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-SeokJinnie, no encuentro la caja de la ropa de verano, ¿sabes dónde la dejamos? -preguntó mientras secaba su frente y ajustaba su bandana a la cabeza, que comenzaba a escurrirse por el sudor. Separó su camiseta de su piel, aireándola, y dirigió su rostro hacia su pareja, que acababa de entrar en el salón con el mismo aspecto cansado que él; sin embargo, el mayor lograba mantener aquella belleza característica de los actores, que podían pasar horas bajo los focos y seguir deslumbrando con la misma intensidad. SeokJin dejó una de las cajas en el suelo con un leve quejido crujiendo su espalda para después aproximarse al chico.
-Creo que la dejé en el cuarto -contestó con voz agotada abrazando por la cintura a TaeHyung, besando su cabeza y hundiendo su rostro en el cuello del menor, importándole poco el sudor que cubría ambos cuerpos -. ¿La necesitas ahora, bonito? Puedo ayudarte a buscar si quieres.
-Quería ducharme después de terminar de descargar, pero hay más cosas de las que pensaba -se quejó con un puchero en sus labios que SeokJin besó de inmediato, creando una leve sonrisa en TaeHyung -. ¿En qué momento guardamos tantas cosas? No recordaba tener tanto.
-Son mis premios de la Academia, cariño, demasiados para caber en el camión de la mudanza -bromeó con una mirada orgullosa el mayor, a lo que TaeHyung rió y pellizcó con sus dedos la nariz de su novio.
-Vamos, quiero acabar antes del mediodía -dijo dirigiéndose hacia la salida de la casa con SeokJin corriendo tras él y envolviendo sus brazos en la cadera del joven, hundiendo su nariz en la cabellera castaña de TaeHyung. Besó la base de su cuello antes de alzarlo en el aire y llevarlo entre risas al exterior de su casa.
Su propia casa. Aquello sonaba realmente bien en sus mentes.
TaeHyung y SeokJin habían estado cerca de año y medio saliendo antes de dar el paso a vivir juntos. Aunque habían sentido hacía muchos meses que estaban en el momento idóneo para compartir hogar, comprendieron que debía pasar algo más de tiempo hasta estar completamente convencidos y tener una mínima seguridad. Hasta que esa situación se dio, TaeHyung había estado compartiendo piso con JiMin al verse sin apenas ingresos para sostener su apartamento, hasta que SeokJin lo sugirió y el menor fue incapaz de negarse. Secretamente TaeHyung había estado planeando varios días antes el ofrecérselo, pero su pareja se adelantó a ello, aunque tampoco le importó mucho, ya que el objetivo era lo importante.
La cuestión de la elección de la casa fue algo más complejo, debido a la fama de SeokJin y la seguridad que era necesaria para que no sufriera ningún daño. Tras estar buscando durante bastante tiempo, y alguna que otra disputa que acabó silenciada por cientos de besos en el sofá del hogar de SeokJin, encontraron vivienda en un barrio residencial vigilado las veinticuatro horas, aunque TaeHyung se había resistido bastante debido a que él no era capaz de pagar la mitad del alquiler, pero parte de este sentimiento de reticencia se palió cuando SeokJin le sugirió pagar los gastos básicos.
Al final, cuando quisieron percatarse, ambos estaban guardando todas sus pertenencias en cajas, a dos semanas de mudarse completamente. Era algo excitante el hecho de comenzar una etapa nueva, aunque TaeHyung estaba algo preocupado en lo relativo al dinero, ya que no quería ser mantenido por SeokJin y sentirse una molestia. Aunque había conseguido una beca que cubría sus gastos completos, se sentía algo inferior al ver los ceros que encabezaban la cuenta bancaria de su novio. Aun con las pequeñas trabas que se habían presentado, todo parecía haber salido más o menos bien, y tenían un techo bajo el cual vivir, lo que ya era un comienzo bastante positivo.
