas el cuello de la botella. Aún estaba tiempo de irse a casa, o podría ir a casa de SeokJin. Incluso estaba dispuesto a hacer de sujetavelas con JiMin y YoonGi. Sacudió la cabeza, apartando la lluvia de pensamientos que lo ahogaba. Su tío había dado el paso de interesarse por su vida y forjar una relación con él, y no podía ser un desagradecido.
—¡Hola, Tae! —lo saludó abriendo la puerta, cortando de raíz todos sus pensamientos —. Pasa, por favor —le dijo, señalándole un perchero dónde dejar su chaqueta —. Debo decir que la cena me está saliendo mejor de lo que me esperaba. ¡Hui me dio una receta buenísima! —TaeHyung sonrió ante el tono de voz tan animado de ChanWoo y entró en la casa, sintiendo la calidez del hogar en cuanto puso un pie en la entrada. El olor a comida desde la cocina le hizo olvidar cualquier duda y se encaminó hacia ella mientras observaba las paredes vacías del pasillo.
La última vez que había pisado aquel suelo tenía dieciséis años, y el cumpleaños de su abuelo materno se celebraba en casa de ChanWoo porque al vivir solo tenía espacio para la familia. TaeHyung no guardaba mucha información de aquel día, pero sí recordaba la calidez que parecía abrigar el hogar de su tío, como si viviera allí toda su vida. Dicha sensación no había cambiado, y seguía sintiéndose igual de acogido entre aquellas paredes. No pudo evitar relacionarlo con la personalidad de ChanWoo, y de verdad esperó que su casa fuera reflejo de su carácter.
—¿Hubo mucho tráfico para llegar? —le preguntó en cuánto entró en la cocina mientras revisaba una de las ollas. Su rostro había quedado húmedo del vapor, dejando pequeñas gotitas por toda la piel.
—No realmente, son las ventajas de ir en moto —contestó con una sonrisa, remangándose para ayudar a su tío. Sin embargo, ChanWoo le señaló un taburete.
—Quieto ahí, hoy cocino yo. Tú dedícate a sentarte ahí y dame conversación, hijo, cocinar en silencio es aburrido —le ordenó ocultando una sonrisa. TaeHyung, visiblemente sorprendido, se dirigió hacia el asiento anonadado; no esperaba aquella situación ni por asomo.
La siguiente media hora en la que ChanWoo terminó de cocinar todos los platos la pasaron conversando sobretodo de la vida de TaeHyung. Su tío le había confesado que siempre le llamó la atención la carrera que cursaba, pero nunca le había preguntado por vergüenza, así que, junto a una enorme sonrisa, TaeHyung le relató todo lo perteneciente a ella, incluso acabó mostrándole el corto que realizó (y por el cual casi acaban sin postre, pues nadie estaba vigilando el horno).
