Las máquinas habían vuelto a ser encendidas, era todo lo mismos a excepción de una cosa, Jisung estaba despierto.
Los doctores no se explicaban el hecho, había despertado pero nuevamente se había dormido. Necesitaban hacer más exámenes y curar sus heridas tanto internas como externas.
Minho acariciaba su mano con delicadeza, no quería ser brusco con él sabiendo lo delicado de salud que se encontraba.Jisung se encontraba con vendaje en sus ojos, su nariz y boca eran los únicos libres. Su pecho volvía a subir lentamente de forma tranquila.
— Jisung -llamó bajo-Sé que duermes, pero es la única forma en la que puedo hablarte sin decir estupideces por lo nervioso que soy -soltó una suave risa acariciando la mejilla del chico que seguía tranquilo-Me asusté mucho, pensé que te perdería para siempre. No quiero que te pase nada, jamás. Quiero que te quedes a mi lado, suena trivial pero es cierto. Contigo he visto las cosas de otra forma, me has hecho apreciar mi rutinaria vida -sonrió nuevamente besando su fría mano-Jamás volverás a estar solo porque yo estaré para ti siempre que me lo permitas. Te ayudaré en tu lucha en ir contra el mundo, iremos juntos. Te amo Jisung, espero que me permitas estar siempre contigo, lamento si llegué tarde para cuidarte. Lamento hacer que lloraras, lamento que me quisieras tanto y que yo no lo notara -acarició su mejilla delicadamente-Aún espero tu respuesta, espero que la recuerdes cuando despiertes.
— S-sí quiero -habló bajo
— ¿M-me escuchaste? - Minho estaba sorprendido.
— S-sí, eres muy... tierno. No quiero que -relamió sus labios-Te disculpes, por favor
— Debo hacerlo, te fallé pero prometo no hacerlo
— No, debes hacerlo. Minho si todo estuviera bien siempre jamás apreciaría lo bien que me haces
— Entonces... ¿somos novios? -preguntó Minho con una amplia sonrisa.
— Sí, lo somos -sonrió, deseaba ver la cara Minho.
Se besaron lentamente, Jisung disfrutaba lo más que podía. Si no podía ver, al menos podía olerlo y sentirlo piel con piel. Pese a que su cuerpo dolía en exceso, los golpes que había recibido durante toda su vida estaban repercutiendo en ese instante.
Los doctores lo evaluaban con preguntas para calificar su lucidez. Necesitaban saber si había daño neurológico, si estaba completamente consciente y si era capaz de realizar funciones vitales por su cuenta. Jisung estaba en perfectas condiciones, sólo no podía ver y su cuerpo dolía. Así fue por al menos 2 semanas de intenso tratamiento, medicamentos y ejercicios.
— Jisung, te tenemos buenas noticias -la voz del doctor-Podrás irte a casa
— ¿No está jugando ¿verdad? -quería saltar de la felicidad pero necesitaba estar seguro
— Claro que no. Podrás ir a casa y terminar tu tratamiento allá. Tus vendas las quitaran en al menos una semana más
Jisung sonreía, sonreía verdaderamente. Quería saber si alguien más estaba allí con él para compartir su alegría. Por mucho que quisiera haber muerto, ahora estaba feliz de estar vivo. Podía escuchar las voces de Minho, su tía y Changbin en la habitación.
— Cuando lleguemos te prepararé tu postre favorito -habló su tía emocionada.
— No es necesario -dijo nervioso
— Claro que sí, debemos celebrar Jisung. Estarás en casa ¿No es así Minho, Changbin?
— Sí -dijeron al unísono
— Es algo muy bueno, lo bueno se celebra -añadió Minho
— Será como tu regalo de bienvenida, más de 2 meses fuera de casa no es poco -comentó Changbin.