El día estaba frío, Jisung no había aparecido hace más de 4 días en el instituto. Esos días Minho ensayó todo lo que le diría, el saludo, el testamento que había escrito mentalmente hasta inventó situaciones en las que él lloraba o que llegase alguien a llevárselo.
Se detuvo frente a la puerta de la casa del menor luego del trabajo que había conseguido, dudó un poco el qué diría. Dejó salir un pesado suspiro antes de tocar el timbre de la casa. La tía de Minho salió, sonrió con amplitud al verla.
— Minho, hace días que no te veía. Pasa -abrió la puerta dejando pasar al chico
— Es que he estado algo ocupado con las clases, exámenes
— Jisung ha estado sin ánimos, intento subirle el ánimo invitándolo a salir pero no quiere . seguro que contigo querrá hacer algo.
— S-sí, yo hablaré con él -la culpa seguía presente, ahora era más notoria Caminó hasta la habitación de Jisung, la puerta estaba cerrada. Tocó un par de veces pero no se escuchó nada, abrió la puerta lentamente viendo la figura del chico de pie frente a una ventana, al borde.
Para Minho eso fue muy peligroso por lo que caminó rápido hasta él y lo tomó de la cintura bajándolo de donde estaba, ambos cayeron a la cama. Jisung estaba llorando mientras se separaba e intentaba levantarse.
— Jisung, calma -sujetó su brazo
— Déjame solo -forcejeaba
— Jisung, viene a hablar contigo
— M-me dejaste todo claro -se removió incómodo
— No, nada quedó claro -lo abrazó más fuerte haciendo que el menor quedara aprisionado, éste seguía moviéndose — jisung, por favor escúchame
— N-no, siempre me equivoco -mordió el brazo del chico.
Minho lo soltó por el dolor, pero enseguida volvió a tomarlo tirándolo a la cama nuevamente. Se posó sobre él para calmarlo, tomó sus brazos y los dejó al lado de su cabeza.
— Escucha, por favor Jisung
— No quiero
— Jisung, sé que lo que dije sonó muy mal. Pero eso no era lo que quería decir -los ojos nublados de Jisung dejaba claro todo — No sabía qué decirte, hablé sin pensar -suspiró profundo soltando las manos del chico lentamente— Lo pensé, pero no me expliqué.
— T-te doy lástima -al sentir que estaba libre cubrió su rostro -Por eso te preocupas
— No, eso no. Jisung, si hago éstas cosas son porque... No sé, sólo lo hago -acarició su rostro con la yema de sus dedos — Eres demasiado precioso para que te lastimen. Yo he sido un idiota por no cuidarte desde antes, no sabes lo mal que me siento al saber que esos estúpidos te hacen daño.
— N-no lo digas por pena -seguía con sus manos cubriendo su rostro
— No Jisung , lo digo porque es la verdad. No podría mentirte, nunca -tomó las manos del chico separándolas lentamente mientras las lágrimas corrían por sus ojos — Quiero pedir que me disculpes, yo no quería hacer que esos hermosos ojos lloraran -secó las lágrimas del chico con delicadeza.
— Minho... -tomó sus manos temblando — Ni siquiera puedo verte. La razón por que lo haces es porque sabes que soy débil, un inútil que debería estar muerto "
— No, Jisung no lo hago por eso -intentó calmarlo
— ¿y por qué entonces?
— Porque me gustas -no esperó respuesta y se acercó a los labios del menor que se removió confundido pero luego se aferró desde su cuello para no separarse.
El beso iba lento, era algo inocente que ni siquiera Minho hubiese creído hacer en algún momento de su vida, pero lo estaba haciendo. Jisung estaba disfrutando, quería acercase aún más, era primera vez que besaba.
Primera vez que sentía que alguien lo quería, cuando ya no pudo seguir conteniendo la respiración se separó lentamente. Hubiese deseado ver el rostro de Minho, pero simplemente veía luces y sombras.
— T-tú también me gustas -habló agitado. Minho volvió a besar sus labios, le había gustado la reacción y el color que se habían tornado las mejillas de Jisung, se veía inocente y adorable.
— Te quiero Jisung -lo abrazó con delicadeza bajándose de su cuerpo
— Yo también