Capitulo 41

227 21 0
                                    

Narra Aria.

-¿Que dices?- no sabia que decir estaba emocionada y feliz pero era muy pronto apenas nos habíamos arreglado en la mañana pero tampoco podía hacerle esto delante de todas estas personas

Pero que importaba ahora lo amaba y pues iba a estar con el aun que me fregara la vida aun que luego me arrepenteria -¡SI!-.

-¿Si?-

-¡SI idiota!¡si!- el me alzo y comenzó a saltar las personas aplaudían fuertemente y gritaban... Todos se fueron dispersando  hasta que solo quedamos el y yo, el comenzó a repartir besos por toda la cara -¿Hablas en serio con lo de casarnos?- pregunte separando lo un poco de mi.

-Si, contigo quiero todo tu y nuestros hijos son mi vida y sin ti Aria no quiero nada te amo nena, y quiero que seas mi esposa- lo bese hasta que nos quedamos sin aire me separe de el y los niños estaban abrazados a mis piernas sonriendo.

—¡Mama y papa estarán juntos otra vez!— los niños comenzaron a saltar y yo solo reía al ver sus reacciones.

Las horas pasaron y ya estábamos de camino a casa los niños no habían parado de hablar de que su padre y yo estaríamos juntos.

Al menos algo bueno después de tanta mierda que había pasado, pero no debía olvidar que aún me querían matar.

No se que tanto tiempo pasó que ya nos encontrábamos en la puerta del departamento. Después de un rato los niños se fueron a dormir, me senté en el sofá con los pies hinchados ya había olvidado esa sensación incomoda.

Steve se sentó a mi lado y alzo mis piernas para masajear mis pies.

—¿Sabias que estas loco? —

—¿Por qué? —

—apenas nos arreglamos y ya me pediste matrimonio, ¿no crees que deberíamos de esperar?—

—Te amo, me amas y eso es todo lo que importa — Sonreí y deje un casto beso en los labios.

—¿Y si vamos a la cama?—

—Acaso Aria Smith me esta proponiendo una propuesta indecente?—

—¿Sabes que? Quedate aquí. — me levante pero en cuestión de segundo me había cargado.

—Estas pesada ¿sabias?—

—Como no voy a estar pesada si cada vez que me haces el amor me dejas embarazada.— el aunque río sabe que hablaba enserio.

—Solo bromeo tranquila.— cerramos la puerta de la habitación y me dejo en la cama.

El se quito la ropa y quedó en bóxer hizo lo mismo con mi ropa y solo se acostó arrastrando me hacia él.

Me dejó un beso en los labios y se acomodo poniendo una mano en mi abdomen que apenas se estaba comenzado a notar.

—Te amo—

—Yo también preciosa —

La Gorda (Segunda Parte.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora